Invitado Especial
Pío E. Serrano, alias Verbum
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- Escrito por José Prats Sariol
En exclusiva para Aurora Boreal®
Caracterizo al editor Pío E. Serrano por su riesgo órfico e icárico, cuando su hispano-cubana Editorial Verbum cumple un cuarto de siglo de fundada. Cifra que haría temblar a cualquiera sin afán de riesgo, aventura, trance en progreso. Iniciado en 1990, desde un apartamentico tan humilde como el de Jorge Herralde, cuando en 1969 fundó Anagrama.
Hay consenso en que el oficio de editor demanda curiosidad intelectual, entusiasmo humanista, sensibilidad y paciencia ante el otro, eclecticismo flexible...; empalmados con mayor o menor suerte dentro de una irrefrenable vocación por los libros. El grupo español que surge a fines de los años sesenta –aún bajo el franquismo— participa de estos rasgos. También Pío E. Serrano exhibe similares dotes, como evidencia el catálogo de volúmenes publicados por Verbum; velas al viento donde sin tales dones ni un folleto hubiera olido a tinta de imprenta.
Julio Olaciregui - Horas perdidas y cantadas
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- Escrito por Julio Olaciregui
Cuando nombran las divisiones del Tiempo los poetas crean personajes míticos, lo sabemos al abrir los diccionarios de mitologías. Leemos entonces que para los primitivos griegos las Horas no eran las divisiones del día sino del año, las tres hijas que Zeus tuvo con Temis, llamadas Eunomía (buen orden), Diké (justicia) e Irene (paz).
Para Homero ellas son las porteras del cielo. Con los siglos las tres Horas fueron identificadas a la Primavera, el Verano y el Invierno. Cuando se habló del Otoño y el solsticio de Invierno, es decir su parte más fría, la mitología creó dos nuevas Horas, Carpo y Talata, para velar por las frutas y las flores. Recordad carpe diem, aprovecha la oportunidad, cosecha la luz.
Por último cuando los griegos dividieron el día en doce partes iguales los poetas multiplicaron el número de Horas, llamándolas las doce hermanas... los modernos representamos las Horas con alas de mariposa...
Sí, nomás esta mañana se me ocurrió, vivimos cazando las Horas cual mariposas, y aquí es donde pensé en un filósofo criollo cantor, Juan Polo Cervantes, Qué tan lindo es pasear en Santa Marta en la tardecita por las orillas del Mar, mirando las aguas yo allí me puse a pensar: se me van las Horas, pero no me hacen falta...
Néstor Almendros: el mago de la luz que habitó tras la cámara
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- Escrito por Gloria Guardia
La generosidad era su sello y lo que recibimos de su amistad y compañía durante el breve periodo que compartimos con él cuando se desempeñaba como "instructor o maestrillo" de español en Vassar College, la universidad donde estudiábamos todas. Ningún infortunio, ni la Guerra Civil española, ni los horrores que presenció y vivió en aquella Barcelona destrozada y paupérrima de los años cuarenta, ni las persecuciones que el dictador español y su camarilla habían emprendido contra sus padre, Herminio Almendros, un pedagogo de avanzada cuya presencia incomodaba a quienes gobernaban, protegidos por el aparato represivo que habían moldeado a punta de torturas y sangre, ni las humillaciones habidas contra su madre, María Cuyás, degradándola dentro del escalafón del magisterio de la secretaría de Educación española, ni su propio exilio forzado a La Habana, en 1948, para evitar su incorporación al Ejército, nada, en fin, absolutamente nada, fue capaz de cambiarle la naturaleza a Néstor Almendros, ni tampoco quebrarle su ambición de convertirse en uno de los cameramen más sobresalientes del mundo. Así era él, un hombre con una mirada observadora y chispeante, con una visión incomparable para transformar la luz del cine moderno, con un temple de hierro, con un sentido del humor contagioso y abierto, con un deseo de compartir sus conocimientos sobre arte y la historia del cine, con una suma de rasgos innatos que dejarían una impronta imborrable en nosotras: aquel "Grupito" de muchachas que tuvimos la ocasión de conocerlo y amarlo, de manera entrañable, hasta la fecha misma de su fallecimiento a los 62 años.
Julio Olaciregui - Agradeciendo a la vida un nuevo Carnaval
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- Escrito por Julio Olaciregui
El rumor del barrio Abajo llega hasta Berlín
En Berlín es sábado de carnaval
Morriña y sanguaza y algo de miedo a tener cachetes de cerdo
¡ A la fría mortadela !
Vamos al cine mi negri, están dando Crónica de un amor
Desde niños nos gusta esa ilusión
La luz sobre los rostros de la gente cuando abren las compuertas de lo imaginario
Nos trae el hálito de muchos personajes posibles
Mi ausencia me ha vuelto « adorable »
Vuelvo a un lugar ya visitado
Parezco el mismo del año pasado y sin embargo soy otro
Julio Olaciregui - En matinée con García Márquez - “Mogambo”, de John Ford
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- Escrito por Julio Olaciregui
Anoche vimos "Mogambo", de John Ford, en la Cinémathèque. Un tecnicolor de tonos cobrizos, algo quemado, y oh sorpresa los créditos iniciales ruedan acompañados de coros africanos y tambores. Ahora sabemos que fue filmada a fines de 1952 y comienzos del 53 en Kenia, en Uganda y en el Africa Ecuatorial Francesa, un territorio de dos millones y medio de kilómetros cuadrados conquistado por los militares exploradores franceses a fines del siglo XIX. (Quiero leer Viaje al Congo, de André Gide)
Gorilas muy humanos se enfrentan a mano pelada y gritos y gruñidos con la banda de cazadores armados de carabinas dirigida por Clark Gable, y de la que forman parte "El Antrópologo Británico" y su Señora Grace Kelly, así como la hermosa flaca aventurera encarnada por Ava Gardner, quien se autodenomina en las presentaciones "Honey Bear" (miel de osos)
Miles de nativos musculosos rítmicos cantantes bailarines semidesnudos algunos con lanzas trabajan de figurantes extras en su propia tierra, Mogambo, acompañando en sus safaris a los occidentales "rosados" en bermudas...
"Agarrando pueblo", de Carlos Mayolo, me viene a la memoria, ir a lugares "exóticos" para filmar el color local, John Ford anda en el corazón de Africa con sus cámaras "filmando negros" estéticos, coreografías en medio de paisajes espectaculares, con animales "en una inconcebible libertad" (micos, tigres, hipopótamos, leones, jirafas... gorilas) encargados por los zoológicos y los circos de Europa y Estados Unidos. La película, dicen los archivos electrónicos, también fue un encargo. Y un remake.