Seguro que el título que vine a elegir les recuerda a Galeano, queriendo ser de barro y de silencio en un mundo de plástico y de ruido. Leía ese poema hace unos días y pensaba en lo ausentes de silencio que están nuestros niños. No sé si les pasa, pero cuando los míos llegan a casa me hablan a gritos, como si no los escuchara, como si tuvieran que seguir compitiendo por una onda sonora que cargara con sus agravios del día.Desde hace varios años, en una concatenación de variables que han hecho quizá de la necesidad virtud, el mundo de la literatura infantil y juvenil ha ido dando pequeños pero seguros pasos que se enfrentan a la dictadura del mercadeo. Se ha apostado desde el ámbito de las editoriales independientes por soportes lúdicos sin estridencias, por la innovación en la relación entre texto e imagen, entre forma y contenido. Un producto editorial que tiende a la reflexión a través de la contemplación y que invita a una lectura colectiva, familiar e íntima. Aunque lo parezcan, estos no son adjetivos recíprocamente excluyentes, precisamente porque el álbum ilustrado optimiza una experiencia de lectura multidimensional.
Hablaba al principio del ruido, del estrés y de la suspensión de comportamientos éticos. Pues bien, desde algunas de estas editoriales independientes han surgido (y en algún caso se han recuperado) propuestas que aúnan precisamente estos elementos: la simplicidad en la propuesta textual y su multidimensional relación con la ilustración; la reflexión sobre temáticas de educación cívica e incluso política; la invitación a hacer del soporte libro un espacio para el aprendizaje sin estridencias.
Les invito a ver un par de ejemplos.
En primer lugar, la propuesta de la filósofa británica Ellen Duthie y la ilustradora mexicana Daniela Martagón, que buscan con la editorial Wonder Ponder "estimular el diálogo con y entre niños sobre las grandes preguntas filosóficas, a través de propuestas que conjugan literatura y estímulos visuales.” Sus títulos se adentran de una forma lúdica y exploratoria en conceptos que, bueno, quizá a los adultos nos convendría recordar. Su último volumen, Lo que tú quieras, plantea preguntas clave sobre la libertad individual en un mundo en que la libertad del ser se tiende a confundir con la posibilidad de elegir del consumidor. Mi favorito en la colección es Yo, persona, sobre qué es un ser humano y cómo se construye la identidad del ser. El asunto, saben ustedes que leen esto desde distintas diásporas, es peliagudo. Parte de la genialidad del producto es que juega también con la identidad del libro infantil en cuanto a libro y presenta en su lugar unas colecciones de láminas que permiten al lector-jugador alterar las formas de ver y verse.
En segundo lugar, la editorial valenciana Media Vaca (no me pregunten, el nombre es todo un misterio) ha sido galardonada este año con el premio Bologna Ragazzi para no ficción por su colección Libros para mañana. El premio Bologna Ragazzi es uno de los más prestigiosos en el mundo de la literatura infantil otorgado a editoriales. Libros para mañana es en realidad una nueva propuesta ilustradora sobre un contenido cívico que vio la luz allá por los años de la Transición Democrática en la España de 1978. Los editores Vicente Ferrer y Begoña Lobo presentan la colección haciéndose cargo de que cuarenta años sí son algo y reflexionan que “si podemos leer lo que dice el libro sin que nos cause muchísima extrañeza es porque, al parecer, ese mañana todavía no es hoy” .
Media Vaca recupera cuatro asuntos – la democracia, la dictadura, las clases sociales y las relaciones de género – con sus textos originales pero ficha a cuatro nuevos ilustradores que dejan su impronta estilística y visual con una clara camaradería lúdica y pedagógica. La simplicidad de los textos es acunada por unas estrategias visuales que complementan la comprensión e incitan a la reflexión y el diálogo. Tienen, además de sugerencias de lectura y preguntas para la reflexión, una propuesta para la interactuación que invita a los chicos a enviar sus respuestas y prometen pensar en futuras publicaciones basándose en los correos de los chicos.
Estos libros, en el fondo también para los no tan niños, invitan al lector a imaginar respuestas a las grandes preguntas del ser humano, desde el silencio y la serenidad traen la imagen y la palabra. “Flor del pensamiento”, que diría Galeano.
Sacramento Roselló–Martínez.
España, 1972. Ha vivido desde finales de los noventa en Estados Unidos donde se doctoró en Literatura Española y Estudios Culturales en la Universidad de Georgetown. Allí también inició su carrera docente en varias instituciones incluyendo Northwestern University desde donde llega a Dinamarca para realizar labores de investigadora en el Centro de Literatura Medieval en Syddansk Universitet. Su trabajo se centra en estudios de género y memoria en el contexto de las escrituras de vida y escrituras del yo pre-modernas. En el ámbito de la literatura medieval ha fundado la red de investigadores Redes Petristas (petristas.org) de la que es su actual coordinadora. Su interés por aspectos de divulgación y promoción de la cultura y en particular la lectura le ha llevado a profundizar en dos proyectos personales, por un lado un blog en el explora los límites de la biografía como género y como método desde doble perspectiva académica y creativa; por otro lado, el estudio de la literatura infantil y juvenil en especial los libros ilustrados en todas sus variantes (no-libros, libros silenciosos, libros móviles).
Material enviado a Aurora Boreal® por Sacramento Roselló-Martínez. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Sacramento Roselló-Martínez. Foto Sacramento Roselló-Martínez © Mayra Navarrete. Carátulas de los libro Lo que tú quieras y Las mujeres y los hombres tomadas de las páginas de las editoriales Wonder Ponder y Media Vaca.
