Este oro manchado en sangre sirvió para pagar materias primas que España envió a Alemania durante Segunda Guerra Mundial, entre ellas wolframio de las minas gallegas, que partían del puerto de Vigo hacia Alemania.
Fernando Méndez, periodista y escritor gallego. Máster en Drogodependencias y Sida, y especialista en estrategias de comunicación y marketing. En sus 22 años de experiencia profesional trabajó en los diarios Faro de Vigo y La Región, y en Televisión de Galicia, desarrollando su labor en las áreas de judicial, sanidad, política y empresa. Fue también colaborador de El Observador, Cambio 16, Interviu, Radio Minuto, Tiempo, RNE, y de publicaciones temáticas y diarios digitales. En el ámbito institucional fue jefe de prensa de la Consellería de Agricultura, Ganadería y Política Agroalimentaria de la Xunta de Galicia y director de Comunicación del Parque Tecnológico de Galicia.Es autor de más de 200 ponencias sobre comunicación social y cultura emprendedora, y ha realizado 47 proyectos de comunicación y gestión tecnológica.
Año 1998: el escritor británico Lans Morthimer, famoso por sus best seller, llega a Galicia en compañía de tres colegas -una escritora afgana, un colombiano y un holandés-, para pasar una temporada alejados de las presiones políticas y mediáticas. Al entrar en su hotel, Morthimer recibe un enigmático mensaje para acudir a una cita en un cementerio.
A partir de ese momento, los escritores se ven implicados en una trama de oro, muerte y secretos de confesión que los empuja tras la pista del padre Abel Martín, un sacerdote desaparecido hace 20 años, quien se llevó con él las claves que implicaban al Gobierno y a la Iglesia española en el tráfico de oro nazi procedente de los campos de exterminio alemanes. Un peligroso secreto que ahora alguien quiere conocer a cualquier precio.
Deus xogando aos dados narra la huida hacia la libertad.
Deus xogando aos dados enviado a Aurora Boreal® por el escritor y periodista Fernando Méndez. Foto Fernando Méndez©Alberte Paz. Foto huella carátula libro©Olga Seoane.