Canfield nos lleva de la mano por la geografía de su mundo

En una época tan anti-poética como la nuestra, leer poesía es un oficio raro. Pero, sobre todo, escribirla. Sabemos que provenimos de un continente con una gran tradición de poetas, una tradición en lengua española que los latinoamericanos han sabido enriquecr con sus lecturas y viajes. Solo hay que pensar en Rubén Darío, el gran viajero del modernismo, a quien el océano  – el Atlántico – le quedaba muy pequeño para su viaje poético que fue tanto literario como físico. De aquí me parece que Martha Canfield, quien vive en Florencia, conecta con esta tradición del viaje tan propia de la poesía latinoamericana más original, donde los continentes, archipiélagos y paisajes están conectados en una intricada simbología de movimientos, como lo ilustra gran parte de los títulos de sus poemas: Despedida, Exilio, El regreso, A la deriva, Viajar en la palabra, Amor y mar, y muchos otros. Y este movimiento está manifiesto hasta en los títulos aparentemente más estáticos como Álbum de Fotos, pero, sin embargo, el movimiento está allí incrustado desde los primeros versos: "De mirada en mirada /como quien recorre un viejo álbum/de fotografías/voy siguiendo el hilo de recuerdos". En efecto, en este viaje poético expresado en versos libres que revelan por otra parte un dominio evidente del lenguaje,  Canfield nos lleva de la mano – como si fuese una especie de Virgilio –   por la geografía de su mundo donde llegamos a conocer las diferentes estaciones de vida y emocionales de la poeta, estaciones que nos presentan una época ("con el presentimiento de la bomba"), una generación ("como el combatiente caído")y una sensibilidad ("y amar en contravía"). Ella, además, se enfrenta incluso con lo desconocido (búsqueda eterna) a través de la madre en Perchance to dream - una re-creación del monólogo de Hamlet sobre la muerte - donde se leen los siguientes versos: "Yo he sido quien le dijo adiós/para que sola sola/ descendiera/en el pozo/del despertar negado". Aquí entonces se conecta el poema con otro juego de palabras, de metáforas, con el sueño, la noche y el día, un contrapunto que cambia, que está en movimiento en el viaje de la vida que descubre la noche, la sombra y la oscuridad, dándole un ligero tinte romántico a estos versos de Canfield, "las cavernas oscuras del olvido“. Por otra parte, cuando ella habla de novedad y de cambio (ver entrevista), pensamos inevitablemente en las reflexiones de Charles Baudelaire sobre <<la modernité>> donde el poeta y crítico literario del siglo XIX señalala tensión del poeta y del arte en medio del cambio, el movimiento, lo transitorio y la eternidad. En efecto, ¿no será el cambio y la novedad el espíritu eterno de nuestra época? Pero, ¿cuando mencionamos la palabra geografía no estaremos pensando en puntos fijos contrario al viaje? Ciertamente, Flamante Gegrafía es el recorrido, el reconocimiento de un complejo y diverso viaje (ver el mundo con los propios ojos), que reúne poemas  entre 1968 y el 2010, donde la poeta, nos dice con lucidez: "pero la luz obliga a quien la ama".

Martha Canfield: Uruguay. Poeta, ensayista y traductora. Escribe en español y en italiano. Vive en Italia desde 1977 y es catedrática de Lengua y Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Florencia. Ha editado en italiano autores hispano americanos como Benedetti, Boullosa, Cardenal, Eielson, Montejo, Mutis, Vargas Llosa, Vilariño; y en español autores italianos como Pasolini, Sanguinetti, Bufalino. Es autora de cuatro poemarios en italiano: Mar/Mer (1989), Nero Cuore dell`alba (1998), Capricio di un colore (2004), Per abissi d`amore ((2006): y seis en español: Anunciaciones (1977), El viaje de Orfeo (1990), Caza de altura (1994), Orilla como mares (2004), El cuerpo de los sueños (2009), Corazón abismo (2011).

Reseña enviada a Aurora Boreal® por Luis Pulido Ritter. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Luis Pulido Ritter. Foto Martha Canfield © Pascual Borzelli. Carátula Flamante geografía cortesía de Martha Canfield.