Fuentes, Víctor Floreal. Bio-Grafía americana.

victor_fuentes_020Fuentes, Víctor Floreal. Bio-Grafía americana. Valladolid: Fundación Jorge Guillén, 2008.

Víctor Fuentes cuenta ya con dos volúmenes acabados de una Trilogía en la que se propone repasar más de setenta y cinco años de vida, desde su nacimiento en el barrio de Argüelles, Madrid, en 1933, su exilio en 1954 y sus más de cincuenta y tres años de vida (norte)americana. El recorrido narrativo del autor hispanounidense empieza con Morir en Isla Vista (1999), firmada con el heterónimo Floreal Hernández, y sigue con la crónica de 50 años vividos en Estados Unidos, Bio-grafía americana (2008). El tercer último volumen de su biografía lo está escribiendo.
Conocedor como pocos de la literatura escrita en español en los Estados Unidos de América debido, entre otras cosas, a su labor de co-editor de la ya clásica revista Ventana Abierta, podemos observar que la Bio-grafía americana no es un mero diálogo anacrónico que hace el

autor consigo mismo, un planto desconsolado o un reproche que hace con la tierra que lo vio nacer y que lo expulsó de su seno por pensar diferente, por intentar respirar un poco de libertad: "Hay en este libro un sentido de amor, crítico, por España, la patria de origen, nunca abandonada anímicamente y que late en la lengua que escribo, como por Estados Unidos, el país de acogida en el cual mi ser-ahí, aquí, ha vivido la mayor parte de su existencia" (7). Tampoco encontrará el lector ajuste de cuentas alguno con sus colegas universitarios, como suele suceder en la denominada novela académica, hoy todo un género en sí mismo. Muy por el contrario, la Bio-grafía americana de Víctor Fuentes posee una reflexión sobre los cauces que ha tomado la humanidad en las últimas cinco décadas, convirtiéndose a veces en una crítica severa y mordaz hacia las instituciones gubernamentales que han regido los claroscuros destinos del cambalachero siglo XX y comienzos del XXI.

Cristián H. Ricci es profesor fundador de la Universidad de California, Merced. Posee un libro titulado El espacio urbano en la narrativa del Madrid de la Edad de Plata, 1900-1938 (Madrid: CSIC, 2009). Actualmente el Dr. Ricci está finalizando un libro sobre literatura marroquí escrita en castellano y en catalán, ¡Hay moros en la costa!, y una nueva antología de escritores marroquíes en castellano, Letras Marruecas (Ed. Verbum, 2010). Es autor de una veintena de artículos sobre la literatura española e hispanoamericana, una compilación de artículos sobre la cultura argentina del siglo XXI (¡Dale nomás! ¡Dale que va! Buenos Aires: Nueva Generación, 2006), y una antología de literatura árabe e israelí en castellano (Caminos para la paz. Escritores israelíes y árabes en castellano. Buenos Aires: Corregidor, 2008).

Bio-grafía americana está dividida en dos partes y posee once capítulos. Cada capítulo presenta diferente número viñetas, cuentos, episodios anecdóticos, epístolas, crónicas, recortes de prensa, muchas veces desconectados entre sí desde el punto de vista temático, unidos sin embargo cronológicamente. El primer capítulo comienza con una definición trastierro/exilio por parte de un autor que se siente "uno, dividido, plural, fluido, fragmentado, que fui, soy, será" (13); es ese mismo territorio-lugar físico inestable, conflictivo, contradictorio que deviene prosa; la prosa del escritor fronterizo, híbrido, intersticial, locus común en el que se asientan las literaturas diaspóricas de la que Bio-grafía americana es ejemplo cimero junto a las de Ramón J. Sender, Pedro Salinas, Arturo Serrano Plaja, Segundo Serrano Poncela, entre muchos otros. Y en esta vena, es absolutamente digno de reconocimiento el repaso que hace Víctor Fuentes de todos los escritores hispanos en Estados Unidos, desde Cabeza de Vaca, pasando por el profesor-activista liberal vallisoletano Miguel Cabrera de Nevares, los cubanos José María Heredia y José Martí, Gabriela Mistral, hasta los muchas veces ignotos escritores y artistas que el mismo Fuentes promueve desde las páginas de Ventana Abierta.

La biografía abre y cierra (Capítulos I y XI) en Nueva York, ciudad "fantástica", en el sentido más laxo y cinematográfico del término, en la que el autor se adentra como un inmigrante más en "busca" de cualquier trabajo que le permita subsistir. Son repetidas, por ende, las referencias no sólo la cultura popular norteamericana -pre-visualizada en el cine de su barrio madrileño- sino también al callejeo de aquellos bohemios de las primeras décadas del siglo XX que aparecen en las novelas del nihilista Baroja, y el de los anarquistas literarios Alejando Sawa y Andrés Carranque de Ríos. ¡Cuánto hay en Víctor Fuentes del personaje principal de Cinematógrafo! Madrid es omnipresente en la Bio-Grafía, más allá de todo el Capítulo VI dedicado a la ciudad "falangistoide" que "asfixia", hay una recreación del Madrid progresista de la Residencia de Estudiantes, la Casa de Velázquez, el de las odas de Antonio Machado al Madrid "con plomo en sus entrañas" y el Vicente Aleixandre "a los niños muertos por la metralla".

A su vez, la Bio-grafía adquiere una dimensión transatlántica al repasar los años de maduración intelectual del autor en Nueva York y California (Capítulos II, III), rodeado de destacadas figuras del pensamiento y arte españolas (también exiliados), efectivamente, pero también latinoamericanos, estadounidenses y otros europeos: Joaquín Casalduero, Federico de Onís, Vicente Llorens, Ángel del Río, como también los beatniks Jack Kerouac, William Borroughs, Allen Ginsberg que impugnaban "The American Way of Life", la crítica a la industria cultural de Theodor Adorno, las películas neorrealistas de Antonioni, la emulación del "intelectual orgánico" de Gramsci, la incursión en la literatura revolucionaria de la mano de Frantz Fanon. Una mención especial merecen sus viajes por algunos países de Latinoamérica (Capítulo V), con parada previa en una rememoración de sus años activistas en la Unión de Campesinos de César Chávez y Dolores Huerta (Capítulo IV), donde "pas[a] a codearse con campesinos de verdad y no de papel" (99). En este sentido, observo que uno de los episodios más significativos de la Bio-Grafía radica en ese pasar a "sentir en vivo" los estudios de Fuentes sobre la literatura obrera y la novela social española a "la práctica" en la comuna libertaria de La Paz, California. En esas viñetas se narran en carne propia los avatares políticos que han llevado a las minorías en Estados Unidos y a la intelectualidad pequeñoburguesa de nuestros países hispanoamericanos a pasar, en muchos casos, de la ilusión revolucionaria al bochorno de la represión y las dictaduras.

Su puesto de docente e investigador hispanista en la Universidad de California, su involucramiento como "mentor" del Frente Unido, formado por latinos, afroamericanos, asiáticos y blancos radicales, le permite establecer relaciones personales con individuos de distintas extracciones sociales -su poco conocida labor editorial en la confección en español del periódico El Malcriado, "Voz oficial de la Unión de Trabajadores Campesinos"-, y, en lo que al mundo académico se refiere, colegas de distintas disciplinas. Los enriquecedores diálogos que el autor mantiene con otros personajes, sumado a las lecturas que hace de obras de carácter social, hacen de la Bio-grafía todo un manifiesto sobre la naturaleza interdisciplinaria que tanto hoy se pregona en el ámbito universitario. Encuentra el lector, por lo tanto, comentarios y hasta citas completas de catedráticos como C. Wright Mills (The Power Elite) y John Kennet Galbraigth (La sociedad afluyente) pasando por una entrevista personal con Hebert Marcuse en San Diego (que motiva el desapego del "cuasi-marxismo dogmático" del autor). Dichas citas siempre se hacen trazando paralelos con el debacle del capitalismo salvaje del siglo XXI -desastre que Fuentes ya prevé en 2006 a través de lecturas como Locked in the Cabinet de Robert B. Reich y las columnas publicadas en el New York Times del Nobel de Economía 2008, Paul Krugman (Capítulo IX)- y el fracaso de los regímenes comunistas totalitarios (Capítulos VII y VIII).victor_fuentes_021

Y la Bio-grafía va incluso "más allá", como pregonaría Homi Bhabha, y hasta se podría decir que adquiere una connotación universal al añadir el autor vivencias personales de un transterrado que tocan las fibras más íntimas de todos aquellos que por algún u otro motivo nos hemos visto obligados a abandonar nuestro lugar de origen. Si bien, como cantan León Gieco y Mercedes Sosa -otros dos exiliados-, "desgraciado es el que tiene que marchar a vivir una cultura diferente", el hecho de trasladarse a un país pluricultural como es Estados Unidos le ofrece al autor la oportunidad de acercarse a otros transterrados que sufren el dolor y la amargura de sentirse alienados, sí, pero con los que hace causa común para exorcizar los males que les atañe. Es así como, quizás sin intención, Fuentes emula al Sawa de Iluminaciones en la sombra, haciendo propio el drama ajeno del hombre común; el "Yo soy el otro" del Principe de la bohemia, Fuentes, refiriéndose a los inmigrantes africanos y sudamericanos en España, lo transforma en: "¡He sido uno de ellos en otras tierras![...] Cómo negarles acogida y amor!" (262). Para culminar e ilustrar lo antes dicho reproduzco partes de una entrevista que el autor se hace a sí mismo, "Entrevista de un desconocido a otro" (Capítulo VIII): con el poeta polaco Milosz dice: "El exilio no significa sólo cruzar fronteras, crece, madura dentro del exiliado, lo transforma lo deviene su destino" (197); "Contrario a Ortega y Gasset, y en esto también a Adorno, amo a las masas, con y sin su rebelión" (199); "Misericordia [de Galdós] es mi novela favorita, casi más que El Quijote" (199); "¿Cuál crees que será el legado que dejas?" "Mis nietos, y el olvido, por supuesto, aunque sí quiero dejar inscrita en estas páginas aquella frase que esculpieron en una enorme piedra del desierto de Nuevo México, encima de sus nombres, los primeros españoles que llegaron a fines del XVI: PASÓ POR AQUÍ" (203).

 

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