Poesía de Leonardo Alezones Lau

leonardo lau 001Leonardo Alezones Lau. 1983. Venezuela. Poeta y Artista Plástico, Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena 2002-2005. Es autor del poemario Arcada publicado dentro de la colección CADA DÍA UN LIBRO en el año 2008 como galardón en El Certamen Mayor De Las Letras y Las Artes Del Conac. Amalivaca en 2012 con Negro Sobre Blanco Editores. Parte de su obra está representada en revistas como Pez de Plata, Poesía (UC) y Punto En Línea (UAM). Actualmente trabaja con artistas de la región y alterna su obra con el periodismo cultural.

 

TAROT

dicen que con el tiempo
te conviertes en lo que haces
y no quiero ser un poema
para estar cargado de nostalgias
ni mucho menos
seguir lleno de horizontes
debiendo recorrer todos los que hice míos
durante la eternidad
prefiero ser una carta de tarot
anunciar al niño el camino hasta el erotismo
oculta bajo la manga del brujo
colorida como la muerte de ese pájaro
más tropical que lo que talaron en mi semblante

 

 

LA ROSA QUE ANIDÓ EL ÁNGEL

cómo saber si soy o no el sueño de alguien
de ser así
lo alegraré haciéndole creer
que todo es posible
incluso esta existencia

a grado de considerar uno más real
llega un punto
donde el címbalo
me hará esfumar
repitiendo la tonada de mi vida

genio
esa será mi canción
la rosa anidada por el ángel

 

 

EVIDENCIA

date cuenta
entre más digo mi nombre al mismo tiempo que tú
vamos desapareciendo
miedo ira
en los pulmones revestimos el alma
un beso para el bebé
entibiar en la lámpara las medias
en espera de robar otra caricia
ya estas en el recibo
el amor es alguno de los colores
aprende a llenarlo de a poco
hasta que su tinta inunde el mundo
los restos del naufragio
el olor a zapatos viejos y las velas rotas
nos han hecho bajar de nuevo
buscando ese vaso con pinceles

 

 

ENTRE CAYENAS Y PUMAS

como golpeada por un herrero cae la lluvia
desde el que forja metal para los dioses
puede detener las chispas una molécula de ozono
y enfriarse hasta caer en el embrujo de la naturaleza

este teatro donde representamos todas las adoraciones
la fiera de ojos grises
circunda la casa cuando hay enfermos
y el olor del romero y el yodo es suficiente para hacerla huir

cada una es un mazo cayendo una y otra vez
sobre invenciones
relojes y plumas de búho
mientras el tiempo no se da abasto
para terminarnos de hacer una hoja
con la que podamos abrir la senda
y así llegar al agua donde la vimos pescar

su pelambre está húmeda -tiene lagañas-
ha marcado los árboles cerca del gallinero
donde se sirve por las noches
y avanza sobre las piedras a refugiarse
no vaya a ser que hallemos a su cría
y robemos su piel para cubrirnos del temporal

 

 

PSEUDO

si un poema te cansa
dile que se marche
acercó la locura de nuevo
con su risa enrarecida
otro asesino en los balcones
mirada repleta de electrodos
rechinan las piezas llenas de óxido
pero él sigue
cerca de mi mente
come de mí estando vivo
me mastica la pierna en busca de salado
trae una serpiente para jugar
gato olvida que soy una ratonera
y deja de lamerte los pelos

 

 

EL TAMARINDO

mi abuela me decía
ahí vienen los loros a visitar el tamarindo
fui pequeño y traté de descifrar aquella música
está el cuerpo de mi abuelo sepultado en el árbol que soy
así su cráneo bocarriba le habló de sí a los pájaros

entendí que yo era lo mismo que una hoguera
iluminando poca resolana
el cuerpo de mi abuelo charla con las raíces
y da higos bonitos en su aroma a mentol

por eso es que vienen las pájaras azules
vienen a arder en sus celos
en las pocas luces que el país de los muertos otorga
el tamarindo es un fruto de viudos
un fuego en el que arden las viejas cartas de amor

 

 

ALICE BLUE GOWN

el castillo de alicia guarda un naipe de hueso
una astilla que anduvo su corazón
al que le bastaba amasar la tierra
posando dulcemente la luz en sí
la misma al descubrir un esqueleto en la fronda

mariposa qué delicado es tu camino en el paisaje
para acercarte a su blancura
la de una luna atrapada en un balde
donde anoche me bajaron el quebranto

sueños de verdes páramos y altas sonrisas
que aún saben de mi niña
cuando nació pegada a un azulejo
que la hizo morir de tristeza al nacer

lo que no saben de ella es que la obsesiona
la idea de seguir a un conejo para encontrar
a su hermana menor
pues se me parte el corazón al explicarle
haberla perdido en un juego de barajas con jesús

quién conoce la carta tatuada bajo mi camisón de oro
por esos días mis pisadas fueron agrias
como leche cuajada en el monte
sólo alicia sabe sentir dolor igual que nosotros

tal vez si apuesto con ella podré lamentarme
sobre un buen par de tetas
y no girarán las rosas entumecidas por el sol
rojas con cada reina decapitada y ultrajada en la vida

 

amalivaca 001Selección de poemas realizada por Leonardo Alezones Lau. Material enviado a Aurora Boreal® por Leonardo Alezones Lau. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Leonardo Alezones Lau. Foto Leonardo Alezones Lau © Leonardo Alezones Lau.

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