Autor
Cristo Rafael Figueroa. Yo considero que hoy en día el crítico literario se ha convertido en ensayista, lo que me parece una función con más sentido y utilidad dentro de la literatura. Es decir, si el nuevo crítico es ensayista, crea literatura.
Autor
En español me gusta mucho Antonio Jiménez Morató y Juan Villoro.
Autor, critico, académico
Todos los críticos literarios "relevantes" que conozco se han muerto. El último fue Tzvetan Todorov -un verdadero mito para mí-, que se murió el mes pasado. No sabría a quién elegir de los actuales. Lo siento.
Académico
Pero es que es muy difícil ver en el panorama un nombre supersobresaliente. Yo diría que (para mí) acaba de morir este año (cosa de meses) la persona que fue una ‘marca’ en la crítica literaria de corte semiótico. La argentina Josefina Ludmer, su producción se inauguró con un libro que excede todo lo que se pueda esperar de una crítica de novela. Pienso que fue su tesis doctoral: Cien años de soledad. Una interpretación, que para mí fue escuela. Nunca he leído ni he vuelto a leer un análisis tan profundo y tan metódico de una novela tan monumental como Cien años de soledad. Allí la belleza de la novela se confundía con la belleza científica de la reflexión de la novela, donde se entrecruzaban las reflexiones de Barthes, Kristeva, Greimas, Freud, Lacan, Levi-Strauss, en fin toda la escuela semiótica de Paris y muchos más, en una aplicación –a mi juicio- magistral. Ella tiene muchísimas otras publicaciones (Lo gauchesco, Borges, etc.) Pero ya te digo…se murió hace poco.
Editor, autor
Luis Gregorich, ensayista y crítico literario, autor de varios libros, entre ellos Escritores del futuro supo "ver" varios años antes que Harold Bloom la enorme proyección que tienen las obras y figuras de William Shakespeare y Jorge Luis Borges. También en este libro, con un lenguaje preciso que elude las tentaciones del encriptado y de la demagogia, Luis Gregorich reunió varios ensayos dedicados a escritores como Jorge Luis Borges, William Shakespeare, Julio Cortázar, Roberto Arlt, y otros. El reconocimiento y los homenajes que tuvieron y tienen Borges y Shakespeare en el mundo, revelan la capacidad de anticipación de Luis Gregorich como gran lector y crítico. También la obra de Miguel de Cervantes, junto con la de Shakespeare y Borges – tres escritores que integran el canon ocidental - fue recordada y homenajeada por Luis Gregorich en uno de sus artículos publicados en el diario La Nación. Muchos años después de la publicación del libro Escritores del futuro, también fueron reconocidos en la Argentina Roberto Arlt y Julio Cortázar,
a quienes se les dedicaron homenajes tanto en la Feria del Libro de Buenos Aires, como en universidades y centros culturales. La televisión también preparó programaciones especiales dedicadas a los dos escritores. El juguete rabioso, de Arlt, primera obra de narrativa moderna escrita por un argentino, primera obra que se puede considerar auténticamente perteneciente al siglo XX, volvía a estar en primer plano. Algo parecido ocurrió con la obra de Julio Cortázar, a quien Luis Gregorich se refiere como en la década de 1960 como "uno de los protagonistas del "boom" - vastamente admirado e imitado entre nosotros; las huellas de sus cuentos, sobre todo, son fácilmente rastreables entre quienes practicaron el género después de él. La década de 1970 está dominada por su militancia social y su compromiso político en favor de la revolución cubana (y después en favor del sandinismo en Nicaragua), lo cual le acarrea nuevos afectos y adhesiones, aunque ya se inicie un reflujo en la estimación de su obra. A partir de los '80, la crítica y los escritores que hegemonizan la escena inician una violenta reconsideración de sus libros, hasta relegarlos en las posiciones más extremas, a mero pasatismo adolescente, a estampas de épocas cuyas circunstancias, en realidad, se prefieren olvidar..." "...Cortázar ha desandado los intrincados caminos - fantásticos, costumbristas, realistas, psicológicos, todos intransitables hoy - de su tradición, en busca de algo que fuese a la vez más y menos que la literatura. No ha de ser así: al final de la ruta está, otra vez, la literatura..." dice Gregorich y agrega: "... "Y el mayor mérito de la obra del escritor esté quizá en que la nueva literatura está ya contenida en aquel desandar la literatura vieja que, de este modo, en sí misma halla su superación...". En mi opinión, no sólo es importante estar atento a las novedades que se publican sino que es más importante hacer lecturas en profundidad de las obras de algunos autores, trabajo que Gregorich realiza con rigurosidad. Luis Gregorich es además traductor y adaptador de Hamlet y Rey Lear y de Danza macabra de Strindberg, fue director de Eudeba y guionista de un documental que marcó una época para la historia política y cultural de la Argentina: La República Perdida. Ocupó cargos como la Subsecretaría de Cultura de la Nación y la Vicepresidencia de la SADE.
Académico y crítico
No puedo responder tu pregunta sino de manera particular, aludiendo al que a mí más me gusta de los que están vivos. Me circunscribo estrictamente a América Latina y son dos nombres: el primero, Roberto Hernández Retamar, octogenario autor del magnífico libro Calibán y veterano director de la revista Casa de las Américas. Y Mario Vargas Llosa, también octogenario, autor de varios artículos y ensayos antológicos de crítica literária. Las razones son sencillas: ambos autores exhiben una larga y leal experiencia en el oficio, además de ser poeta el primero y novelista el segundo. Su manejo del lenguaje y de la agudeza crítica los lleva a descubrir matices y problemas sugestivos de las obras que comentan. Ambos tienden a ser verdaderos pensadores de la literatura, tratada con fino lenguaje artístico.
Autor
Presencias reales de George Steiner y que hace referencia a la “crítica en acción” que lleva a cabo un escritor en lo que siempre es la relectura de obras que le han precedido e impresionado. Desde La Eneida de Virgilio al Ulises de Joyce.
Académico, crítico
Muchas gracias por invitarme a participar en esta encuesta. Sobre el tema que me planteas tengo opiniones muy encontras (y hasta enfrentadas). La razón es que en esta profesión hay mucho intrusismo, mucha supervedette que vive de los réditos de alguna fama adquirida hace muchos años, hay mucho paseante, feriante y mucho vividor de congresos en los que se venera a la vaca sagrada, aunque ésta no dé un vaso de leche desde tiempos remotos, y ni siquiera sean capaces de leer una novelita de medio pelo. En fin, que de este panorama, desolador casi siempre, y ya fallecido hace rato mi maestro Jacques Gilard, yo destacaría, una figura clave, rutilante, un maestro con proyección internacional, una figura modélica, con grandes valores éticos, como es el escritor y ensayista hispanouruguayo FERNANDO AÍNSA, maestro de maestros. Toda una Luz para tiempos abisales, de oscuridad y "postverdades".
Académico y crítico
Pero, francamente, no estoy lo suficientemente informado como para dar una respuesta seria. Hace unos cuantos años, te habría dicho Ángel Rama, sin la menor duda. Pero hoy me siento fuera de juego.
Autor
Sin duda es, Harold Bloom, el crítico literario norteamericano, autor notablemente de El Canon occidental, o Catálogo de libros preceptivos"publicado en 1.994, en el que señala a veintiséis autores como los más importantes de la literatura de occidente, entre los que destaca a Shakespeare y Dante, como los dos grandes ejes y faros luminosos, continúa con Geoffrey Chauser, John Milton, Samuel Johnson, William Wordsworth, Jane Austen, Charles Dickens, George Eliot, Virginia Woolf, Michel de Montaigne, Moliere, Marcel Proust, Goethe, Sigmund Freud, Franz Kafka, Tolstoi, James Joyce, Samuel Beckett, Cervantes, León Tolstoi, Henrik Ibsen, Fernando Pessoa, Walt Whitman, Emily Dickinson, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, selección basada en la lectura y la calidad estética de las obras seleccionadas, que ha sido criticada por excluyente, quizás por aquello de que "no son todos los que están, ni están todos los que son". Bloom, atribuye al genio individual, el trabajo creativo, en lo que toma distancia de escuelas como la de la Sociología de la literatura, de Lucien Goldmann, que explica la obra de arte, como resultado de la relación de lo social y lo literario, como una relación de mutua determinación, sin que ella sea una fotografía, o copia mecánica de la realidad. Algunos de los autores escogidos por Bloom, aparecen en una encuesta realizada en 1.985, por cinco importantes periódicos: The Times de Gran Bretaña, Die Zeit de Alemania Occidental, La Stampa,de Italia, El País de España, y Lire de Francia. Para no caer en nacionalismos, los lectores franceses, por ejemplo, no podían votar por los autores franceses e igual en cada país. Los nombres de los diez más grandes escritores fueron escogidos luego de haber procesado las encuestas en las listas propuestas por cada escritor en los cinco países. El primer lugar entre todos lo obtuvo Shakespeare, Goethe, el segundo, en la encuesta de Stampa, y el quinto en The Times, Cervantes fue tercero en Lire y Die Zeit, cuarto en The Times y quinto en la Stampa. Dos novelistas del siglo XX, Proust y Thomas Mann, ocuparon el sexto lugar en igualdad de condiciones, luego están Moliere, Joyce y Dickens. Hay que destacar que en cuatro países hay un gran escritor: Shakespeare en Gran Bretaña, Goethe, en Alemania, Cervantes en España y Dante en Italia, Francia es la excepción. Shakespeare, fue el gran escritor del milenio, y Ulises de Joyce, fue la mejor novela del siglo XX.
Autor
Recientemente fallecido, Tzvetan Todorov es para mí la gran figura. Sus estudios sobre los estructuralistas rusos, las notas críticas de autores contemporáneos y su Poética del Relato siguen siendo mis libros de consulta preferidos. Inteligente como el que más, no dejó nunca de lado esa sensibilidad literaria que no encuentro sino en dos autores de esos días: Jorge Luis Borges y Vladimir Nabokov. Los tres con esa particular elegancia intelectual, compuesta de distancia y de discernimiento. Porque si la erudicción y la inteligencia, aunadas a un gusto personal cultivado, no van además en vueltas del halo inspirado, nos conducen a listas críticas como aquella de 500 autores que levantó cierto profesor norteamericano, en la que dejó por fuera a William Faulkner y, pero apenas asomado, pues de milagro solo cita su nombre, a García Márquez.
Autor
Mas no se me ocurre que contestar. Tengo mi lista de pensadores, filósofos: Walter Benjamin, la escuela francesa, los argelinos-franceses. La gran mayoría muertos. Los más jóvenes, apenas les estoy entrando ahora.
Autor
Hay críticos que sobresalen por sus argumentos, por su erudición o por su capacidad para rebatir una larga tradición que fosilizaba el animal literario. La diversidad de acercamientos no implica necesariamente jerarquías. Sin embargo, quizás, los que más me interesen son aquellos cuya impronta puede ser calificada como una resonancia. Parecen ya ausentes de nuestras lecturas, olvidados en una bibliografía indigesta, cuando, de pronto, reconocemos dos notas aisladas en nuestra escritura que son tan ajenas como propias. Tal es el caso, por ejemplo, de Roland Barthes. Solo un gran maestro de orquesta puede darse cuenta de que ese barómetro, aquel que aparece en Un corazón sencillo de Flaubert, no sirve para decorar la casa de Mme Aubain sino para que sea tangible.
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Bueno pensé que el asunto era mundial, pero desde el comienzo me vinieron nombres como Jorge Ruffineli (el uruguayo) y José Miguel Oviedo (peruano).. ¿ por qué? Recuerdos de haber gozado con su pertinencia, con su manera sabrosa de escribir, por su cercanía... a nivel mundial pienso también en George Steiner... un verdadero sabio…
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Para mí, hablar de mejores no es una opción. Pero sí de relevantes. Y entre esas personas relevantes, por su crítica literaria, está Noé Jitrik, a quien tuve el honor de conocer el año pasado en Cali. Muchos de los ensayos de Jitrik me sirvieron para mi licenciatura y aún los considero valiosísimos para indagar en la historia del boom, y de otros autores argentinos, que por el paso de los años, y de las modas, quedan relegados al olvido, a menos que un crítico como Jitrik los ponga otra vez sobre los estantes. Y es que la literatura, creo, no debería estar sujeta a la contemporaneidad o el pasado, sino situarse como un cuerpo de estudio que puede manejarse paralelamente al de la historia, pero siempre en función de la calidad, los contenidos, los temas, los motivos, estudios, todos, que ha hecho Noé Jitrik.
Académico y autor
Yo considero que en Puerto Rico el crítico literario vivo más importante es el Dr. Efraín Barradas, de la University of Florida en Gainesville (Estados Unidos). Barradas ha estudiado la narrativa de Luis Rafael Sánchez a fondo y su concepto de "hablar en puertorriqueño" ha hecho escuela. También se ha ocupado de la diáspora boricua a Estados Unidos y su antología Herejes y mitificadores fue un parte aguas en los Estudios Puertorriqueños. Sus trabajos enfocados en los estudios culturales más recientemente hablan de un crítico que ha evolucionado desde el análisis textual de la palabra escrita a otras manifestaciones de la cultura puertorriqueña, en particular sus artículos sobre cocina, pintura e instalaciones. Sus reseñas en las revistas 80 grados y En rojo del periódico Claridad (el periódico de la nación puertorriqueña) son ejemplo de un crítico académico que también hace periodismo cultural de alto calibre. Sus ensayos sobre lo cursi y la poesía del poeta mexicano José Emilio Pacheco, Premio Cervantes 2009, hablan a las claras de un estudioso de México así como del Caribe que busca indagar donde la crítica oficial no ha indagado. Pionero en su estilo y en su manera de acercarse a su objeto de estudio, recuerda lo mejor de un Walter Benjamin o un Roland Barthes criollos.
Académico y autor
Me agarras fuera de base. La crítica literaria cada vez es más escasa y menos requerida. Primero con el posmodernismo, la crítica fue relegada. Luego desde que los estudios culturales invadieron la literatura, muchos de los textos literarios no son más que pretextos para enseñar de todo menos literatura. Rápidamente se me ocurren Kwame Anthony Appiah, Judith Butler, Noam Chomsky, Jurgen Habbermas y Gayatrik Spivak. Pero esta es una respuesta para ti. No creo que puedo hacer la elaboración que sería necesaria. Hace tiempo que dejé de leer crítica porque lo que leo no me motiva.
Académico y autor
Voto por Terry Eagleton, nacido en Inglaterra en 1943. De filiación consecuentemente marxista, el autor de Una introducción a la teoría literaria nos enseñó que la teoría y la crítica literarias son estratégicas, es decir, forman parte de un pensamiento y una práctica discursiva que van “más allá” de la literatura (si es que ésta existe como tal en todo momento y lugar), hacia la confrontación de discursos sociales, en medio de la disputa por el poder, es decir, política. No hay una crítica que sea específicamente política, todas lo son, pero se puede ser consciente de ello o no, y esto determina la dimensión ideológica de la práctica del sujeto crítico (y, en última instancia, su “autenticidad”). Destaco también su participación en medios audiovisuales, como el guion del telefilme Wittgenstein, de Derek Jarman.
Académico
Posiblemente el más relevante crítico literario vivo en 2017 sea Francisco Rico ya que se trata de un estudioso que combina la tarea crítica con la de transmisión de la cultura. La erudición de Rico es monumental y a él le debemos estudios que demuestran un inmenso conocimiento, no solo de la tradición literaria española sino de la historia de la cultura en general. Al mismo tiempo, de su labor de editor cabe resaltar obras como la Historia Crítica de la Literatura Española o la Biblioteca Clásica; ambas son de gran utilidad tanto para el crítico especializado como para el lector común que desea una lectura instruida. Finalmente, le debemos ediciones indispensables de clásicos de la literatura española como el Lazarillo de Tormes o El Quijote.
Autor
Un crítico relevante vivo en 2017: Christopher Domínguez Michael (México, 1962). Un crítico literario tiene que ser ante todo un gran lector. Alguien que se enfrente a cada libro como si fuera la primera vez que lee. Un caballero que deja sus armas y su escudo antes de cruzar el umbral que le separa del infinito mundo de las sensaciones. Sensaciones que le invitan a coquetear con ese otro mundo de la racionalidad. Un crítico literario no recibe un libro con las manos cruzadas y un pergamino abierto lleno de condiciones. Un libro se recibe, en silencio y desnudo, dispuesto a ser poseído. Llegado el momento de pasar la última página, entonces el crítico tiene la palabra. Christopher Domínguez Michael además de ser un gran lector, es un admirable conocedor de la lengua española. Sus textos son un espacio donde no sólo encontramos ideas, análisis, búsquedas, sugerencias; sino también una recreación de nuestro idioma, avalada por su cuidado, su estudio, su investigación y sus lecturas. En el trabajo con la palabra, no sólo convoca al lector a aprender, sino también a disfrutar con la libertad que ofrece el verdadero ejercicio creativo. Domínguez Michael es un intelectual del mundo, un crítico universal. Se sumerge sin miedo en el ámbito de los libros, como su espacio natural, a la vez que mantiene una relación permanente con la realidad. No da lecciones, las aprende. Y en la medida que lo logra, va trasmitiendo el resultado de su experiencia. No está anquilosado en estructuras de ideas y criterios fijos. Sus años de trabajo no le han hecho perder la frescura, el entusiasmo y la disposición ante una obra nueva, sin que por ello le abandone la objetividad y la búsqueda del sentido que debe caracterizar a un profesional. Para él la buena literatura es prioridad. Gracias a su convencimiento, su perseverancia y fuerza interior, además de su pasión por lo que hace, se ha mantenido por años entre los intelectuales más creativos. Su actitud ante los tropiezos y adversidades han dado muestra de su enorme capacidad de resistencia. La agudeza de su criterio, su asertividad, la capacidad de reconocer la esencia de cada obra, de expresarla y de ubicarla en el lugar que se merece, más allá de cualquier triunfo o fracaso editorial, ayuda al lector a sobrevivir al bombardeo de textos en el que se vive hoy. Rescata a los buenos autores de la fugacidad del tiempo que se les concede. Se afana por salvar la capacidad contra la que más se atenta en nuestros días, la de discernir. Christopher Domínguez Michael es un crítico en el que se puede confiar. Nos entrega una visión honesta, fiel, resultado de su compromiso con el arte. No está reclutado por los escritores, las editoriales, los poderes, el lector o su propia imagen. Su único pacto es con la excelencia y lealtad de la obra artística. Nos encontramos ante todo con un crítico consecuente con sus ideas. No sucumbe ante agasajos ni ataques. No se vende. Es de los que practica la máxima aristotélica de ser más amigo de la verdad que de la persona que la expone.
Autor
¿El más relevante crítico/la más relevante crítica en estos momentos? Difícil responder. Porque hace unas semanas se murieron dos de los más relevantes críticos de la literatura en lengua española: Josefina Ludmer y Ricardo Piglia. Sin duda el ensayista argentino Horacio González, -sociólogo, escritor y Director de la Biblioteca Nacional desde 2005 hasta 2015-, tiene la potencia de Ludmer y Piglia. Y sin embargo esta crítica, la de Ludmer & Piglia, y también González, viene de tiempos muy diferentes a éstos, donde se lee cada vez menos, se han reducido al mínimo -cuando no eliminado- los espacios de crítica en los medios de prensa tradicionales, y se produce cada vez más. ¿Hay una desorientación? Una desestructuración de la crítica, una dispersión? Se vive un momento muy especial en el que no hay „uno“ o „una“ crítica relevante, sino más bien una explosión de crítica desde los lugares más diversos y menos institucionalizados. El escritor que desea que su libro sea comentado, se interna en un via crucis que ni Cristo... ¿Dónde está la crítica? ¿En la universidad? ¿En la prensa escrita? ¿En los programas de TV? ¿En las radios? ¿En las agencias literarias? ¿En Internet? Desde el blog en la web hasta youtube… muerta la crítica, la crítica está en todas partes: ¡Viva la crítica!
Autor
En verdad que no conozco o no tengo noticias de críticos literarios. En los diarios y revistas sólo leo a comentaristas o periodistas dedicados a reseñar libros.
Estos son ejemplos de unas 60 respuestas, todas muy similares que se pueden resumir en lo siguiente:
No me atrevo a participar en tu encuesta. Mis conocimientos al respecto no dan para responder a tu encuesta. Me tengo prohibido hablar de críticos, no sé por qué pero así es. Discúlpame por favor.
Fotografía de Harol Bloom tomada de interent.