Esther Andradi forma parte de ese crisol de pueblos y culturas que le asignan a Berlín un carácter mestizo, diverso, tan vital como debió ser la Buenos Aires a la que llegó su abuelo sirio a comienzos del siglo XX, y a quien ella se refiere en una entrevista: “Mi abuelo el árabe llegó a Argentina sin conocer una palabra de castellano. Dicen las lenguas familiares que en Buenos Aires sus paisanos le dieron una maleta con artículos para vender que él tiró por ahí porque le avergonzaba su español insuficiente y siguiendo las vías del ferrocarril llegó a una colonia de inmigrantes donde iba a conocer a mi abuela. La colonia se llamaba Nuevo Torino, de modo que el castellano por cierto tampoco era su fuerte […] De esa mixtura piamontesa y árabe, dialecto de Oms, nació mi padre y sus diez hermanos, a la sazón los tíos de mi infancia, de las fiestas de la yerra y de los chistes verdes en piamontés. Porque fue la abuela quien legó su lengua a la familia, mientras el abuelo relegaba su idioma y enterraba la nostalgia.”
Esther Andradi ha colaborado en prestigiosas publicaciones, como Letras Libres, Página 12 y La Jornada Semanal, con textos que son a la vez el testimonio de vidas anónimas y mínimas. De uno de sus artículos rescato esta cita que da cuenta de lo que para ella representa la palabra: “Atiborrados, cansados, atribulados de mensajes publicitarios, dominicales, diarios, televisivos, estrambóticos, los consumidores de imágenes decidimos por una vez comprar aquello que instala una demanda desde el corazón. Y apretamos la letra entre los dedos. En este siglo de estridencias la palabra vale por mil imágenes. Cuidado con su fuerza. Como el boomerang, vuelve.” (Letras Libres, 2006).
En reportajes, entrevistas, cuentos, novelas y testimonios Esther Anradi refiere momentos clave de su vida, de la historia y de su experiencia de la ciudad. Sus textos híbridos están cargados de sugerencias. En ellos importa tanto lo dicho como lo no dicho. El estilo es poético y de estructura precisa: una combinación de la fuerza y la belleza que conmueve al lector.
Mi Berlín, que acaba de publicar en España la editorial Mirada Malva, recoge artículos suyos entre 1983 y 2014, escritos en esta ciudad o sobre esta ciudad. El primero de ellos está dedicado al hundimiento del barco llamado Amor, que cruzaba el río Spree y que pertenecía a la antigua RDA y era utilizado también por los residentes de la RFA. El libro se cierra con un texto conmemorativo, tras veinticinco años de la caída del Muro. En resumen, Berlín es el lugar donde ha vivido lo escrito y escrito lo vivido. Compenetrada con personajes, espacios y momentos, ha sabido trasladar con maestría a la escritura la materialidad de la lengua, a través de su experiencia de los lugares y de las personas que han llamado su atención.
Lo que rescata Esther Andradi es la verdad poética, tanto en sus crónicas, como en sus narraciones, como en Berlín es un cuento (Novela, 2007), donde la protagonista se apoya en un sentido de pertenencia, en la riqueza que trae desde su punto de origen: “¿Qué sería de ella sin la poesía, si le faltasen el par de libros que trajo en su maleta? ¿Qué sería de ella si nadie nunca jamás le escribiera una carta en su idioma?” Del mismo modo, en Sobre vivientes (2001) libro de progresión sutil y escritura delicada, habla de un ir y venir por los “espacios del desastre y la esperanza”, es decir, de su país, Argentina, como sugiere su compatriota Mempo Giardinelli; y en Come, este es mi cuerpo (1991) evoca la infancia a través de los sentidos, especialmente de los sabores, mientras que en Tanta vida (1998), como señala Luis Fayad, se suceden trozos de una intimidad que se les revela a los demás y que resultan ser rescate personal, un espejo para mirar los momentos que llenaron el paso de los años.
Así, la elección de los temas, tanto en sus crónicas como en cuentos y novelas, parece azarosa, mientras que sus hallazgos son siempre de hondo contenido humano y excepcional sensibilidad. Comprometida con las causas sociales: feminismos, las asimetrías sociales, las contradicciones y paradojas de la vida, Esther Andradi pone en evidencia la irracionalidad de ciertas instituciones del Estado, así como la doble moral y las mentiras del discurso político. Por encima de los obstáculos a los que se enfrentan los que viven en otra lengua, ella vislumbra la capacidad de los seres humanos para sortear la pobreza o la injusticia, más allá de los estereotipos y de la demagogia que los desfiguran, cuando no los ignoran.
Publicado en La Jornada Semanal, del domingo 26 de julio de 2015.
Esther Andradi
Escritora, ejerció el periodismo durante largos años, residió en diferentes países, y actualmente vive en Berlín y Buenos Aires. Nació en Ataliva, un pequeño pueblo de la pampa argentina, estudió Ciencias de la Comunicación en Rosario, y en 1975 emigró al Perú. En Lima fue reportera, articulista, jefa de redacción. En 1978 publicó Ser mujer en el Perú, en coautoría con Ana María Portugal. En 1983 se estableció en Berlín, enseñó español, realizó entrevistas para La Voz de Alemania, escribió guiones para televisión y reportajes para radio, fue madre. Entretanto ha publicado testimonio, cuento, microficción, poesía y novela. Sus relatos figuran en numerosas antologías en diversos idiomas. Sus entrevistas y ensayos sobre cultura, migración y memoria circulan en diferentes medios de América, España y Alemania. Es autora de las novelas Tanta Vida, Sobre Vivientes y Berlín es un cuento. Tradujo la poesía de May Ayim al español. Es compiladora de las antologías Comer con la mirada; Vivir en otra lengua. Literatura latinoamericana escrita en Europa y Miradas sobre América: Crónicas de viaje, exilio y migración. Junto con Sandra Bianchi es coautora de Cartón Lleno. Breve muestra de la microficción en Argentina. En marzo de este año la editorial española Mirada Malva publicó Mi Berlín, crónicas de una ciudad mutante, una selección de sus artículos periodísticos que registran la vida cotidiana de la capital alemana antes y después de la caída del muro. Ha sido traducida a varios idiomas, últimamente al islandés.
Consuelo Triviño es doctora en filología románica por la Universidad Complutense de Madrid. Reside en España, donde ha sido profesora de literatura hispanoamericana. Está vinculada al Instituto Cervantes. Colabora con la crítica de libros del suplemento Lunes de El Imparcial. Ha colaborado con la crítica de libros del suplemento cultural «ABCD las Artes y de las Letras», del diario ABC. Obtuvo el primer premio en el Concurso Nacional de Libro de Cuentos de la Universidad del Tolima con Cuantos cuentos cuento (1977) y fue finalista del Premio Nacional de Novela Eduardo Caballero Calderón (1997). Ha publicado Siete relatos (cuentos), El ojo en la aguja (cuentos), Prohibido salir a la calle (novela) y La casa imposible (cuentos), La semilla de la ira (novela), Una isla en la luna (novela) además de libros de ensayo sobre autores como José María Vargas Vila, Germán Arciniegas, Pompeyo Gener y José Martí, entre otros.
El Berlín de Esther Andradi enviado a Aurora Boreal® por Consuelo Triviño Anzola. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Consuelo Triviño Anzola. Foto Consuelo Triviño © Tomada de internet http://www.telegrafo.com.ec/cultura1/item/un-reto-para-los-escritores-ecuatorianos-es-no-tener-miedo-a-arriesgar-y-experimentar.html. Foto Esther Andradi © Alejandro Adonis.