Literatura
Aquel domingo de apacible otoño, Maruchita fue el tema predilecto de habladuría en la concurrida cantina "Don Fadasur". Desde temprano los contertulios se referían a ella tal si fuese un personaje del cual es lícito decir cualquier agudeza, chascarrillo, exageración, mientras bebían, picoteaban una merienda, jugaban al billar, al dominó o tentaban
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- Por Walter Garib
Siempre la misma tontería de acostarse temprano la madrugada del día de Navidad. Éramos tres: mis dos hermanas y yo. Los menores no osábamos movernos de la cama, pero Janet, la mayor, ya adolescente, se mostraba más atrevida, pues ella sí se levantaba y sin miedo nos susurraba:
-Bajo a ver lo que nos trajo Santa Claus este año.
Se sentaba al estilo indio frente al árbol blanco de plástico y uno a uno iba abriendo los regalos. Les quitaba cuidadosamente la cinta engomada pero después los dejaba tal y como los había encontrado. Nos despertaba muy entrada la noche para contarnos lo que no debíamos saber hasta el amanecer. Concluía su letanía asegurándonos que lo de Santa era una bobería inventada por los adultos .
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- Por Emilio Mozo
Novela del escritor boliviano Víctor Montoya
Pienso que quien quiera incursionar en la novela latinoamericana para conocer algo de Latinoamérica y de su literatura debería leer también esta novela profundamente humana y de gran calidad literaria.
Dice Carlos Fuentes en su libro Geografía de la novela: "La geografía de la novela nos dice que nuestra humanidad no vive en la helada abstracción de lo separado, sino en el pulso cálido de una variedad infernal que nos dice: No somos aún. Estamos siendo. Esa voz nos cuestiona, nos llega desde muy lejos pero también desde muy adentro de nosotros mismos. Es la voz de nuestra propia humanidad revelada en las fronteras olvidadas de la conciencia. Proviene de tiempos múltiples y de espacios lejanos. Pero crea, con nosotros, el terreno común donde los negados pueden juntarse y contarse las historias prohibidas por los negadores".
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- Por Araceli Otamendi
Conocí a Henrikke Emilie Pedersen a fines del año diez. Se acercaba por ese entonces a los ochenta, pero su memoria era extraordinariamente lúcida y su conversación cautivante. Si me habré quedado horas enteras sentado frente a ella en la penumbra, oyéndola rememorar tiempos pasados. Ahora el café de la casa de tres pisos en la esquina de la Strandgade estaba cerrado, pero ella había conservado intacto el salón con las mesas relucientes, el mostrador de remates de bronce, en un rincón la salamandra a cuya lumbre le habían contado las pausadas historias que ahora repetía para mí.
En invierno, cuando las travesías a Groenlandia se interrumpían, alquilaba los cuartos de arriba a los capitanes que se demoraban en Copenhague. En el cuarto donde ahora estaba yo, se había alojado durante muchos inviernos un noruego silencioso que se ahorcó en el puerto, adonde iba a contemplar todos los días un mascarón de proa en forma de sirena de la que, dicen, se había enamorado.
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- Por Rosalba Campra
Lobos al Anochecer
Gloria Guardia
Alfaguara
376 páginas
Hace poco acaba de salir publicada la última novela de Gloria Guardia, El Jardín de las Cenizas, que cierra la trilogía iniciada con el Último Juego. Con esta autora contamos en Panamá con una de las obras más sólidas lograda por medio del estudio, la investigación continua y una verdadera pasión por el espíritu y el pensamiento. Con ella hemos comprobado - de acuerdo a la posición que comparto con Edward W Said sobre la >>terrenalidad<< del texto - que un texto, a pesar de que pueda negar su relación con el mundo, es parte del mundo social, de la vida humana, y del contexto en el que está localizado e interpretado.
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- Por Luis Pulido Ritter
Cuatro caninos ocho incisivos veintiséis molares
Más muelas que un brotosaurio tiene mi mujer sobre sus tetas de agua
Sobre sus dos muñecas le recorren el pulso el cúbito y el radio
A dos por brazos, dos en cada brazo de a dos hombros y húmeros dos y
las safenas siete, dos pelvis, cuatro coxis y setenta y cuatro vértebras lumbares
Dos maxilares inferiores y ocho tetas más de añil, de polvora y achiote
Cuarentitres sonrisas le cuelgan del fémur central
Debajo de la barbilla tiene setenta y dos cuerdas de bandola alemana
Mucho pelo en el coco
Poco pelo en las sienes
Dos orejas con huequitos para setenta y seis zarcillos y dos lochas
Tiene mi mujer también cuatro orificios y seis cabezas por donde sale la mar y entra la liebre
Mi mujer en la albusfera de atrás no tiene nada
Yo se lo pinto de noche para que no la confundan los murciélagos
Encima de la batata tiene los gemelos
y el peroné lo guarda en el banco junto con sus joyas y la plata que esconde
Sólo tiene tibia y tarso y metatarso y dedos
Mi sorpresa es la agilidad que tiene su dedo meñique en parecerse al otro
Y éste sin querer queda totalmente dormido en la permuta
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- Por Hugo Figueroa Brett
El hacedor de camas
Alejandra Moffat
Sangría Editora
Colección Narrativas contemporáneas
Novela
2011
ISBN: 978-956-8681-21-0
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- Por Alejandra Moffat
Javier Claure Covarrubias viene de Oruro. Es miembro del Pen-Club Internacional, de la Unión Nacional de Poetas y Escritores de Oruro (UNPE) y de la Sociedad de Escritores Suecos. Ejerce el periodismo cultural. Tiene poemas y artículos dispersos en publicaciones de Suecia, Bolivia y en diferentes sitios de Internet. Fue uno de los organizadores del Primer Encuentro de Poetas y Narradores Bolivianos en Europa (Estocolmo, 1991). Algunos de sus poemas han sido seleccionados para las siguientes antologías: El libro de todos (1999), La poesía en Oruro (2005), Poesía boliviana en Suecia (2005) y Antología Comentada de la Poesía Boliviana (2010). Forma parte del Diccionario de autores orureños (2007). Ha publicado Preámbulos y ausencias (2004), Con el fuego en la palabra (2006) y Extraño oficio (2010).
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- Por Javier Claure C.