Ensayo
Ponencia completa del escritor colombiano Pablo Montoya Campuzano, realizada durante el V Festival de Literatura en español de Copenhague, el día jueves 28 de septiembre de 2017 en las instalaciones de la Universidad de Copenhague.
La literatura es invención y reescritura de los mitos. El escritor francés Michel Tournier aireó el de Adán y Eva en su cuento “La familia de Adán”. En él se dice que el primer hombre fue un hermafrodita. Una curiosa criatura que no solo vivía feliz en su jardín, sino que además vivía dichosa consigo misma. Tournier, en este punto, toca uno de los temas más candentes de la historia de las utopías: el de la felicidad sexual donde no existe el otro, o donde existe pero como experiencia de la plenitud. El Adán de Tournier, como es un hombre y no un dios, se hastía muy rápido de su onanismo y le pide a su padre una compañía. Pero a este Adán, tipo de exiliado que se presenta a veces, cuando es expulsado, no le da nostalgia por su jardín perdido. ¿De qué podría sentir nostalgia, si él ha sido hecho con el mismo polvo de la tierra por donde camina y de la cual vive? Se piensa con frecuencia que Adán es una suerte de proscrito, un fugitivo miserable que se la pasa añorando su Edén en medio de trabajos agobiantes. Tournier, no obstante, muestra otra cosa. Su Adán se siente en el desierto como pez en el agua. Se apasiona por la aventura y los horizontes lejanos son una invitación al conocimiento de la diversidad. Y como Dios le ha hecho el gran favor de extirparle sus pertrechos femeninos, Adán recorre con soltura los nuevos caminos que moldean su devenir. Quien siente nostalgia del Paraíso, en realidad, es Eva. La mujer fundacional no cesa el llanto y piensa a todo instante que algún día volverá al sitio donde conoció los besos de Adán, el sabor de las frutas, el olor de las mañanas y las noches, y el misterio de las músicas primigenias, en caso de que se piense que su compañero fue un tocador de arco o de algún cuerno o de una flauta de hueso.
- Detalles
- Por Pablo Montoya Campuzano
P es por el paso del tiempo. También por el paso secreto que conduce fuera del tiempo,
a la quietud que todavía no es, sin nombre, el paso que conduce al lugar de nacimiento de los poemas.
“El alfabeto del poeta”
Mark Strand
a.
“Un poeta es alguien que, sin ser escritor, escribe”. Este pensamiento, que muchos ponen en textos de Jean Cocteau, describe para mí la paradoja que signa el trabajo del escritor de versos, quien más desde el silencio que desde la palabra, más desde el enigma que desde la certeza, persevera para alcanzar su máxima expresión. El poeta no encuentra la armonía; la armonía encuentra al poeta. Por eso, más sorprendente que el texto “acabado” —un texto no se termina, se deja—, confieso mi constante asombro por el misterio que asiste a su creación. La poesía no tiene horario: la poesía se escribe no cuando uno quiere/ sino cuando ella –la poesía– quiere/ dicen.
- Detalles
- Por Robinson Quintero Ossa
Cuentos sin hadas / Omvendte eventyr
Sergio Laignelet
Poesía
Español / Danés
Forlaget Editorial Aurora Boreal®, Copenhague
ISBN 978-87-970038-0-0
Páginas 63
Traduccíón al danés Helge Krarup
2017
Los cuentos que llevamos hasta la orilla de nuestros hijos e hijas son esa versión preventiva del mundo que quiere asombrarles y agradarles con la fantasía encapsulada en la imaginación popular pero también informarles de las conductas que desatan el peligro. Sin embargo, esos cuentos infantiles son hoy en día una reconstrucción infantilizada y segura de los originales surgidos de la tradición oral recopilada, reescrita o inventada por autores como Perrault, los hermanos Grimm, Afanásiev o Hans Christian Andersen. En ese sentido el poemario de Sergio Laignelet, Cuentos sin hadas, es una vuelta a la tradición popular, al origen de la información sin filtros de la naturaleza humana más inquietante. Un libro para quien desee un vistazo en nosotros, y en sí mismo, intenso y macabro sin dejar de ser bello y seductor en su reinterpretación del folclore de los cuentos. Con un lenguaje codificado en la combinación entre fantasía y poesía que nos lleva al mundo de las fábulas de la infancia, pero esta vez para devolvernos a las advertencias originales que estaban en estos relatos, ahora tamizadas por el ojo de la experiencia moderna, otra vida despiadada, un nuevo tiempo que rodea todo lo que somos.
- Detalles
- Por David Guijosa Aeberhard
Resumen de la presentación de Claudio Cifuentes-Aldunate durante el Festival de Literatura de Copenhague 2015.
Claudio Cifuentes-Aldunate: Es chileno de origen y danés por adopción, es Docteur ès Lettres por la Universidad de Friburgo, Suiza. Ha vivido en Europa desde 1978: Italia, Suiza y finalmente Dinamarca, donde es profesor titular de Literaturas y culturas iberoamericanas. Ha escrito numerosos ensayos y artículos de crítica literaria, pictórica y cinematográfica, siempre con un enfoque estético-semiótico. En el ámbito de la creación ha incursionado tanto en la prosa como en la poesía.
- Detalles
- Por Claudio Cifuentes-Aldunate
Tú no conocerás el miedo ni los platos de hojalata...
Alguien te hablará de los tiempos oscuros.
Jorge Díaz. “Toda esa larga noche”.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, 1945, la división crucial en la que se vieron inmersas las naciones del mundo fue un momento cúspide para lo que sería el desarrollo histórico en la segunda mitad del siglo XX. La polarización de las dos fuerzas políticas y económicas como fueron el capitalismo y el comunismo llevó a los países a circunscribir sus ideologías, dinámicas sociales, políticas y económicas dentro de uno u otro de los dos países que conformaban estos frentes: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y los Estados Unidos de América. Esta situación dio inicio a la Guerra Fría e instó a los países a nivel mundial a tomar partido por alguna de estas dos fuerzas de poder.
El surgimiento de estos dos grupos de poder a nivel mundial ocasionó que en los países latinoamericanos se manifestaran choques sobre las vías que debían implantar los gobiernos, es decir alinearse a ideologías capitalistas o socialistas. Esta situación creó dos frentes de poder que luchaban por un mismo fin pero con diferentes concepciones de la realidad latinoamericana, mientras el gobierno optaba por la soberanía nacional ayudados por la potencia capitalista, Estados Unidos de América, las guerrillas luchaban por sus ideales patrióticos a través del socialismo, fundamentado en las revoluciones sociales surgidas en el siglo XX como fueron la Revolución Mexicana (1910), Rusa (1917), Cubana (1959) y Nicaragüense (1979).
- Detalles
- Por Marcela Patricia Zárate Fernández
¿Cómo un aforismo de Elías Canetti pudo servir de leitmotiv para la escritura de un cuento? ¿Qué relación establezco entre un aforismo –frase que sugiere pauta-- y un leitmotiv –motivo central, tema dominante de alguna obra musical o literaria--? ¿Puede mostrarse que una parte significativa –por no decir decisiva-- de las obras de arte literario se inspiran en otras obras y no en sucesos de los llamados reales; aunque tan real sea la llamada Sonata Facile (No.16, K 545) de Mozart, como la agobiante situación económica del genial músico cuando la compuso?
El aforismo de Elías Canetti --“Sólo cuenta el saber oscilante”-- aparece en sus últimos Apuntes (1992-3) y él mismo puso oscilante en cursivas para resaltar su carga de ironía y desenfado, de atrevimiento y sugerencia. Su principal editor al español --Mario Muchnik-- no exagera en la nota de solapa cuando lo caracteriza como un “gran solitario inadaptado”. Y señala que “este libro póstumo ha de leerse como el legado de un hombre familiarizado con muchos mundos, el de los mitos y literaturas de todo el planeta, pero también el de nuestra actualidad, que él analiza, interroga y condena con mirada fría y a la vez compasiva”. Esa mirada del autor de la novela Auto de fe llegó a mis libretas de apuntes en forma de citas, paráfrasis y comentarios. Su re-creación de oscilar se convirtió en uno de mis lemas. Dio pie –leitmotiv— a varios proyectos, entre ellos el cuento que aquí incluyo.
- Detalles
- Por José Prats Sariol
Ponencia de la escritora Menchu Gutiérrez realizada durante el VI Festival de Literatura en español de Copenhague, el día jueves 27 de septiembre de 2018 en las instalaciones de la Universidad de Copenhague.
A una conferencia, como a un libro, como a una casa, se puede entrar por la puerta principal o por una puerta trasera; también es posible entrar por una ventana, como quien ha perdido la llave; o por una grieta, como los que escudriñan el tiempo.
El título de una conferencia, como el título de un libro, se pregunta, entre otras cosas, por dónde realizar esa difícil entrada.
Cuando la invitación a dar una conferencia lleva asociado un título más amplio, en este caso, el título en torno al cual se convocan estas jornadas “Letras viajadas”, nuestro título, hijo pequeño del título más grande, se pregunta cómo prestará servicio a este gran enunciado, de qué modo le será fiel o infiel.
“Letras viajadas", decía la invitación que recibí de la Universidad de Copenhague:. “Letras viajadas”… título ambiguo donde los haya, en el que caben barcos, aviones, submarinos, tranvías… y en el que coexisten los antiguos carromatos con los modernos drones.
- Detalles
- Por Menchu Gutiérrez
La Antología del modernismo que José Emilio Pacheco publicó en 1970 (reeditada en 1978, 1999 y 2012) es fruto de su faceta de estudioso pues, como es bien sabido, además de poeta, narrador, ensayista y cronista fue también profesor de literatura. Esta antología comienza con una valiosa introducción que compendia lo que supuso el modernismo como movimiento histórico-literario.
Basándose en gran medida en Ángel Rama y en Walter Benjamin pero sobre todo en lecturas de primera mano de los poetas de este movimiento estético, Pacheco realiza un catálogo, que a día de hoy sigue vigente, de las ideas clave en torno al modernismo. Así, el modernismo como acta de independencia cultural y literaria de Latinoamérica; la renovación de la métrica que llevaron a cabo estos autores; el reflejo indirecto de las transformaciones económicas y sociales en los textos modernistas así como la nueva posición socio-económica del artista y la obra estética; la relación con la modernidad científica y técnica; el modernismo como una tendencia eminentemente urbana; su autocomprensión como un movimiento nuevo o moderno; su internacionalismo; su predilección por la expresión ambigua e indefinida, etc. Pacheco afirma, además, que el modernismo fue la entrada de la literatura hispánica en la modernidad literaria: “El modernismo tiene que cubrir en cuarenta años el camino que la literatura europea recorrió en una centuria: ser al mismo tiempo romanticismo, parnasianismo y simbolismo. Tres modalidades que si en Europa fueron sucesivas y excluyentes son tres caras de un mismo fenómeno: la revolución romántica del siglo XVIII cuyas consecuencias aún no terminan y reaparecen con nuevas características en el arte de nuestros días.” (pp. xx-xxi).
- Detalles
- Por Julio Jensen
Para Ivet Kamar
Uno empieza conociendo la ciudad de Asunción, capital del Paraguay, desde Buenos Aires—, asegura el viajero. En buena medida sucede lo mismo con Montevideo, que bien podría ser una extensión del populoso barrio de Palermo—el viajero encuentra rasgos provenientes de un mismo ecosistema urbano. Son expresiones relativas para afirmar que el mundo no puede ser representado en su totalidad. La metáfora del mundo se constituye de cruces tangenciales y confluencias provocadas por culturas en movimiento.
De modo que todo está en todo. Sin embargo, ante la imposibilidad de conocer esa totalidad, está el fragmento, vuelto crisol por las confluencias, y útil para evitar el caos. Gestiona una síntesis orgánica de lugares y sujetos. Hacerlo trascender es una aventura porque se alimenta de la realidad real. Este verano, el viajero se hospeda en la casa de huéspedes de Facundo Arnosi, situada entre las calles Ruggieri y Cabello, a una cuadra del parque Las Heras, uno de los varios pulmones ecológicos con los que cuenta el barrio; bajo esa superficie verdosa del parque se edificó la Penitenciaria Nacional, en funciones hasta mediados de siglo XX; en ella estuvo recluido el gaucho Juan Moreira, inmortalizado por el cine y la literatura.
- Detalles
- Por Antonio Moreno
Per Wätsberg consideró su silencio más que un desplante. Ese mismo silencio que hacía eco por todos lados una vez que la noticia del premio le dio la vuelta al mundo entero, hasta entumecer a los apostadores más gárrulas y poner en evidencia a los críticos literarios menos progres, le impedía percibir el verdadero mensaje de Bob Dylan (1941), nacido en Minnesota y registrado como Robert Allen Zimmerman, que un compositor y cantante como él, de jipi en conserva, le arrebatara el Nobel de Literatura a novelistas y poetas consagrados como Alí Ahmad Said Esber (Adonis), Philip Roth o a Ngugi wa Thiongo. Un hecho inesperado que no sólo podía ser interpretado como la reivindicación de un género popular, sino como la impugnación hacia la política del canon occidental, las redefiniciones de lo que es una obra de arte y las escaramuzas alrededor de lo que se llama literatura.
Mientras se sedimentaba ese silencio entre propios y extraños, en uno de los armarios de la Academia Suecia brotaba un hedor repugnante ligado al chivatazo y el acoso sexual sistemático. No era para menos, el depredador estaba en casa: el escritor francés Jean-Claude Arnault, casado con Katarina Frostenson. El escándalo empezó a crecer como una ola y de inmediato hizo mella entre la mayoría del círculo sagrado, conocido como De Anderton, es decir, los dieciocho integrantes vitalicios de la institución que eligen a los galardonados para el Nobel de Literatura. Algunos de ellos presentaron su renuncia, en tanto que la prensa sueca señalaba directamente al responsable: el esposo de Katarina Frostenson, miembro vitalicio de la academia, a quien se le acusaba aparentemente de ser el responsable de filtrar a las casas de apuestas los nombres de los galardonados con mucho tiempo de anticipación: Elfriede Jelinek, Harold Pinter, J.M.G. Le Clézio y Patrick Modiano. Posteriormente, las mujeres agredidas por Arnault revelaron a la prensa sus testimonios, por lo que Frostenson tuvo que renunciar a su cargo. De ese calibre era el culebrón que padecía la generosa e inmaculada Academia Sueca, y para entonces, cuando Bob Dylan fue ungido con el Nobel, aún no salían por completo los trapitos al sol. Después de Dylan, premiaron a Kazuo Ishiguro y, finalmente, los académicos decidieron limpiar la casa a fondo para no quedar ante el mundo como una vulgar pandilla de solapadores, declarando desierto el premio en 2018. Era entendible que Per Wätsberg calificara la actitud del flamante premio Nobel de Literatura 2016, el ya mítico Bob Dylan, propia de un tipo maleducado y arrogante, cuando sus palabras verdaderamente trataban de espantar, con impotencia, no la indiferencia del cantante sino la verdadera tormenta que se les avecinaba a los integrantes vitalicios de la Academia Sueca.
- Detalles
- Por Antonio Moreno
“No me arrepiento de esas orgías de libros”, dice Elías Canetti en uno de sus apuntes. Y cuando se lee la confesión que enseguida escribe el autor de Masa y poder, uno se siente libre de cualquier culpa, no sólo de haber gastado en libros muchas veces el dinero que tenía reservado para comer, vestir o hasta pagar la renta; sino de que unos cuantos de los libros comprados nunca han sido leídos.
Las aventuras con libros merecen siempre no excusas sino aplausos, no remordimientos sino alegría. En La Habana, cuando no tenía dinero, gastaba todo lo que nunca ahorré –con certera e inexorable puntería-- en libros. En mis viajes y en mi primer exilio --en el generoso México--, hasta en los peores momentos conseguía comprar de vez en cuando libros. Con vientos helados de un permanente fin de mes y con marea baja en el bolsillo, aun así triunfaba la adicción: vengan más libros. Casi ni los tacos al pastor de carnitas competían contra los más recientes títulos arribados a la librería Profética, en el Centro Histórico de la ciudad de Angelópolis—Puebla de los Ángeles--, donde se halla una de las mejores bibliotecas coloniales del planeta, la creada por el obispo Juan de Palafox y Mendoza, que tanto disfrutó sor Juana Inés de la Cruz.
- Detalles
- Por José Prats Sariol
Inédito
La historia es el producto más peligroso que haya elaborado la química del intelecto. Embriaga a los pueblos, exagera sus reflejos, mantiene sus viejas llagas, los conduce al delirio de grandezas o persecuciones, vuelve a las naciones amargas, soberbias y vanas.
Paul Valéry
En la última de sus lecciones sobre Lo cubano en la poesía, Cintio Vitier enuncia y argumenta los rasgos que para él modulan lo cubano. Aquel desafío exegético recorre los poemas escritos en Cuba y sus principales autores, hasta algunos de la Generación del 50. El desprecio hacia su visión teleológica, cuando se juzga un texto de 1957 como si fuera de ahora; o cuando se valora en bloque al autor, a partir de su filiación con la dictadura castro-comunista; comete un error donde se mezcla la neofilia –el ridículo culto a lo nuevo y a los jóvenes-- con la pereza –critican sin haber leído y pensado--, la intolerancia –desde las dos orillas-- con el culto a la Historia –con mayúscula trágica-- que criticara Paúl Valéry. Culto a la Historia que paradójicamente también perpetra el ensayista y poeta del Grupo Orígenes.
- Detalles
- Por José Prats Sariol
Toda obra de arte es un regalo. Y un regalo personal, con nuestro nombre en su tarjetita, como los regalos de Navidad junto al árbol. Si me apuran, en la tarjeta está el nombre y la edad a la que debemos abrirlo. Hay que confiar en que el Destino nos lo entregue en su momento, en el momento oportuno para que lo apreciemos y nos cambie la vida.
Pero los creadores no sólo nos regalan sus propias obras. A veces nos regalan obras ajenas, que descubrimos a través de su mirada. Como si nos invitaran a su casa y nos ofrecieran un plato exquisito desconocido para nosotros.
Álvaro Mutis fue un anfitrión generoso. Gran gastrónomo, supo descubrir y ofrecer platos de gran finura que dejó expuestos en sus ensayos. En mi caso, le agradezco especialmente dos descubrimientos: Aurelio Arturo y Valery Larbaud.
Un breve texto –“Mi verdadero encuentro con Aurelio Arturo”– me llevó al poeta de La Unión. Su Morada al Sur no me ha abandonado desde entonces. He intentado ser digno del regalo ofreciéndolo a mi vez a quien ha podido apreciarlo.
- Detalles
- Por Diego Valverde Villena