Mini Relato
Un gallo cantó. Hace algunos años. No recuerdo si fue para diciembre o si era el claro azul de enero. Desde la una de la mañana, como los gallos saben hacerlo en el campo, se destapó a cantar. El canto se subía a todos los apartamentos y yo imagino que todos los durmientes, en sus camas, oían ese canto entre el sueño, porque en la ciudad, todos,
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- Por Joaquín Peña Gutiérrez
Relatos, irrelatos, minirrelatos, cuentititos
Señores, estoy cantando,
Lo que se cifra en un nombre
Jorge Luis Borges
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- Por Norberto Gimelfarb
A Fernando Iwasaki y Andrés Neuman.
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- Por Juan Carlos Méndez Guédez
Hubo un tiempo cuando en Bararida no había agua. La isla seca como una piedra se elevaba sobre el mar y los pájaros seguían de largo sin detenerse en sus costas.
Entonces Amaliwaka, el que todo lo construye, tomó la tierra seca de Bararida y escupió sobre ella y moldeó un árbol gigante al que llamó Garoé. Y Garoé elevó y elevó sus ramas
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- Por Juan Carlos Méndez Guédez
Vivía Guarico en lo más alto de las montañas y desesperada por el frío, un amanecer emprendió el camino hacia la cueva próxima al volcán donde vivía Maleiwa, el dios con cara de perro, el único ser que conocía el fuego y lo guardaba entre sus pies gigantes y llenos de barro.
Las versiones sobre este punto suelen discrepar. Pero en general, siempre se opta por decir que Guarico logró distraer a Maleiwa mostrándole sus pechos. De ese modo algo se paralizó dentro del dios, una centella golpeó sus huesos, un temblor subió entre sus piernas como un río de sangre y lava.
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- Por Juan Carlos Méndez Guédez
Para algunos, la noche quedará como un momento de crepitación, como un olor dulce, igual al de las aguas de un río cuando se agitan.
Para otros como un salto llameante.
Ninguno de los jóvenes que esa noche conversaba alrededor de la fogata comprenderá
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- Por Juan Carlos Méndez Guédez
Fue la más extraña de las hormigas. Conocía su destino, su oficio, su misterio entregado a la belleza.
Pero se negó a cumplir su tarea y decidió quedarse para siempre en lo más profundo del hormiguero.
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- Por Juan Carlos Méndez Guédez
Defecatio matutina, bona tamquam medicina.
Defecatio meridiana, neque bona neque sana.
Defecatio vespertina ducit hominem ad ruinam.
Proverbio Latino
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- Por Ben Clark y José del Río Mons
Diana mira el cielo de su habitación y decide abrazarse. No hay lagartos ni tortugas. Ignora, por unos segundos, al cuerpo femenino a su lado. Coloca las palmas de las manos sobre sus hombros, tuerce las piernas para enroscarse, oprime los muslos con el fervor de una trenza. Reconoce ese momento. Se da cuenta de que una vez, cuando era chica, se
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- Por Yolanda Arroyo Pizarro
In Memoriam
1948- 2018 †
La mujer limpia el espejo al fondo del ascensor: utiliza una especie de limpiaparabrisa manual y salpica la superficie con un rociador. La puerta silenciosa se abre. La luz indica el piso 3. Un señor entra y presiona el botón del piso 8 mientras saluda: "Buen día".
La mujer interrumpe su labor y responde. El hombre sin mirarla dice: "No quiero
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- Por Roberto Burgos Cantor
Estoy entre un charco de sangre. No puedo más. Chorros calientes me escurren por el cuello: hilos húmedos y pegajosos van bajando por mi cara. Huele a sangre. Estoy tirado entre un charco caliente. Me estoy desangrando. Me destrocé la cara al caer contra las piedras. El indio Pedro. No recuerdo bien, no recuerdo nada. El indio Pedro me quiso obligar... Estoy mal. Estoy mal, estoy solo, abandonado en este camino de herradura por donde no transita nadie. Los niños me están esperando en casa. Petra, te compré el mercadito que querías. Lo solté allá atrás porque no me alcanzaban las fuerzas. Si alguien viene, encontrará primero el costal con las papas y el maíz y un poco más adelante, la bolsa de plástico con los cuadernos y los lápices... mañana ellos entran a la escuela. Les compré los útiles. Me estoy desangrando tirado en este camino solitario. Me van a encontrar muerto con la cara enterrada en el pedregal.
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- Por Gloria Serpa-Flórez de Kolbe
Tego se hizo unos huevos revueltos, pero cuando finalmente se sentó a la mesa y miró el plato, descubrió que era incapaz de comérselos.
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- Por Samanta Schweblin
ANUNCIOS CLASIFICADOS
HIJO, TENGO QUE CONFESARTE ALGO
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- Por Miguel Gomes