Una trampa feliz

jacinta escudo 001Entrevista a Jacinta Escudos

Conversamos con la escritora y periodista salvadoreña, Jacinta Escudos, merecedora de varios premios literarios, entre ellos, el Mario Monteforde Toledo de Guatemala por su novela A-B Sudario en el 2002.

 

 

 

 


1. En tu último libro, Crónica para sentimentales, parece que ningún personaje está ni medianamente feliz en su propia piel. ¿Una mirada pesimista/realista/desilusionada sobre la vida?


La idea con estos cuentos es intentar reflexionar sobre aspectos de la vida que se nos pasan por alto debido al estado de enajenación cotidiana en los que nos tiene sumergida la vida moderna y que está creando unos niveles de agotamiento interior, emocional, individual, muy fuertes. La prioridad general de la inmensa mayoría es garantizar su trabajo y así garantizar un ingreso económico que supuestamente solucionará sus necesidades. Pero se piensa o se prioriza sólo las necesidades materiales, obviando y relegando las necesidades intelectuales, espirituales, emocionales que todos tenemos. Pensamos muy poco en la soledad, en la vejez, en la muerte, en nuestras dudas existenciales porque estamos ocupados solucionando las necesidades materiales inmediatas.
Ya metidos en el engranaje nos damos cuenta que lo único que logramos es meternos a una trampa que te exige vestirte de equis manera, tener ciertos aparatos tecnológicos, frecuentar los clubes o restaurantes de moda, etc. Y nos creemos el discurso de que por ahí puede estar el encuentro con la felicidad, aunque la verdad es que creo que los seres humanos ya ni pensamos en encontrar la felicidad, ni siquiera sabemos qué es eso, ni siquiera podríamos definir, individualmente, qué nos haría felices.
Pensamos que la felicidad es algo que vendrá en forma de objeto material, de un logro numéricamente medible, cuando puede ocurrir de mil maneras imperceptibles, diminutas y sin valor monetario. Los verdaderos valores humanos están en el olvido, despreciados o subvalorados. Tenemos que hacer una revaloración de la vida misma para lograr comprender cosas tan sencillas y grandiosas como la felicidad.

 

2. Algunos personajes -los hombres- buscan/necesitan la felicidad o el amor y sucumben. Y las mujeres, ¿qué pasa con ellas? No tienen ganas de vivir.

Insisto en que los seres humanos estamos todos viviendo en una especie de trampa gracias a los roles que nos impone la sociedad y la cultura. Y dentro de esa imposición, hay conceptos despreciados, devaluados, como el amor, la felicidad, la imaginación. Me pregunto constantemente cuáles son los ideales del ser humano contemporáneo que se ahoga, día a día, en esa enajenación cotidiana de la que ya hablé.
Por otro lado hay muchas cosas que se callan, que no se discuten ni entre amigos. Hay temas que son tabú en nuestras sociedades, que no se hablan. Y uno de ellos podría ser ese "no tener ganas de vivir", el cansancio interior. ¿Cómo no sentirlo si lo único que se hace toda la vida es trabajar para al final darte cuenta de que la pensión de retiro no te será suficiente y que posiblemente se tenga que seguir trabajando para mantenerse, a pesar de la edad? Pero la sociedad no quiere darle empleo a los adultos mayores.
Eso está obligando a un cambio de patrones, de paradigmas, y no necesariamente para mejorarlos. Ya la vejez, por ejemplo, no está siendo aquel idílico tiempo del "retiro dorado", de viejitos cuidando un jardín de rosas y nietecitos, sin preocupación alguna. Mucha gente mayor se está viendo obligada a seguir trabajando porque el retiro no les alcanza para nada. Para muchos el retiro significa llegar a la pobreza después de toda una vida de trabajo. Es una contradicción absurda.

 

3. El último cuento termina con la siguiente frase: "Siento una inmensa pereza de volver a amar". ¿Quizá no habría sido más conveniente haber dicho "Siento una inmensa necesidad de volver a amar"?

Ése final hubiera funcionado en otro libro, pero no en éste. Quizás la frase resume en parte su espíritu. Después de tanto dolor y desilusión, el ser humano está cansado de buscar sin encontrar, se cierra a los sentimientos, evade el dolor de esa torpe manera, sin saber que al cerrarse está perdiéndose la parte de la vida que puede procurarle felicidad, alegría, emociones agradables.

 

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Luis Pulido Ritter
Es doctor en Sociología y Filosofía por la Universidad Libre de Berlín. Ha escrito Matamoscas (poesía 1997), Recuerdo Panamá (novela 1998; 2005), Sueño Americano (novela 1999), ¿De qué mundo vienes? (novela 2010). Actualmente vive en Berlín. Escribe para el periódico La Estrella de Panamá y colabora con Aurora Boreal®

 

 

 

 

 

Entrevista enviada a Aurora Boreal® por cortesía del escritor Luis Pulido Ritter. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Luis Pulido Ritter. Foto de Luis Pulido©Christian Olguín. Foto Jacinta Escudos©Jacinta Escudos.

 

Entrevista para Aurora Boreal® y La Estrella de Panamá.

 

 

 

 

 

 

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