Margarita en tiempos del Bicentenario

La historiadora y profesora Margarita González dejó un legado investigativo e historiográfico de primer orden en Colombia y en América Latina, además de

una labor docente y de amistad que hoy estamos celebrando.

Ella, está ligada al desarrollo de los estudios modernos de la historia como profesión y quehacer especializado y general de las ciencias sociales, a los estudios universitarios especialmente en la Universidad Nacional de Colombia donde fue alumna y profesora hasta su retiro laboral. Pero, siguió activa en el quehacer investigativo como dan cuenta sus ensayos y libros. Puede decirse que vivió la historia de Colombia como desarrollo emocional y como tarea del conocimiento.

Sus trabajos sobre la sociedad colonial han sido textos de formación y educación, tanto en el medio universitario como entre gentes cultas de distinta condición.

Lectura en homenaje a la historiadora Margarita González, organizado por el Departamento de Historia de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, el Jueves 11 de Junio de 2009.

No son los estudios de Margarita González escritos para el gran público que suelen ser los libros de historia fácil y simplista, de anécdotas, tributarias del periodismo y de lo ligero. Son escritos científicos, razonados con apoyos documentales que demuestran suficiencia y realizados como pensamiento histórico sobre capítulos decisivos de la historia social y política de Colombia, en la colonia y la independencia.

Sus contribuciones en CUADERNOS COLOMBIANOS y en la actual revista AL MARGEN, en la que publicó sus últimos trabajos, buscan formar parte de corrientes historiográficas críticas, sin tributaciones al príncipe para la prebenda. Son labores profesionales y ciudadanas. Se siente en ellas el interés por participar de los pensamientos rigurosos pero capaces de desenvolverse con sencillez. La escritura de Margarita tiene aire de artista haciendo de la historia no la tarea de la pesadez sino la pasión que libera porque forma parte de la vida.

En tiempos del bicentenario de la Independencia de España, volver a visitar el opúsculo de nuestra profesora y colega BOLÍVAR Y LA INDEPENDENCIA DE CUBA (1984) nos permite participar de ésta efemérides con posturas reflexivas, objetivamente documentadas y de alto rigor histórico. Algo necesario para un tema de significancia política fundacional sobre el cual se precipitan distintas posiciones e intereses, no sólo de la ciencia histórica y de la política, sino de la legitimidad del Estado y los poderes, sin dejar de lado el del imperio derrotado, que está apropiándose de las celebraciones, despojándole de todo sabor crítico y de afirmación nacional. Así, lo intentó con la celebración de los 500 años de la conquista y el despojo, pero que obtuvo la respuesta digna de los escenarios universitarios e intelectuales, de los pueblos de Nuestra América.

Ricardo Sánchez Ángel Profesor Asociado Universidad Nacional de Colombia. Profesor Titular Universidad Externado de Colombia.

El Bolívar de Margarita es una obra que pone a vivir el pensamiento dilatado y la praxis múltiple del libertador, sin mixtificaciones, ni ditirambos, ni adulaciones. Pero con precisión sobre lo notable de su labor como pensador político y constitucional, como estratega y estadista. Bolívar como analista y crítico de los procesos históricos en curso develando los errores y formulando los programas de unidad, de espacios geográficos para Repúblicas Continentales, de Estados Nacionales fuertes, capaces de relacionarse en el concierto de las potencias y continentes con personalidad propia.

Margarita González resuelve con maestría el papel del individuo en la historia, en este caso una personalidad creativa, avasalladora y fascinante. No disuelve el personaje en los procesos pero tampoco lo priva de una capacidad de incidir de forma importante. Tengo para mí que hay algo más que admiración de Margarita por el Libertador, Simón Bolívar.

La independencia para Bolívar es un acontecimiento internacional, una expresión de la crisis de dominación colonial y del Imperio Español. Un capítulo del enfrentamiento entre las grandes potencias coloniales. La respuesta inevitable a la intransigencia de la monarquía española y sus gobernantes.

La mirada de Bolívar, su programa es continental porque la acción para ser triunfante y decisiva debe cumplirse en esta perspectiva. El enemigo a derrotar es abarcador: el Imperio Español lanzado a la reconquista de sus colonias después de la invasión napoleónica, las declaratorias emancipadoras de las Juntas de 1810 y que fracasaron porque se constituyen en Repúblicas Aéreas para citar la acertada fórmula crítica de Bolívar.

El año de 1812 será el de los comienzos de la reconquista desde Puerto Rico y Santo Domingo como guerra implacable contra los criollos. Logrando los españoles el favor de los esclavos y las legiones de los llaneros e indígenas, quienes padecían la explotación y opresión de los comerciantes y hacendados e identificados como racialmente blancos.

Entre 1810 y 1815 fracasa la República Señorial, que no logró su propósito de ser reconocida como igual por el gobierno peninsular.

El análisis de nuestra historiadora tiene en cuenta lo desigual y combinado de las estructuras económico-sociales y del conflicto que se dimensiona. Así ocupa lugar preferente la Revolución haitiana, como prólogo de la revolución negra en el Caribe, Venezuela y su influencia en la gesta de Bolívar.

El jacobinismo de los haitianos encuentra la continuidad en el jacobinismo de Bolívar y su programa. Margarita González nos ilustra:

La acción revolucionaria del movimiento negro de Santo Domingo francés se desarrolló entre 1791 y 1804. En este último año la colonia se proclamó como República independiente, con el nombre de Haití. Era la segunda república que surgía en América. El foco revolucionario de "Saint-Domingue" tuvo eco de manera inmediata en la costa de Tierra Firme. Aquí, significativamente, los levantamientos negros hicieron de las ideas democráticas de la Revolución Francesa su consigna.

Se desarrolla entonces la independencia como proceso continental, como proyecto militar, constitucional y social. Para constituir Repúblicas como la encarnada en la Constitución de Angostura de 1819 y la de Cúcuta de 1821.

Así, Margarita González señala:

Ahora, en 1815, Bolívar consideraba la posibilidad no sólo de ganar para la causa independentista toda aquella fuerza constituida por las masas populares, sino de darle a esta insurgencia, que concebía como general en América, una causa, también universal para el Nuevo Mundo: la consecución de la libertad social por medio del logro de una independencia política de España. Este era el problema político consignado por Bolívar en la Carta de Jamaica. En ella consideró que la independencia debía hacerse extensiva a los dominios coloniales del Caribe.

La premisa del vasto plan de independizar a toda América no podía ser otra sino la independencia concebida como el resultado de la insurgencia general de las masas populares.

El presupuesto para que Nuestra América ocupara un lugar en condiciones de igualdad en el concierto internacional era la Confederación de Estados. Asunto al que Bolívar dedicó especial atención y que no obtuvo los frutos deseados en la reunión del Congreso de Panamá de 1826. Donde el tema de Cuba ocupó un lugar destacado. La isla era el bastión supérstite de la dominación colonial española y punta de lanza de sus propósitos sobre la América Continental. La escena europea la ocupaba la Santa Alianza con su propósito restauracionista y antirrevolucionario. Y en otros escenarios Inglaterra y la naciente república de Estados Unidos y su doctrina Monroe.

El Bolívar de Margarita explora estos contextos y realidades con afortunada síntesis, acercándonos a la utopía fundadora de Bolívar, sus tribulaciones, triunfos y derrotas. Margarita González nos acompaña con buena literatura histórica en estos tiempos descreídos del bicentenario.

Suscríbete

Suscríbete a nuestro boletín y mantente informado de nuestras actividades
Estoy de acuerdo con el Términos y Condiciones