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El amor de una mujer generosa. Al leer el cuento, "El amor de una mujer generosa", que da título a este conjunto de relatos de Alice Munro, lo que más me sorprendió fue el ritmo narrativo de lo que parecía destinado a ser una novela y que se cierra con una estampida final. De repente se ilumina la atmósfera por la que transitas en el relato y la visión de los
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- Por Consuelo Triviño Anzola
Ayer decidimos (¡por fin!) ponerle apellidos y otorgarle un cumpleaños, porque no es justo que celebremos el de todos los miembros de la familia - incluyendo a la perrita Pixie - y él se quede afuera, siendo como es, el consentido por excelencia - nos disputamos hasta quién lo carga en brazos para ver la tele - entonces, luego de una larga disertación, elegimos el día 8 de diciembre, lo cual lo convierte en un gato Sagitario, signo de fuego, regido por Zeus, compatible con Leo, Géminis y Aries.
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- Por Marié Rojas Tamayo
Constanza Aguirre, pintora, artista plástica, creadora, trasegadora por elección, anamnesis testimonial por vocación... Cuando Juan Rulfo en su libro emblemático se pregunta quién es Pedro Páramo y se contesta "un rencor vivo", esa afirmación podría definir a Constanza Aguirre, en tanto que de ese rencor de tierra quemada, de Comala, se extrae el remedio contra la enfermedad endémica de nuestros pueblos latinoamericanos... el olvido...
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- Por Margo Torrado
Aurora Boreal® se encuentra en Madird con Claudio Pérez Míguez y Raúl Manrique Girón, propietarios de la Librería del Centro, del sello editorial Del Centro Editores y del Centro de Arte de Madrid, tres espacios fundamentales y especializada en autores hispanoamericanos y españoles con presencia en América. El sello Del Centro Editores está enfocado en libros totalmente artesanales, de tirada limitada, numerados y firmados por los autores o el editor, con textos inéditos o recuperados. El Centro de Arte Moderno es una institución privada que desarrolla una amplia función de difusión cultural a través de diferentes áreas.
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- Por Raúl Manrique Girón
1.
Nos abruma la cantidad de hechos violentos que pueblan nuestra vida cotidiana. Y más aún cuando, al asomarnos en el balcón de la historia, descubrimos que los de ahora sólo continúan una interminable saga de acontecimientos atroces. Vivimos en un país que se ha empeñado en mantener vigentes de una década a otra, de un siglo a otro, las prerrogativas a la crueldad. La nuestra es una memoria repleta de cicatrices y nuestro presente, una herida que no para de sangrar.
Todos en Colombia hemos vivido de cerca, en una forma u otra, los tormentos que inflige la barbarie. Unos más directamente: las víctimas, cuyo sufrimiento y memoria han de repararse y honrarse. Algunos hemos sido testigos consternados en esta visceral tradición de la infamia y otros han tenido que despedir a los suyos, obnubilados por su propio dolor. En nuestra aciaga historia como Nación, el signo de los tiempos ha operado no pocas veces su papel de noria, transmutando a los dolientes en nuevos verdugos ansiosos de revancha. Reconocer esto no exime de su responsabilidad a quienes han ostentado el poder en este país, pero indica su cuota de sangre. Y esto exhorta, precisamente, a subrayar la insensatez del pacto social precario que se han empeñado en mantener, un sistema cuya médula sigue siendo la exclusión de la inmensa mayoría y los privilegios de un puñado de gentes.
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- Por Alejandro José López Cáceres
Los escritores tienen manías que arrastran a lo largo de la vida, desde el instante en que son una suerte de náufragos que viven recluidos en una isla a lo Robinson Crusoe. El mismo acto de la escritura es, por antonomasia, una manía de solitarios, en cuyo trance nadie puede echarles una mano ni soplarles al oído lo que deben o tienen que escribir.
Las manías de los escritores son tan diversas como las de todos los mortales. He aquí algunos ejemplos: los escritores como Vargas Llosa se parecen a los peones que, una vez aseados y encerrados en el escritorio, se entregan a merced de su imaginación desde las primeras horas de la mañana, sin permitir que nada ni nadie los interrumpa en el instante de la inspiración; ese misterioso soplo que a uno lo toca en el proceso de la creación.
Otros no soportan cambiar de bolígrafo o color de tinta, como José Miguel Ullán y Tom Sharpe, quienes, además de usar estilográficas baratas, escriben primero a pulso y luego a máquina. Cortázar casi siempre leía los libros sorbiendo mate del poro y con un bolígrafo en la mano, para anotar comentarios al margen de las páginas, subrayando algunos párrafos hasta la extenuación o, simplemente, corrigiendo las erratas que en algunas ediciones se esconden como alimañas entre renglón y renglón. Faulkner escribía siempre sobre papel azul, Goethe lo hacía sentado en un caballito de madera, Dostoievski caminando por la habitación, Günter Grass con una estilográfica Montblanc y en un rincón de su estudio de pintura.
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- Por Víctor Montoya
La metamorfosis brasileña de un poema alemán
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- Por Ricardo Bada
Diario de la peste
Gonçalo M. Tavares
Traducción: Paula Abramo
18 de abril de 2020
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- Por Gonçalo M. Tavares
Arturo Corcuera (Perú 1935-2017). Poeta y profesor universitario. Entre otros galardones recibió el Premio Nacional de Poesía 1963 y el Premio Casa de las Américas 2006. Obtuvo la Orden Rubén Darío de Nicaragua en 2017. En su original universo poético el autor fabula con gran maestría todo aquello que lo asombra, a partir de observaciones agudas que sintetiza de manera exacta e ingeniosa en sus versos. La utilización de recursos retóricos y fonéticos, el tono inocente y juguetón, el humor y cierto espíritu infantil están presentes en sus textos. En ellos también se observa un trasfondo intimista y social. Noé Delirante es su obra más significativa y cuenta con más de una decena de ediciones, a las que se han ido sumando nuevos poemas. Algunos críticos llaman a Corcuera El mago de la palabra.
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- Por Sergio Laignelet
Los libros de historia han proporcionado numerosos y muy diversos relatos sobre lo acontecido durante la Primera Guerra Mundial, pero poco ha sido el espacio dedicado a las experiencias vividas por las mujeres de la época, cuyo rol social experimentó un cambio significativo. La capacidad de resiliencia y el trabajo que llevaron a cabo durante ese convulsionado periodo, desafiaron toda categorización preestablecida y se reflejaron a modo de crónica en una enorme cantidad de escritos que incluyen poemas, cartas, memorias, diarios y novelas.
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- Por Fernanda Balangero Musso
La que fue, tal vez, la más relevante revista cubana del exilio, Encuentro de la Cultura Cubana, cumple en este 2021 un cuarto de siglo.
Vítor Kawakami entrevista al escritor cubano José Prats Sariol acerca de los orígenes de la revista.
1. Desde el primer número de Encuentro de la Cultura Cubana usted estaba ya presente como colaborador con la reseña del libro de memorias de Manuel Díaz Martínez, participación que se extenderá con el transcurrir de los años de existencia de la revista, ora con otras reseñas, ora con ensayos, teniendo solo unos pocos intervalos de ausencia en sus páginas (por ejemplo, del Nº4/5 al Nº12/13; del Nº20 al Nº28/29; del Nº48/49 al Nº53/54 final). ¿Podría comentar cómo conoció el proyecto inicial de la publicación de Encuentro y cómo fue la invitación para su participación?
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- Por Vítor Kawakami
El proceso de un artista polifacético que llega a expresar su creación a través de una ligera geometría que baila con la luz y el color.
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- Por Edimca