Virginia Woolf: Una voz propia y precursora

Virginia Woolf: Una voz propia y precursora

Considerado por muchos críticos como texto fundacional de la teoría literaria feminista moderna, el ensayo Una habitación propia se publicó en 1929, prefigurando muchos de los argumentos que desde 1960 saltarían a la palestra de la mano de los movimientos internacionales de mujeres y los estudios de género. Con gran elocuencia, ingenio e ironía, Virginia Woolf une en este tratado un amplio abanico de disciplinas como la literatura, la sociología, la sicología y la historia, realizando un análisis de la sociedad patriarcal inglesa de entonces y de sus desigualdades estructurales. Al incidir en las relaciones de poder que se establecían entre hombres y mujeres, expone con vehemencia y claridad, las limitaciones a las que ellas se enfrentaban, como su exclusión de diferentes instituciones académicas consideradas «masculinas» y que históricamente les denegaron su acceso o promovieron su opresión, acallando sus voces y manteniéndolas alejadas de las tomas de decisiones e incluso del control de sus propias vidas. Con una visión interdisciplinaria y partiendo de su propia vivencia como escritora, Woolf expone los obstáculos que han condicionado particularmente el desarrollo artístico e intelectual femenino, haciendo hincapié en la necesidad de autonomía e independencia económica de la mujer, a la vez que desafía el lenguaje falocéntrico y la moral victoriana, desde una perspectiva más subversiva que confrontadora.

Virginia WoolfAdeline Virginia Stephen nació en Londres en 1882 y creció en un ambiente frecuentado por literatos y artistas, siendo su padre, Leslie Stephen, un crítico victoriano reconocido, y su madre, Julia Jackson, una filántropa de notable belleza que trabajó como modelo de pintores prerrafaelitas. Fue así como la escritura y la vida intelectual llegaron a Virginia de manera natural, teniendo acceso desde pequeña a una biblioteca familiar que albergaba grandes tesoros. Si bien sus hermanos varones recibieron una educación formal acudiendo a diversas instituciones, la enseñanza de las mujeres se llevó a cabo en el hogar. Las largas vacaciones de verano que pasaban en Cornwall y en St Ives, jugaron un importante papel en su imaginación y configuraron el escenario de novelas como Al faro. Su juventud se vio ensombrecida por diversas vivencias que marcarían su bienestar sicológico y darían lugar a sus múltiples crisis: el abuso sexual que sufrió por parte de un familiar y la temprana pérdida de sus progenitores. Estas reveladoras experiencias y otras relacionadas con su quehacer literario han quedado plasmadas, como si de cuadernos de bocetos pictóricos se tratara, en cinco volúmenes de diarios y seis de cartas personales. Dichos escritos también reflejan la coherencia que acompañó su prolífica trayectoria como pensadora feminista y socialista, rechazando incluso, en pos de sus ideales, el reconocimiento como Dama de la Orden del Imperio Británico.

En 1905 comenzó a escribir artículos de carácter ensayístico y crítico para Times Literary Supplement, llegando a publicar cerca de 500 en diversos periódicos. Los ensayos compilados muestran su sólido compromiso con los mayores eventos acaecidos en el siglo XX, incluyendo reflexiones sobre la paz y la guerra; la política y las clases sociales; el privilegio y la discriminación; artes, lectura y escritura, e incluso la necesidad de una reforma social. Marcando un notorio contraste con el lenguaje formal del ensayo erudito convencional, la prosa de Woolf tiene un tono muy personal y cautivador, lúdico a la vez que polémico, en el que fusiona la riqueza de su argumento implícitamente ligado a su sentido de identidad como autora femenina, con la frescura de una escritura vehemente pero divertida. A lo largo de su carrera fue creciendo su interés en la posición de la mujer, particularmente la artista, así como en las restricciones que acarreaba su existencia. En 1928 recibió una invitación para dictar dos conferencias sobre «Mujeres y ficción» dirigidas a estudiantes femeninas de Newnham y Girton, en Cambridge. El contenido de dichas jornadas daría forma un año después a la publicación de Una habitación propia.

Una habitacion propiaEn el transcurso de sus seis capítulos, este icónico ensayo presenta el poder descriptivo de las novelas de Woolf, al mismo tiempo que refleja su convincente estilo conversacional. Desde sus palabras iniciales la autora integra tanto a las lectoras como a las jóvenes estudiantes de la audiencia, en su introspectivo y contemplativo soliloquio, difuminando cualquier división jerárquica que pudiera distanciar a «la experta disertadora» de su público. La lucidez con la que aborda la temática establece un puente entre ficción y ensayo, hilvanando pensamientos, meditaciones y experiencias personales que se suceden una tras otra, potenciando su capacidad evocadora. El ejercicio de introspección incluye potentes metáforas que dan lugar a una gran variedad de interpretaciones, comenzando con el propio título. La imagen de una «una habitación propia» se ha analizado, teniendo presente el momento histórico de su creación, como la necesidad de cercar un territorio personal para cada mujer, «un intenso egocentrismo nuevo para las mujeres» (Alexander, 1998: 135), una utopía del feminismo; como reivindicación legal del derecho a la propiedad; como una demanda de intimidad, de vida privada para la mujer incluso dentro del ámbito doméstico y familiar.

Desde su mención en el primer capítulo, la idea que se presenta como base argumentativa es que «una mujer debe tener dinero y una habitación propia si quiere dedicarse a la escritura». La aparente simpleza de este aforismo contrasta con la complejidad de la cuestión, que Woolf desgrana para reflexionar sobre la necesidad de autonomía monetaria de las mujeres, enfatizando en cómo las condiciones materiales han afectado el acceso de las mismas al conocimiento, al poder y al espacio público. Mientras describe su vivencia en un campus universitario de Oxbridge (palabra que fusiona el nombre de dos universidades predominantemente masculinas en esa época), menciona tres factores que obstaculizaron la integración igualitaria de ambos sexos en instituciones académicas: la falta de respaldo del poder masculino de dichas instituciones que solo resguardaba económicamente el estatus social de los hombres; la injusta distribución de las herencias que por ley otorgaba las propiedades de la esposa a su marido; y la función reproductiva y de cuidados de las mujeres que las alejaba de la posibilidad de centrarse en otras ocupaciones. Así, siglos de estereotipos de género, y de desventajas tanto financieras como educativas, han inhibido la creatividad femenina.

Como escritora que ha podido conseguir la libertad necesaria para dedicarse a su profesión, respaldada por una herencia que recibió de su tía, Woolf tiene plena conciencia de su situación privilegiada y de la excepcionalidad que esto representa. El uso de una voz narrativa colectiva, a modo de estrategia retórica, le permite otorgar espacio a aquellas cuya realidad pudo haber sido muy diferente. Se plantea la cuestión de la ausencia de referencias femeninas de una genialidad semejante a la del autor de Romeo y Julieta, planteando la hipotética existencia de Judith Shakespeare, hermana de William, como símbolo de tantas voces silenciadas. De haber contado con un gran potencial intelectual, ¿hubiera podido desarrollarlo plenamente tal como lo hizo su hermano? Sin duda, sus opciones hubieran sido muy diferentes, viendo truncada su carrera por las imposiciones y expectativas que la sociedad de la época tenía con respecto a las mujeres. El final de esta historia imaginaria, con el suicidio de Judith luego de quedar embarazada, representa el conflicto interno que tantas mujeres con sensibilidad artística pueden haber sentido (o incluso sentir aún) al enfrentarse con impulsos tan contradictorios como el de llegar a ser una artista, por un lado, y el de cumplir con los estándares de feminidad socialmente establecidos, por otro.

En otro punto clave del ensayo, haciendo uso de una revolucionaria metáfora, Woolf explica cómo, a lo largo de la historia, la creencia en la inferioridad de las mujeres ha servido para que los hombres reivindicaran su confianza en sí mismos y su supuesta superioridad: «De ahí la importancia para un patriarca que debe dominar y gobernar, de sentir que una gran cantidad de personas, en efecto la mitad de la raza humana, sean por naturaleza inferiores a él. Esta debe ser una de las principales fuentes de su poder… Durante todos estos siglos las mujeres han sido espejos dotados del mágico y delicioso poder de reflejar una silueta del hombre de tamaño doble del natural». Por otro lado, la riqueza que ofrece la variedad de perspectivas expuestas, se refleja incluso en lo que a primera vista hoy en día podría considerarse como un argumento contradictorio que se acerca en algunos momentos al feminismo de la igualdad, y en otros, al de la diferencia. La autora aboga por resaltar la importancia de contar con una tradición literaria femenina, distinta a la canónica masculina, teniendo en cuenta que la experiencia y las formas de escribir de las mujeres son diferentes; pero, como ya se ha remarcado, defiende vivamente la igualdad en el acceso a la vida pública y a la independencia económica, como clave, por ejemplo, para el desarrollo de una carrera literaria. Finalmente, desarrolla una teoría sobre el estado mental más propicio para desarrollar el genio creativo, refiriéndose a una mente andrógina, cuyo fluir imaginativo no esté restringido por mandatos de género. De este modo, con sus lúcidas reflexiones sobre la condición de las mujeres en un mundo de dominación masculina, Woolf ha sido precursora de muchos de los análisis que los estudios de género y la crítica feminista desarrollaron posteriormente.

Bibliografía
GREENBLATT, Stephen (ed.) (2012) The Norton Anthology of English Literature. Volume 2. New York: W.W. Norton & Company, Inc.
HEILBRUN, Caroline G; HIGONNET, Margaret R. (1983) The Representation of Women in Fiction. USA: Johns Hopkins University.
MARCUS, Jane (1987) Virginia Woolf and the Languages of Patriarchy. USA: Indiana University Press.
WOOLF, Virginia (2012) A Room of One´s Own & The Voyage Out. UK: Wordsworth Classics.

 

 

fernanda balanger 375oFernanda Balangero Musso
Argentina, 1976. Traductora, investigadora, ensayista y editora. Graduada en Estudios Ingleses en la UNED (Madrid) y colaboradora de Aurora Boreal®.

Material enviado a Aurora Boreal® por Fernanda Balangero Musso. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Fernanda Balangero Musso. Fotografía Fernanda Balangero Musso © archivo personal. Fotografías de Margartet Atwood© tomada de internet. Carátula del libro Una habitación propia © tomada de internet.

 

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