Poesía
Jorge Luis "Coco" Serrano, Perú (1974). Vive en España desde el 2004, donde trabaja en todo y mucho. Es comunicador social, guionista, poeta y fotógrafo. En Madrid trajo al mundo a su primer poemario: Cotidianidades esquizofrénicas con la editorial Amargord. Ha expuesto en distintas oportunidades: "Fotopoesía" en donde mezcla poesía, fotografía, música y teatro. Forma parte de Lavarca ebria, colectivo itinerante de poesía. Piensa que la fotográfica es el medio instantáneo para capturar poesía, ya sea, en la cotidianidad absurda de la vida, en la sensualidad femenina o en la singularidad de la muerte. Prepara su primer largometraje: Lima, ciudad purgatorio y la historia del pescado furioso y su segundo poemario: Le mouvement o la honda del alma en el cual incluye fotografías y extraños dibujos de personas raras, malvadas y buenas. Aún no ha muerto, pero está en eso, mientras tanto sigue rodando cortos.
- Detalles
- Por Jorge Luis "Coco" Serrano
Reúno os espelhos necessários aos vislumbres intensos do desejo.
Esta noite saberei onde aquecer o estoque de gretas que trago consigo.
Há muito venho catando em bastidores os tons mais secretos, as cores mascadas com a aurora, pequenas silhuetas que indagam por prismas esquecidos.
Ela me desnudará como um repertório de enigmas.
Seus cabelos ruivos ondulam o horizonte: uma música rara tecida enquanto os espelhos ajustam seu entendimento da vertigem.
Santuário de vultos extraviados, oratório de pernas, sermões da volúpia, a tudo ela se antecipa e palmilha os ossos da noite como se fosse um pomar de suas antevisões.
Recolho as vinhetas, o estranho relicário de balbucios, e seu corpo inunda o meu de atrações.
Cada uma das fases lunares tatuadas em sua pele.
Tempo e espaço refeitos como labirintos famintos.
Ao beijar seu espinhaço descubro entre vértebras ninhos de janelas que são como pássaros nascidos dentro do vôo.
Ela me abraça e é como se pela primeira vez eu tocasse o centro do que me é inevitável.
O abismo, a fagulha, a memória, em cada oásis ela reconhece a metade precisa de tudo quanto necessito.
E brinca com o sol como uma criança com seu peão repleto de luzes.
Eu a beijo e os deuses sorriem, tornando a crer no mito.
- Detalles
- Por Floriano Martins
A noite estava acesa em nossos corpos e o frio com seu violino convincente
me punha a pedir que pousasses em meu peito o que houvesse de melhor no século
que acabara de nascer em tuas mãos. Em uma noite dessas em bem poderia
roubar um verso de Jim Morrison: I can't live thru each slow century of her moving.
A leveza de tua pele atiçava em mim um estranho desejo de retornar ao local
do crime, onde o teu olhar aguçava as horas mais inesperadas para me excitar.
- Quantos pecados nós podemos cometer de uma só vez estando aqui?
O chá bem quente desperta as sombras bailarinas a caminho do abajur.
Recordo que os teus lábios improvisavam um abrigo para meus beijos.
Porém tudo passava tão lentamente que sequer parecia haver começado.
E quando a tua boca sussurrou o meu nome foi como se jamais o houvesse escutado.
Aquela noite tinha um truque que encerrava um mistério dentro de outro.
E dentro de cada um deles um outro lentamente se instalava e ali em seu íntimo
nos víamos com tanta nitidez como um improviso de seres dentro da noite.
Então puseste em minhas mãos um colar de sementes que trazias ao pescoço.
Eu sei que não posso acompanhar o século que desatas com teu movimento.
Porém aquela noite foi como uma antecipação de tudo quando um dia eu vivi,
e ainda hoje sinto o mesmo desejo de roubar aquele verso de Jim Morrison.
- Detalles
- Por Floriano Martins
Toma demasiado tempo saber onde a dor guarda seus ossos.
Recortar os verbos, reconhecer as vozes melhor identificadas com cada conflito, sussurrar pequenas mudanças de comportamento.
Os rostos foram se resignando a uma expressão teatral.
Eu não te via senão como fatias de sombras, resquícios, pormenores da memória, onde eu ia rabiscando a minha dor.
Quando avistei o primeiro sinal de tua vida, eu já havia desistido de ser humana.
Fui reconhecendo teu ser aos bagaços.
Muito do que me chegava se confundia com o que eu passei a imaginar como sendo meu filho.
Não creio que tenhamos deixado nada um para o outro em manuscritos.
Por vezes o que recuperamos na vida tem a ver com seu sentido abissal de imitação.
Nunca saberei se és meu filho perdido ou a imagem idealizada do mesmo que acabo de encontrar em um lote de réplicas.
Imitamos o futuro.
Como acreditar no passado?
Não importa.
Tu estás aqui em algum lugar.
Eu já não estou em parte alguma.
- Detalles
- Por Floriano Martins
Del mármol
De la orilla que cabe en la culpa de la piedra
que ensortija el candado de ese río
de allí vino el labriego
el cargador de lechos
el ponedor de plumas
el que utiliza jengibre
y domestica al topo
Ese mi amigo
el agrimensor
el que come en la noche
y amanece de cruz con el camino
El que lleva el mordisco entre las cejas
y despide el lugar con la señal del vino
Ese es mi amigo
El de la bicicleta y el monóculo oscuros
El bebedor de cervezas
El que tiene la fuerza de mi llanto
Ese
Ha traído hoy un pájaro a su sala
Y lo ha partido en dos
Le ha untado aceite
Y lo coloca una parte en la diestra
otra en siniestra
- Detalles
- Por Hugo Figueroa Brett
Un niño le manda un beso a un hada en La Rambla
Un niño le manda un beso a un hada en La Rambla
se despide ondeando las olas de los sueños
que son mis lágrimas
No hay poesía en los niños
sólo pureza
a los poetas
melancolía como tinta
El hada me mira
como si le fuera a robar el momento
y lo hago
no sin ofrecerle una sonrisa a cambio
Todas las vidas terminan como las miradas
igual que en las historias donde nadie habrá de conocerse
No hay minotauros en La Rambla
pero en las palabras los hay todos
y en el bote para el dinero
se arremolinan vidas mientras se miran
El hada me sigue observando
mientras me llevo su momento
y reprocha con silencio
que ha bajado al mundo desde la fantasía
Poco importa
si el niño que dice adiós
conoció el sueño en vida
antes de aprender a hablar
Barcelona, diciembre, 2009.
- Detalles
- Por Gilberto Lastra Guerrero
Un duende se pasea
Bajo el sol o en pos de las estrellas.
A través de las celosías, el viento
Nos trae su voz cascada,
Cantando loas a la gran aventura de su vida.
- Detalles
- Por Marié Rojas Tamayo
Mientras cobijo
tiemplo y me poseo
este poema chato desventurado y ajeno
no está escrito por mi
escribo poemas impersonales
sin el cualitativo de la sombra
ni el lustre de saberme entre las sílabas
Escribo como me he enseñado a escribir
escribo de memoria versos distintos a Catulo y a cualquier Ibrahím
escribo necio
y someto las palabras al conjuro de la fauces del otro quien las duda y disuelve su café
- Detalles
- Por Hugo Figueroa Brett
Un coro de ranas saluda al que viene desde lejos.
Tres rosas trae, para la reina,
Cubierto de cenizas llega, como el tiempo,
La espada reposa en el zaguán,
Verde amanece en la colina del estero.
- Detalles
- Por Marié Rojas Tamayo
Caperucita
con falda corta
en los ojos del lobo
el lobo
con destreza
maniobra su ganzúa
mientras
ruedan manzanas desde la canasta
días después
vuelven al bosque para mantener el cuento
- Detalles
- Por Sergio Laignelet
Estrella que cae
I
Como un parpadeo
de ojos que huyen,
estela que atrapa
un sueño que espira.
Y nos preguntamos
donde el brillo anida,
si acaso su huida
desafía al sol.
En cierne un deseo
como rito mágico
nos convierte en ansias
que buscan respuestas.
El sueño nos vence,
nos dice: ¡Mañana!,
y así el alma vuela
en busca del alba...
- Detalles
- Por Emilse Zorzut
una voz susurrante.
Del silencio de la materia una insinuación se difunde:
Es la voluntad de la escritura
la imperiosidad de la palabra
La relidad no existe si no es nombrada.
Mar de automóviles, concierto de ruedas aturdidas
Teléfonos, mujeres semidesnudas, elecciones
inglés, muebles, jeans
una fila interminabile de carteles
ladrillo, cemento
por doquier estruendo de metales frenéticos.
Sobreponiéndose, se eleva un tronco de escaso follaje
respira cuarteado y sediento
raíces quebradas contra el suelo.
- Detalles
- Por Nemié Díaz