30 años de la novela 'El Patio de los vientos perdidos' de Burgos Cantor

patiovientos 152Para celebrar los 30 años de El Patio de los vientos perdidos, la novela de Roberto Burgos Cantor

 

El patio de los vientos perdidos
Roberto Burgos Cantor
Novela
Primera edición 1984

 

“.... Robertico terminó la novela, desde hace días estaba en la espiral final, y ya está buscando manos femeninas que la pasen a limpio (...) es hermosa, con toda esa fe indefensa, maravillosa, que alienta a ese turbaquero ( ) a los más grandes cielos. No sé en qué momento se nos volvió sabio, con el más grande corazón de aire limpio que ha dado esta selva de pájaros, tigres, y mujeres que le traen agua pura porque él sí sabe de poesía y cogió la ley por la cintura y por el alma.

Quien lo ve, tan mañoso, tan atento con las muchachas, trayendo el mercado en su carrito semi-blanco, buscando fósforos de palito para la pipa, tan de corbata, y con las alas guardadas en el closet ¡” (Santiago Mutis, octubre de 1984)

La suerte me permitió estar cerca de Roberto Burgos Cantor, en Bogotá, cuando publicó El patio de los vientos perdidos, hace 30 años. Grabamos entonces un diálogo para El Espectador. Lo transcribo aquí para Aurora Boreal®. Nuestra generacion piensa en Burgos Cantor con gratitud por su ser y la poesía de su narratividad, por su consagración a la reflexión ética, sacando del fondo de su baúl de mago palabras balsámicas.

patiovientos 350¿Hace mucho tiempo estabas escribiendo El Patio...?

Hubo un proyecto con más intenciones que trabajo y ese proyecto empezó, pero seguramente yo no tenía el entrenamiento ni el ring ni la pega necesaria para esa carrera de.. ¿qué será la novela? ¿una carrera de tiro largo?... y en resolver los problemas de la novela paré y me puse a trabajar el libro de cuentos (Lo Amador) –como libro de cuentos aunque tú piensas que es una novela “disimulada”. Tal vez la narrativa de estos tiempos ha hecho más difusos los límites entre los géneros y de pronto la novela es el gran revoltillo de la extinción de todos los géneros... bueno, el asunto es que entonces comencé a darle al libro de cuentos y cuando lo terminé, sucedió a los seis, a los ocho meses, una coincidencia y fue que pude retirarme del trabajo que tenía, hacer unos malos cálculos acerca de cuánto vale el día, cuánto tienes que dar para comprar tu día en la mesa de trabajo. Y logré tener así lo que había pensado serviría para un año... bueno el asunto solo aguantó para ocho, nueve meses. Pero descubres una cosa buena ya en tu trabajo de escritor: una vez que te encarretaste va generando una riqueza propia, un mundo propio, una alegría que pase lo que pase después ya eso sigue solo, ya tú tienes es que seguirlo... entonces de trabajo de verdá verdá dos años así, escribiendo todos los días.. claro del proyecto original, previo al libro de cuentos, no quedó sino el deseo, la intención de una novela, de pronto la idea de un personaje...

¿Del personaje principal?

Sí sí.. bueno estoy ahí complicado en pensar cuál es el personaje principal, de los personajes previos a la escritura de Lo Amador el único que existía era un boxeador retirado, ese personaje siguió y vuelve a aparecer en lo que hoy es la novela.

¿Cómo decide uno lanzarse a escribir una novela ?

Te acuerdas de ese libro de Norman Mailer que leímos alguna vez, tú en Barranquilla y yo en Bogotá, en el prólogo Mailer cuenta que la novela es un problema de resistencia, de obstinación, de terquedad, de necedad también, un trabajo con muchos abismos y dificultades, todo consiste en hacerse fuerte para atravesar ese periodo. Ahí no tienes ese encuentro repentino con la poesía que es el cuento

Hay mucha poesía, mucha libertad narrativa en El Patio...

Bueno la novela permite toda esa integración, ahora el asunto de lo que señalas como poético es que termina uno por encontrarse con que lo único que le devuelve la libertad a la prosa es la poesía. Si no la prosa se vuelve muy doméstica, “muy prosaica”; la poesía le permite libertad y le confiere mucho ritmo ...

¿Es la escritura asunto de paciencia?

Sí es un trabajo de paciencia y solo hasta que has escrito entiendes aquella buena recomendación de García Márquez que es No escribir en borrador... si tu escribes con paciencia, con cuidado, con tesón, estás escribiendo en limpio, de manera que cuando consideras haber acabado lo que estás trabajando, de verdad lo acabaste... es chevre cuando uno termina ¿verdad? porque nadie te dice que escribas: es una de las decisiones más libres del mundo..

¿Cómo supiste que debías poner punto fina a la novela?

Primero estaba la imagen del final, la imagen del final sí estuvo desde esas noches que recordamos oyendo Richy Ray y Escalona, en la Calle 60, en el cuartico de Santiago Mutis y Alicia Padilla. Allí una noche de pronto oyendo esas cosas vi el final y después me estuve riendo mucho porque yo no había empezado a escribir la novela, y me reí más cuando hablaba con algunos amigos escritores y me decían: ya estoy en el final de una novela, o ya tengo la mitad escrita... y a mí lo único que me había ocurrido es que había visto un final y.. claro ¿cómo llegas a ese final? .. a qué corresponde, por cuál camino se va, cuál es el que no frustra llegar a ese final...

Muchas cosas en la vida cotidiana en Colombia van en contra de la escritura ¿cómo se fortalece la vocación del escritor?

Fijate esa es una de las enseñanzas, de los decires llenos de fuerza, de convicción, de confianza, de Alvaro Cepeda Samudio: si tú quieres escribir escribes... todo puede joderte, pero también: nada puede joderte, uno va viendo como escribieron los que siempre leemos, Faulkner, Kafka, Joyce, uno piensa en esos monstruos... siempre es muy después cuando alguien no escribió que uno dice: “tal vez no escribió por tal cosa”, pero bueno ¿y el que escribió? Uno lee los libros y después se acerca a ver cómo lo escribió el autor en medio de tales dificultades ....

Sé que eres un gran lector de poesía...

La poesía tiene una relación con la vida íntima de cada quien... muy gratificante, y es que tú tienes una determinada poesía para un determinado momento de tu existencia, como la música que escuchas, no todos los días puedes escuchar a Alejo Durán, no todos los días puedes escuchar a Vivaldi, hay días en que prefieres escuchar a Brahms, otro día en que no te lo mamas...

¿Cuáles son tus amores poéticos ?

¿De esos amores así que no se acaban? ¿amores de viejo? Alvaro Mutis, Aurelio Arturo, Gaitán Durán... y ahora verás la fregadera cuando diga Santiago Mutis, dirán entonces que es un amor familiar... sigo leyendo a Pessoa, a Rilke, al poeta del mar Saint-John Perse... a Rimbaud y algunas cosas de André Breton, aquello de “Mi mujer de cintura de reloj de arena”...

¿Cómo es la vida cotidiana de un escritor que anda metido en una oficina, distraído con un mundo diurno, cumpliendo oficios acaso muy ajenos a la literatura?

Vas aprendiendo, como diría Arnulfo Julio, “el meneo de la vida”... hay gente que sale de la oficina en un banco y se va a escribir, gente que dicta clases... abogados, médicos, arquitectos que escriben... eso no quiere decir que se esté traicionado nada, tú sabes cuál es tu tarea y te preservas para ello... para los que escribimos en Colombia es muy difícil porque aquí en un momento el ser escritor era una cualidad que adornaba, el escritor era un ser inofensivo o perdido en una bohemia estéril o graciosa que dejaba frases, chistes... el escritor era considerado un notario de la palabra en la visión tradicional de la sociedad, un hombre que solo servía para escribir las cartas y las proclamas de otros funcionarios, de otros patrones... ahora esto se rompe , eso comienza a cambiar... ahora en el escritor hay una carga de profundidad contra la sociedad que le toca soportar, este escritor ha cambiado ya su relación con la sociedad misma en la que le toca sobrevivir... eso nos hace la vida difícil a quienes escribimos (...) toca morirse o rescatarse escribiendo... el hecho de que se haya enrarecido la relación, de que toque escribir con dificultad, tirando puños, desde el comienzo es algo enriquecedor para la literatura misma. No hay posibilidad de un escritor burócrata...

¿Eres hijo del mar Caribe?

Sí, sí, ese es el mundo que por el camino de la recuperación, por el camino de la nostalgia, por el camino de las evidencias, te llega, el mundo en el que te sitúas literariamente, también, eso no lo decide uno, hay unos elementos que van dando el perfil de ese mundo, su desenvoltura, la picardía, la libertad, la irreverencia... el sentimiento que uno tiene cuando está viviendo allí es que a la gente del Caribe no le importa nada, pero lo quiere todo... una vecina asomada en la paredilla diría: ¡que pretenciosos!

 

roberto burgos 011Roberto Burgos Cantor
(Colombia, 1948). Escritor y editor. Ha publicado las novelas: El patio de los vientos perdidos, El vuelo de la paloma, Pavana del ángel, La ceiba de la memoria y Ese silencio. Las colecciones de cuento de su autoría son: De gozos y desvelos, Quiero es cantar, Juegos de niños, Una siempre es la misma y Lo Amador, entre otros cuentos. Recibió el Premio Jorge Gaitán Durán otorgado por el Instituto de Bellas Artes de Cúcuta en Colombia y el Premio de Narrativa José María Arguedas de Casa de las Américas por La ceiba de la memoria.

 

 

 

 

 

Julio Olaciregui
julio olaciregui067Colombia 1951. Periodista y escritor, pasa de un género literario a otro con una gran desenvoltura. Se inició en el teatro en la Universidad de Antioquia, Colombia. Viaja a París en 1978 para estudiar literatura en la Universidad de la Sorbona. Sus obras incluyen la novela, la poesía, la dramaturgia, el cuento. Ha publicado Vestido de bestia (relatos, 1980), Los domingos de Charito (novela, 1986), Trapos al sol (cuentos, 1991), Dionea (mitonovela, 2005), Días de tambor (relatos, 2012), Una mano en la oscuridad (relatos, 2013), La segunda vida del Negro Adán (2014) y El hombre caimán en el zoológico de Berlín y otros cuentos (2014). Adaptó para el cine La mansión de Araucaima, de Álvaro Mutis, filmada luego por Carlos Mayolo (1986). Sus obras de teatro: En el cabaret místico (1999), El tango congo se acerca a La Habana (2000) y El callejón de los besos (2009). Desde 1998 escribe de cine para la agencia France-Presse.

 

 

Material enviado a Aurora Boreal® por Julio Olaciregui. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Julio Olacirehui. Foto Julio Olaciregui © Adriana Rosas. Foto Roberto Burgos Cantor © Roberto Burgos Cantor.

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