¿Un hombre alegre ?
Esperamos siempre un cuento que nos emocione
Una leyenda de amor y muerte, de amor, danza y tambores
A veces conversamos desde las sombras
Nani me alientas, tus palabras son manos y masajean mi alma
Doy vueltas por estos senderos de una vida anterior
Aquí he vuelto desde el mar de Taganga
Soy el pez nadando en profundas sangres de la Negri
Estos pinos con escarchas ya me han visto pasar
Regreso del cine a medianoche
Muñecos gigantones abuelos nazis vienen a espantarme
Al cerrar los ojos me deshago
Soy la vida temblorosa y callada aquí también
Mi padre sin músculos respiraba como buey desollejado
Como una oveja asustada a la hora del cuchillo
Trato de subirme por la pared
Traigo la vida, la guerra ya pasó por aquí
Prados muy verdes manchados de blanca espuma congelada
Cielos sin límites máquinas que fabrican máquinas
Cruzo un puente cubierto de nieve dura indiferente
Sobre la panza marina tu ombligo se deslizaba
¿Irías a la cumbiamba?
La noche del río estaba creciendo con su rumor de alas
Me disfracé de murciélago en la madrugada
La brisa hacía vibrar tus palabras
Ladridos lejanos máscaras que asustan
En el blanco silencio del hotel
El aceite de coco se ha vuelto cremoso con el frío
Su aroma me transporta
Me quedé un buen rato en el aeropuerto esperando y escribía
Sobre esa peli « Trama de los fumadores »
Unos hombres canosos me espiaban me darían mate
Vuelvo a mi vida ordinaria y sencilla donde las frases son aventuras
Mi vida era un pretexto para escribir frases
Tantas frases tantas palabras perdidas
Miedo a ser ahí en la oscuridad, bobo, miedo a perder las llaves
Me alivió ver a Nani pintándose las uñas de rojo
la pasión embadurnó todo desde la primera noche
pinceladas púrpuras
Su vestido rojo cuvando mi ansiosa verga
Deslizándose en el pavimento ardiente de la Via 40
los cien pies de las cumbiamberas bajo sus faldas
ventilando mi pensares a las tres de la tarde
Oh el sol arrecho en la batalla de flores besando su escote
Ibamos los tamboleros contigo hacia el barrioabajo
Sin dejar de tocar tus pechos
sin descanso hasta el marte e carnaval
Ibamos de nuevo por el mercado de Ciénaga buscando plátanos y yucas
Tu no querías ver la mano de pescaos con sus ojos
Cuajados gelatinosos cagados por las moscas
Un hombre en un bus la ve pasar
"una hembra del trópico"
Sabe lo que es bueno
espantas el miedo, me haces dulce, amargao no quiero ser.
En el metro de Berlín un viejo acordeonero me sonrió
me contoneaba oyéndolo tocar spanischer tanz
se dio cuenta que soy de la tierra del tamarindo
me miraba con cariño se alegraba como la gente
viéndote bailar en la cumbiamba
El paco-paco que salvaste en Taganga
te abrirá las puertas del cielo
el dios que respira agradece tu bondad de toronjil
me gustaba verte nadar hacia lo profundo
en la mar en la mar mis penas pude calmar
la luz del aire que baja de los cerros envuelve nuestros cuerpos
la mente no paraba de pensar en las obligaciones
El antiguo Sol me veía caminar de nuevo por Bergmannstrasse
« Berg significa montaña », me explicó Fayad
Volaba mi espíritu entre las negras y grises ramas peladas de los árboles aún con el colgandejo de las nieves decembrinas
ardía en deseos de ir al cine contigo
Van a dar muchas pelis buenas
cuán locos estaríamos si no pudiésemos ir al cine
ayer mis huellas digitales temblaban en la copa de vino
alertas, descansamos de nuestros demonios en el cine
al amanecer del miércoles de ceniza soñé que aún era tambolero
En el zoológico de Berlín vi tu ternura en los ojos de las zebras
preso en el zoologischer garten, mi pesadez de rinoceronte
se hizo leve con tu lengua
me diste comida
duele lengua de tanto chuparte
Esta mañana me siento inmortal
El carnaval termina en la playa con los pies en el agua del coco
Al salir de cine encandilado venía hablando con mi doble
el hombre que escaló la montaña de la muerte y descendió al valle de los vivientes
Cuando se levanta por la mañana se prepara un tinto
Sale al balcón y piensa en escribir, cuántas taras tendría si no escribiera
Cuando ya no viva en Berlín escribirá la novela «Adiós a la montaña del miedo », me anuncia
Un miedo gigante y el humo y la mente que no paraba de pensar
Habían querido llevárselo a lo más oscuro lo más hondo
Donde viven muertas gigantonas ranas plataneras
sin el lengüetazo del sol
sin el sudor de las cumbiamberas
sin untarse con el achiote de sus mejillas
sin los peces alborotados por la sangre de la Negri.
Un resplandor alegre bailó en sus ojos, me vi en ellos
muy flaco y frágil, aún le tiemblan las manos
Se queda callado evocamos el carnaval de Curramba
Nos abrazamos y susurrando me habla de su buen apetito
Del hambre de vivir que siente a toda hora...
Julio Olaciregui
Colombia 1951. Periodista y escritor, pasa de un género literario a otro con una gran desenvoltura. Se inició en el teatro en la Universidad de Antioquia, Colombia. Viaja a París en 1978 para estudiar literatura en la Universidad de la Sorbona. Sus obras incluyen la novela, la poesía, la dramaturgia, el cuento. Ha publicado Vestido de bestia (relatos, 1980), Los domingos de Charito (novela, 1986), Trapos al sol (cuentos, 1991), Dionea (mitonovela, 2005), Días de tambor (relatos, 2012), Una mano en la oscuridad (relatos, 2013), La segunda vida del Negro Adán (2014) y El hombre caimán en el zoológico de Berlín y otros cuentos (2014). Adaptó para el cine La mansión de Araucaima, de Álvaro Mutis, filmada luego por Carlos Mayolo (1986). Sus obras de teatro: En el cabaret místico (1999), El tango congo se acerca a La Habana (2000) y El callejón de los besos (2009). Desde 1998 escribe de cine para la agencia France-Presse.
Material enviado a Aurora Boreal® por Julio Olaciregui. Publicado en Aurora Boreal® de con autorizacion de Julio Olaciregui. Foto Julio Olaciregui © Adriana Rosas. Fotos Negras Puloy tomado de internet