Cajambre es un pueblo y un rio perdido en el pacifico colombiano entre Cali y Buenaventura. Es el símil de un Macondo negro con todas sus costumbres, vocabularios, dichos, mitos, hechizos y miserias. Pero, también, es la radiografía de un pueblo inmerso en una naturaleza exuberante llena de riqueza vegetal y animal que moldea los espíritus y las vidas de quienes allí conviven. Es la fotografía de la pobreza de sus habitantes dependiendo de la explotación maderera, de los productos del rio y de los manglares. Es un conjunto de personas con intereses diversos, inmersos en una manigua de sincretismos de toda índole. En medio de todo éste espectáculo tropical se revela la riqueza de sus almas, de sus creencias y de sus mitologías.
La historia gira alrededor de la muerte de Ruperta, quien murió por culpa de sus amoríos con Balanta. El pueblo se conmociona y el chisme vuela con todo tipo de conjeturas e inventos. La estructura del cuento converge sobre lo que acontece durante la novena o sepelio de Ruperta. Costumbre que le permite al autor narrar todo tipo de escenas con sus canticos, “curulaos”, ritmos al son de los cununos, cánticos y “alabaos” como fiesta de muertos. En medio de todo este estrépito de ceremonias, la novela también va mostrando los aspectos económicos de la explotación y los intereses entre jornaleros y los dueños del “chachajo” o madera para la exportación. Los “pajaros” de la violencia también están presente. Entre el aserrío y el oro artesanal se vislumbra lo que hoy aún persiste como abandono y ausencia de Estado en Colombia.
El autor cita una frase maravillosa de Rainer María Rilke quien dice: “Terrible es todo ángel”. Y eso es precisamente Cajambre: La pureza de la selva se mezcla con lo terrible y salvaje de Cajambre. Pobreza en medio del esplendor de la naturaleza. La virginidad de la manigua con lo salvaje de la existencia. La dependencia del “compadre” para subsistir tanto física como anímicamente. El vínculo con los “Chirimbolos” para saber del acontecer y el devenir en la más primitiva imitación de un radio o de un televisor.
Como en la famosa obra Fuenteovejuna del dramaturgo español Lope de Vega, donde se narra la historia de un comendador que abusa del poder ante el pueblo, provocando que éste se rebele contra el déspota. Allí, en ese miserable pueblo cordobés, al unísono todos gritan frente al juez: ¡Fuenteovejuna, señor”! Como máximo veredicto democrático. Pero en Cajambre, no hay juez ni hay justicia y por lo tanto, a la bella y sensual Ruperta “La mató la noche”. Así, termina la historia y los culpables que habían pasado por el confesionario o los vecinos que frecuentaban a Ruperta, quedaron tranquilos.
Édgar Ortegón
Colombia, Economista por la Universidad Nacioanl de Colombia y Master of Arts in economics por la Rice University de Houston, EEUU. Ha sido funcionario del Departamento Nacional de Planeación de Colombia. Ex Director de Proyectos y director de la División y Programación de Inversiones del Instituto Latinoamericano y del Caribe de Población Económica y Social (ILPES), organismo miembro de la Comisión económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Consultor internacional y referente en planificación, inversión pública y política pública. Es profesor de la Universidad Alcalá de Henares (España), Universidad de Chile (Chile), Universidad del Valle (Colombia) y Universidad Continental (Perú). Ha publicado Guía sobre diseño y destión de la política pública (2008), Fundamentos de planificación y política pública (2012), Políticas públicas: Métodos conceptuales y métodos de evalucación (2015), Una aproximación a la teoría de la complejidad: Política pública y valor público (2018), y en coautoría numerosos textos, metodologías y manuales sobre identificación, preparación y evaluación de proyectos y sistemas nacionales de inversión pública.
Material enviado a Aurora Boreal® por Édgar Ortegón. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Édgar Ortegón. Carátula Cajambre versión Italia © cortesía Bibiotheka Edizione. Carátula Cajambre versión España © cortesía Editorial Difácil. Carátula Cajambre Turquía © cortesía Veritakitap. Fotografía Édgar Ortegón © Édgar Ortegón.
