Cuenta la historia de Antonio (quien perdiera a su hijo y a su mujer en Calabria), de Pascuale y de Franco. De los tres él único que trajo su mujer de Italia fue el último quien se convirtió en un exitoso empresario cinematográfico. Los otros dos, aunque no tan "exitosos" pero tampoco "fracasados", se casaron con mujeres del país y Antonio, quien era el mayor de los tres, tuvo siete hijos, del cual Roberto es el personaje principal de una saga anterior del mismo autor. La novela es narrada por una voz omnisciente en tercera persona y la obra está dividida en tres capítulos: el primero nos narra la partida y la llegada a la costa de Guatemala, el segundo el establecimiento en el país, y el tercero la partida del patriarca, de Antonio, que fallece de un ataque al corazón. Es interesante observar que, mientras en otros países y narrativas, la costa es símbolo de apertura, puertos y dinamismo cultural y económico, en esta novela la costa es símbolo de calor, de atraso y pereza, a pesar que haya puertos y líneas de ferrocarriles. En efecto, Antonio, que en verdad es un espíriu pesimista, termina muerto donde su hijo Roberto que vive en la altiplanicie con un clima más agradable. Y es a través de este personaje, Antonio, pues esta novela parte de su tragedia con sus capítulos intercalados, es que vamos descubriendo la voz de quien nos narra la historia, una voz donde la memoria, confundida con la ficción (lo que nos cuentan y lo que imaginamos), va revelando una escritura que no pierde el buen sentido del humor, pues su lenguaje está lleno de chispa y picardías y, al mismo tiempo, nos hace reflexionar sobre uno de los temas más palpitantes de nuestra cultura contemporánea: ser migrantes. de Montserrat.