Tengo los pies en la cabeza
Berichá (Esperanza Aguablanca)
Editorial Monigote
Novela
Páginas 172
2022
Este libro de 172 páginas es un testimonio autobiográfico de su autora, conocida en su tribu como Berichá, la niña que nació sin pietrnas, y llamada por los misioneros y monjas, que llegaron a la zona a evangelizar, como Esperanza Aguablanca.
Berichá narra su vida y al hacerlo nos lleva a conocer muy de cerca la etnia U´WA, descendiente de la familia Chibcha y ubicados en la región de la Sierra Nevada del Cocuy en Colombia. Vale anotar, que la madre de Berichá, Surabara, fue una importante colaboradora, que enriqueció el material narrativo de su hija, a través de todas las historias de sus antepasados; la hija adoptiva de Berichá, Luceli, hizo varias ilustraciones para el libro de su madre. Es por eso que dicen que "es un libro familiar".
Lo que escribe la escritora es un legado cultural, no sólo para el pueblo U´WA sino para la humanidad. Queda plasmada para siempre esa cultura indígena colombiana en las páginas del libro y es muy placentero leerlo porque está escrito de manera que todos podemos entenderlo y a medida que leemos, vamos viendo, escuchando y sintiendo lo que la escritora cuenta.
Berichá nace sin piernas en el seno de una cultura, donde los niños que nacían con malformaciones, venían o degollados o abandonados. Pero en el caso de Berichá, sus padres deciden salvarla de la muerte, pues ella era la sexta hija y la única que había sobrevivido. Todos sus hermanos habían muerto por diferentes enfermedades. El padre de Berichá muere cuando ella tiene dos años y a partir de ese momento, la madre vive en función de ella. Con el tiempo, a Surabara le va quedando pesado continuar con su niña sin piernas, y por eso, la entrega a los misioneros de Aguablanca y a las monjitas del Internado de Santa Librada, con las que Berichá se cría y aprende costura. A los 19 años, es nombrada profesora y enseña a mujeres de 7 a 24 años y cuando entran los misioneros de la escuela Lingüística de verano para estudiar la lengua Cobaria, encuentra en ellos buenos amigos. Más adelante hace costuras a cambio de cursos de mecanografía; vende una vaca con su ternero para pagarse cursos de corte y confección. La religiosa Marielena Márques se la lleva con su madre Surabara a Medellín, donde trabajan en la traducción a la lengua U´WA del catecismo del padre Astete y del Evangelio de San Marcos. Después de tres años en Medellín, Berichá regresa con su madre a la misión de Chuscal, donde enseña corte y confección y asiste en Bogotá a un curso de Antropología y elabora una gramática de la lengua U´WA con la asesoría de un profesor de la Universidad de La Salle. Hace cursos de Liderazgo, Relaciones Humanas y Organización Comunitaria.
Toma conciencia de que las personas tienen derechos, voz y voto, así como de deberes y obligaciones. Entiende que las monjitas no le enseñaban mucho, porque no querían que tuviera “alas para volar.” Organiza con la ayuda de profesores, un seminario de concientización para las comunidades U´WA y se crea la organización TUNEBO, pero no dura mucho, pues se corría la voz, que los curas estaban apoyando a los guerrilleros. El Magisterio de la Educación la contrata como profesora en Tauretes y a través del supervisor de las Escuelas de Educación Contratada y le pagan su sueldo completo, como al resto de los profesores. En 1981 se dedica a escribir sobre su trabajo y sobre su propia historia.
Los antepasados U´WA, de la región de Támara, origen de esa cultura, vivían tranquilos hasta que llegaron los conquistadores, que se llevaron presos a los abuelos, mataron a los hombres y se casaron con sus mujeres y muchos U´WAS, o se fueron a otras comunidades o se extinguieron a causa de las enfermedades que trajeron los conquistadores. La región de Aguablanca fue una de las más afectadas con 9 comunidades desaparecidas. Los colonos no respetaron los sitios sagrados y despojaron a los U´WAS de sus territorios de manera violenta. Todo esto ya había sido pronosticado por los ancestros y la entrada de otras culturas a la U´WA fue traumático. Además, las misiones también cometieron barbaridades y torturaron a la gente física y psicológicamente. A través de la lengua U´WA, se salvaron muchas tradiciones. Berichá, se salva, porque se esconden en las montañas. Hoy en día los U´WAS ya se han mezclado con otras etnias y han ido perdiendo “las líneas de pertenencia”.
Nos cuenta Berichá muchas leyendas y tradiciones de su pueblo, pero primero que todo habla de su lengua U´wa, que todavía está viva. Nos comparte las leyendas sobre la luz, la muerte y su relación con el rol del sol; nos habla sobre la importancia del maíz, de los animales y de las cosas, que, según las necesidades, van creándose. También nos cuenta sobre las actividades de su gente. Nos ilustra sobre la terminología para la comunicación y la preparación para comunicarse con los dioses; nos habla de la luna como organizadora del tiempo. También nos habla de los territorios, de los ritos, cantos y ceremonias y de la convivencia con los vecinos. Menciona actividades como la pesca y la cacería, el uso de la tierra y la organización para el trabajo. Nos cuenta sobre los oficios de los hombres, de las mujeres y de los niños, las rutinas de trabajo y los sistemas de desyerbe, los sistemas del sembrado de maíz, de la cosecha, de la recolección, de las clases de alimentos y de sus preparaciones, así como de la vida social de la familia.
Leer este libro es asistir a un curso de alto nivel sobre la cultura U´WA, teniendo como valores agregados el estilo narrativo muy auténtico, que nos lleva a apreciar los testimonios autobiográficos de Berichá.
Material enviado a Aurora Boreal® por EDIMCA. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Edimca. Carátula Tengo los pies en la cabeza © Biblioteca de escritoras colombianas,