Alejandra Pizarnik - Domingos de poesía

Alejandra Pizarnik (Argentina, 1936-1972). Poeta y traductora. En su obra se percibe un aire trágico constante. La angustia existencial, la infancia desdichada, el sentir amoroso y la ineludible afinidad por la muerte son temas centrales en su trabajo. También afloran la tristeza, el dolor y el miedo que caracterizaron su existencia. A través de sus dobles, de sus otros yo, está latente el deseo intenso de integrarse a la unidad perdida, conquistar lo real y pertenecer a este mundo. Su prosa poética y su poesía en prosa se entrecruzan para dar lugar a una voz única y esencial en la literatura hispanoamericana. Dicen de Pizarnik que nació con la oscuridad en su alma. Con 36 años se suicidó tras salir de permiso del hospital psiquiátrico de Buenos Aires.

 

LA ENAMORADA

esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues

hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió

enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado

oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú

te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada, ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!

 

 

NOCHE

Quoi, toujours? Entre moi sans cesse et
le bonheur!
G. de Nerval

Tal vez esta noche no es noche,
debe ser un sol horrendo, o
lo otro, o cualquier cosa…
¡Qué sé yo! ¡Faltan palabras,
falta candor, falta poesía
cuando la sangre llora y llora!

¡Pudiera ser tan feliz esta noche!
Si sólo me fuera dado palpar
las sombras, oír pasos,
decir «buenas noches» a cualquiera
que pasease a su perro,
miraría la luna, dijera su
extraña lactescencia, tropezaría
con piedras al azar, como se hace.

Pero hay algo que rompe la piel,
una ciega furia
que corre por mis venas.
¡Quiero salir! Cancerbero del alma:
¡Deja, déjame traspasar tu sonrisa!

¡Pudiera ser tan feliz esta noche!
Aún quedan ensueños rezagados.
¡Y tantos libros! ¡Y tantas luces!
¡Y mis pocos años! ¿Por qué no?
La muerte está lejana. No me mira.
¡Tanta vida Señor!
¿Para qué tanta vida?

 

 

LA ÚLTIMA INOCENCIA

Partir
en cuerpo y alma
partir.

Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.

He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más formar fila para morir.

He de partir

Pero arremete, ¡viajera!

               (La última inocencia, 1956)

 

 

LA ÚNICA HERIDA

¿Qué bestia caída de pasmo
se arrastra por mi sangre
y quiere salvarse?

He aquí lo difícil:
caminar por las calles
y señalar el cielo o la tierra.

 

 

CENIZAS

Hemos dicho palabras,
palabras para despertar muertos,
palabras para hacer un fuego,
palabras donde poder sentarnos
y sonreír.

Hemos creado el sermón
del pájaro y del mar,
el sermón del agua,
el sermón del amor.

Nos hemos arrodillado
y adorado frases extensas
como el suspiro de la estrella,
frases como olas,
frases con alas.

Hemos inventado nuevos nombres
para el vino y para la risa,
para las miradas y sus terribles
caminos.

Yo ahora estoy sola
—como la avara delirante
sobre su montaña de oro—
arrojando palabras hacia el cielo,
pero yo estoy sola
y no puedo decirle a mi amado
aquellas palabras por las que vivo.

 

 

AZUL

mis manos crecían con música
detrás de las flores

pero ahora
por qué te busco, noche,
por qué duermo con tus muertos

 

 

LA NOCHE

Poco sé de la noche
pero la noche parece saber de mí
y más aún, me asiste como si me quisiera,
me cubre la conciencia con sus estrellas.

Tal vez la noche sea la vida y el sol la muerte.
Tal vez la noche es nada
y las conjeturas sobre ella nada
y los seres que la viven nada.
Tal vez las palabras sean lo único que existe
en el enorme vacío de los siglos
que nos arañan el alma con sus recuerdos.

Pero la noche ha de conocer la miseria
que bebe de nuestra sangre y de nuestras ideas.
Ella ha de arrojar odio a nuestras miradas
sabiéndolas llenas de intereses, de desencuentros.

Pero sucede que oigo a la noche llorar en mis huesos.
Su lágrima inmensa delira
y grita que algo se fue para siempre.

Alguna vez volveremos a ser.

 

 

EL MIEDO

En el eco de mis muertes
aún hay miedo.
¿Sabes tú del miedo?
Sé del miedo cuando digo mi nombre.
Es el miedo,
el miedo con sombrero negro
escondiendo ratas en mi sangre,
o el miedo con labios muertos
bebiendo mis deseos.
Sí. En el eco de mis muertes
aún hay miedo.

 

 

ORIGEN

La luz es demasiado grande
para mi infancia.
Pero ¿quién me dará la respuesta jamás usada?
Alguna palabra que me ampare del viento,
alguna verdad pequeña en que sentarme
y desde la cual vivirme,
alguna frase solamente mía
que yo abrace cada noche,
en la que me reconozca,
en la que me exista.

Pero no. Mi infancia
sólo comprende al viento feroz
que me aventó al frío
cuando campanas muertas
me anunciaron.

Sólo una melodía vieja,
algo con niños de oro, con alas de piel verde,
caliente, sabio como el mar,
que tirita desde mi sangre,
que renueva mi cansancio de otras edades.

Sólo la decisión de ser dios hasta en el llanto.

 

 

EL DESPERTAR

A León Ostrov

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre

Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada

Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue

¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde

Señor
Arroja los féretros de mi sangre

Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón

Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo

 

 

DESDE ESTA ORILLA

Soy pura
porque la noche que me encerraba
en su negror mortal
ha huido.

W. BLAKE

Aún cuando el amado
brille en mi sangre
como una estrella colérica,
me levanto de mi cadáver
y cuidando de no hollar mi sonrisa muerta
voy al encuentro del sol.

Desde esta orilla de nostalgia
todo es ángel.
La música es amiga del viento
amigo de las flores
amigas de la lluvia
amiga de la muerte.

               (Las aventuras perdidas, 1958)

 

 

[ÁRBOL DE DIANA]
(fragmentos)

1

He dado el salto de mí al alba
He dejado mi cuerpo junto a la luz
y he cantado la tristeza de lo que nace.

13

explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome

22

en la noche

un espejo para la pequeña muerta

un espejo de ceniza

27

un golpe del alba en las flores
me abandona ebria de nada y de luz lila
ebria de inmovilidad y de certeza

33

alguna vez
                    alguna vez tal vez
me iré sin quedarme
                    me iré como quien se va

               A Ester Singer

               (Árbol de Diana, 1962)

 

 

ENCUENTRO

Alguien entra en el silencio y me abandona.
Ahora la soledad no está sola.
Tú hablas como la noche.
Te anuncias como la sed.

 

 

LOS OJOS ABIERTOS

Alguien mide sollozando
la extensión del alba.
Alguien apuñala la almohada
en busca de su imposible
lugar de reposo.

 

 

MEMORIA

A Jorge Gaitán Durán

Arpa de silencio
en donde anida el miedo.
Gemido lunar de las cosas
significando ausencia.

Espacio de color cerrado.
Alguien golpea y arma
un ataúd para la hora,
otro ataúd para la luz.

 

 

SOMBRA DE LOS DÍAS A VENIR

A Ivonne A. Bordelois

Mañana
me vestirán con cenizas al alba,
me llenarán la boca de flores.
Aprenderé a dormir
en la memoria de un muro,
en la respiración
de un animal que sueña.

               (Los trabajos y las noches, 1965)

 

 

VÉRTIGOS O CONTEMPLACIÓN DE ALGO QUE TERMINA

Esta lila se deshoja.
Desde sí misma cae
y oculta su antigua sombra.
He de morir de cosas así.

 

 

LINTERNA SORDA

     Los ausentes soplan y la noche es densa. La noche tiene el color de los párpados
del muerto.
     Toda la noche hago la noche. Toda la noche escribo. Palabra por palabra yo
escribo la noche.

               (Extracción de la piedra de la locura, 1968)

 

 

EN UN EJEMPLAR DE «LES CHANTS DE MALDOROR»

     Debajo de mi vestido ardía un campo con flores alegres como los niños de la
medianoche.

     El soplo de la luz en mis huesos cuando escribo la palabra tierra. Palabra o
presencia seguida por animales perfumados; triste como sí misma, hermosa como
el suicidio; y que me sobrevuela como una dinastía de soles.

 

 

L'OBSCURITÉ DES EAUX

     Escucho resonar el agua que cae en mi sueño. Las palabras caen como el agua
yo caigo. Dibujo en mis ojos la forma de mis ojos, nado en mis aguas, me digo mis
silencios. Toda la noche espero que mi lenguaje logre configurarme. Y pienso en
el viento que viene a mí, permanece en mí. Toda la noche he caminado bajo la
lluvia desconocida. A mí me han dado un silencio pleno de formas y visiones
(dices). Y corres desolada como el único pájaro en el viento.

               (El infierno musical, 1971)

 

 

APROXIMACIONES
(fragmentos)

             Buenos Aires 1956-1958

abrazando tu sombra en un sueño
mis huesos se arqueaban como flores

*

los bordes de silencio de las cosas
lo callado que recorre la presencia de las cosas

*

estos ojos
sólo se abren
para evaluar la ausencia

*

pasos en la niebla
del jardín de lilas
el corazón regresa
a su negrura

*

quisiera vivir siempre
como algo olvidado en la mano de un muerto

*

siempre habrá el miedo de otras voces
el miedo de otras voces

*

éste es mi invierno elegido
éste es mi deber ante la niebla y lo confuso

*

si solamente hicieran una hoguera en mis labios
para quemar las sílabas que no se unen

*

En mis huesos la noche tatuada.
La noche y la nada.

 

 

LA NOCHE, EL POEMA

Alguien ha encontrado su verdadera voz y la prueba en el mediodía
de los muertos. Amigo del color de las cenizas. Nada más intenso que
el terror de perder la identidad. Este recinto lleno de mis poemas
atestigua que la niña abandonada en una casa en ruinas soy yo.

Escribo con la ceguera desalmada con que los niños arrojan piedras a
una loca como si fuese un mirlo. En realidad no escribo: abro brecha
para que hasta mí llegue, al crepúsculo, el mensaje de un muerto.

Y este oficio de escribir. Veo por espejo, en oscuridad. Presiento un
lugar que nadie más que yo conoce. Canto de las distancias, escucho
voces de pájaros pintados sobre árboles adornados como iglesias.

Mi desnudez te daba luz como una lámpara. Pulsabas mi cuerpo para
que no hiciera el gran frío de la noche, lo negro.

Mis palabras exigen silencio y espacios abandonados.

Hay palabras con manos; apenas escritas, me buscan el corazón. Hay
palabras condenadas como lilas en la tormenta. Hay palabras
parecidas a ciertos muertos, si bien prefiero, entre todas, aquellas que
evocan la muñeca de una niña desdichada.

                                                                                        23/XI/69

 

 

I

nadie me conoce yo hablo la noche
nadie me conoce yo hablo mi cuerpo
nadie me conoce yo hablo la lluvia
nadie me conoce yo hablo los muertos

 

 

EN ESTA NOCHE, EN ESTE MUNDO

A Martha Isabel Moia

en esta noche en este mundo
las palabras del sueño de la infancia de la muerte
nunca es eso lo que uno quiere decir
la lengua nata castra
la lengua es un órgano de conocimiento
del fracaso de todo poema
castrado por su propia lengua
que es el órgano de la re-creación
del re-conocimiento
pero no el de la resurrección
de algo a modo de negación
de mi horizonte de maldoror con su perro
y nada es promesa
entre lo decible
que equivale a mentir
(todo lo que se puede decir es mentira)
el resto es silencio
sólo que el silencio no existe

no
palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?

en esta noche en este mundo
extraordinario silencio el de esta noche
lo que pasa con el alma es que no se ve
lo que pasa con la mente es que no se ve
lo que pasa con el espíritu es que no se ve
¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible

sombras
recintos viscosos donde se oculta
la piedra de la locura
corredores negros
los he corrido todos
¡oh quédate un poco más entre nosotros!

mi persona está herida
mi primera persona del singular

escribo como quien con un cuchillo alzado en la oscuridad
escribo como estoy diciendo
la sinceridad absoluta continuaría siendo
lo imposible
¡oh quédate un poco más entre nosotros!

los deterioros de las palabras
deshabitando el palacio del lenguaje
el conocimiento entre las piernas
¿qué hiciste del don del sexo?
oh mis muertos
me los comí me atraganté
no puedo más de no poder

palabras embozadas
todo se desliza
hacia la negra licuefacción

y el perro del maldoror
en esta noche en este mundo
donde todo es posible
salvo
el poema

hablo
sabiendo que no se trata de eso
siempre no se trata de eso
oh ayúdame a escribir el poema más prescindible
el que no sirva ni para
ser inservible
ayúdame a escribir palabras
en esta noche en este mundo

 

 

EN UN PRINCIPIO FUERON MIS MUERTOS

     Los ausentes soplan grismente y la noche es densa.
     La noche tiene el color de los párpados del muerto.

     Toda la noche huyo, encauzo la persecución y la fuga,
     canto un canto para mis males,
     pájaros negros sobre mortajas negras.

     Un viento demente me desmiente. Me confino, me alejo de la mano
crispada, no sé otra cosa que la noche oscura.

               (Poesía completa, 2000)

 

pizarnik 1967 350Alejandra Pizarnik (Argentina, 1936-1972). Poeta y traductora. En su obra se percibe un aire trágico constante. La angustia existencial, la infancia desdichada, el sentir amoroso y la ineludible afinidad por la muerte son temas centrales en su trabajo. También afloran la tristeza, el dolor y el miedo que caracterizaron su existencia. A través de sus dobles, de sus otros yo, está latente el deseo intenso de integrarse a la unidad perdida, conquistar lo real y pertenecer a este mundo. Su prosa poética y su poesía en prosa se entrecruzan para dar lugar a una voz única y esencial en la literatura hispanoamericana. Dicen de Pizarnik que nació con la oscuridad en su alma. Con 36 años se suicidó tras salir de permiso del hospital psiquiátrico de Buenos Aires.

 

 

Material de consulta:
Poesía completa. Ana Becciu (ed.). Barcelona: Lumen, 2000; Alejandra Pizarnik. Madrid: El País, 2008; Breve antología. Miguel Ángel Flores (ed.). México: UNAM, 2010.

 

 

"Domingos de poesía" es una idea original del poeta Sergio Laignelet, colaborador de Aurora Boreal®. Se publica semanalmente. Toda la selección y cura de los materiales por Sergio Laignelet.

 

 

sergio laignelet 250

Sobre Sergio Laignelet
Bogotá, 1969. Poeta colombiano residente en Madrid, editor, corrector de estilo y ortotipográfico de publicaciones educativas y culturales. Libros publicados: That's all Folks! (poemas animados). Madrid, 2017; Cuentos sin hadas. Canarias, 2010; Carnaval (plaquette). Bogotá, 2007; Malas Lenguas. Bogotá, 2005. Ediciones bilingües de CSH: Danés: Omvendte eventyr. H. Krarup trad. Copenhague, 2017; Francés: Contes á l’envers. R. Durand trad. Toulon, 2015, y Colomiers, 2017 (además, poemas suyos han sido traducidos al inglés, portugués, italiano, sueco, finés, polaco y japonés). Antología editada: Gatimonio: poemas de gatos de autores hispanoamericanos. Madrid, 2013.

Poemas de Alejandra Pizarnik ©Herederos literarios de Alejandra Pizarnik. Selección de poemas: Sergio Laignelet. Material enviado a Aurora Boreal® por Sergio Laignelet. Poemas publicados con autorización de ©Herederos literarios de Alejandra Pizarnik. Fotografías de Alejandra Pizarnik hechas y autorizadas por ©Lucrecia Plat. Fotografía Sergio Laignelet © Lorenzo Hernández.

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