La época actual de Santiago Gamboa: 'Volver al oscuro valle' y la modernidad

volver al oscuro valle 250Volver al oscuro valle
Santiago Gamboa
Literatura Random House
ISBN 978-958-8979-26-7
Páginas 500
2016

 

En su innovador ensayo, “La época actual”, Søren Kierkegaard advirtió que el presente es tiempo para comprender y reflexionar, evitando toda pasión entorpecedora; es tiempo que, por un instante, vuela a la cumbre del entusiasmo, para caer de nuevo en la indolencia. Kierkegaard proféticamente observó lo que, para muchos intelectuales, significa el derrumbe de la modernidad: la incapacidad de alejarse del comportamiento colectivo para establecer una identidad propia. Esencialmente Kierkegaard, y quienes piensan como el filósofo danés, perciben un mundo moderno desprovisto, en gran medida, de individualidad y ambición existencial. En una era en la que las grandes masas civilizadas se empeñan en pegarse a sus teléfonos móviles inteligentes o a sus computadoras, y en donde es cada vez más difícil liberarse en la vida diaria del eco del internet —ya se trate del académico de la “Ivy League”, o del trabajador de una fábrica de autos–-, la predicción de Kierkegaard no es solamente reveladora, pero muy precisa. La más reciente novela de Santiago Gamboa, Volver al oscuro valle, traducida al inglés por Howard Curtis, como Return to the Dark Valley, sintetiza la indolencia de la época actual y va más allá: capta profundamente el espíritu del siglo XXI.

La novela narra cinco historias aparentemente no relacionadas entre sí: Una poeta brillante, emocionalmente golpeada; un escritor repentinamente convertido en diplomático, y al que el narrador simplemente llama el Cónsul; un Neo Nazi evangelista argentino, un cura rebelde; y la vida del célebre poeta francés Arthur Rimbaud. La novela se divide en dos partes y un epílogo a través de los cuales, el lector se familiariza con los viajes y el asombroso cruce de destinos de los protagonistas. Gamboa entreteje biografía y ficción, valiéndose de episodios de su propia vida, por demás, fascinante.

Aunque Gamboa es uno de los más destacados escritores de la literatura latinoamericana contemporánea, ha sido ignorado por los lectores angloparlantes. De sus novelas anteriores, solamente han sido traducidas al inglés Necrópolis (Necropolis, Europa, 2012) y Plegarias nocturnas, (Night Prayers, Europa, 2016). A pesar de la falta presencial de Gamboa en el mercado de literatura latinoamericana disponible a los lectores de habla inglesa, su narrativa se traduce tan bien, si no mejor, que la mayoría de sus homólogos latinoamericanos. Su prosa honesta y sin pretensiones, logra el equilibrio entre el estilo que se espera de los autores latinoamericanos, y el hálito vigoroso de la nueva literatura. Y no hay lugar a equívocos. Gamboa no es un escritor novato; al contrario, es un experto narrador de cuentos y novelas, es un periodista con sobrada experiencia cosmopolita, por los años vividos en Colombia, Francia, España y otros destinos, fuente, todos, de inspiración de su novela.

La primera parte de Volver al oscuro valle, titulada con acierto “Teoría de los cuerpos que sufren (o Figuras que surgen de los escombros)”, no solo sirve para introducir los hilos argumentales de la narrativa, sino que capta, a profundidad, el aura del siglo XXI. Gamboa conduce al lector a nuestra época, a través de los prismáticos del Cónsul, quien se desplaza apresuradamente de Roma a Madrid para acudir a una cita misteriosa. Tan pronto como el vuelo llega a Madrid, el personaje se dirige a su hotel, se instala en su habitación y espera ansioso, la llamada con los detalles de la cita. La espera, no obstante, se hace insoportable por las noticias de un ataque terrorista islámico y la toma de rehenes en la Embajada de Irlanda en Madrid. Este episodio revela el profundo conocimiento que Gamboa tiene de la geopolítica, al abordar uno de los problemas más acuciantes del mundo de hoy: La anestesia y aceptación social del terrorismo local y extranjero. En el clima mundial de nuestra época, no se puede encender el televisor, sin tener que ver titulares sobre un atentado suicida, una toma de rehenes, u otro ataque devastador que ocurre en algún lugar del mundo. Gamboa no sólo comprende el estado de alerta global en materia de seguridad, sino que describe la geopolítica y sus matices, con tal pericia narrativa y lujo de detalles, que cualquiera creería que su escritura es parte de un informe de alta política internacional.

Gamboa describe un Madrid en caos: Los helicópteros, según los divisa el Cónsul desde la ventana de su hotel, surcan los cielos, mientras las masas se amontonan desordenadas por las calles de la ciudad. Todo un cuadro de un Madrid cuyas gentes, a pocos días del atentado, no muestran emoción alguna ante lo sucedido. Gamboa advierte cómo la vida cotidiana, para la inmensa mayoría de los madrileños, vuelve a ser como antes había sido, aún para aquellos que viven a solo un paso de la embajada sitiada. El escritor pone de relieve un mundo moderno que no arde, pero en el cual, la chispa del caos está latente en el aire. Gamboa pone el dedo en la llaga: La población madrileña, inicialmente consternada por la toma de rehenes de los terroristas, se sume en el conformismo de su cotidianidad, escuchando, de vez en cuando, el noticiero de 24 horas que emite el televisor.

Más aún, a través del ‘Cónsul’, Gamboa analiza la postmodernidad y los efectos de la desigualdad económica y el consumismo global, aseverando con autoridad, el clima social de nuestra época. Al referirse al consumismo, el Cónsul exclama:

…El viejo vicio hispano de confundir el genio con la figura se propuso a niveles altos. El culto a lo superficial, heredado [...] se entronizó.
Gafas oscuras Dolce & Gabbana, 450 euros + iva,¡ me llevo un par!
Calzoncillos Abercrombie [...]¡quiero media docena! [...]. Mira mis pestañas largas, mira mis uñas decoradas [...], admira mi cuerpo bronceado en pleno invierno [...].
La vida es bella, muy bella. Por eso quiero exhibirla, ¡que el mundo me vea y lo sepa! Quiero muchos ‘likes’ en mi página de Facebook.
Tú, en cambio, eres feo, pobre y triste.
En medio de la hecatombe, la minoría afortunada practicó la combinación de todas las formas del lujo y la frivolidad.

Gamboa demuestra una singular habilidad para identificar uno de los innumerables problemas generacionales que plaga la época actual: La incapacidad colectiva para alejarse de las cámaras de “eco” y los “reflectores” de las redes sociales. Su novela señala, con sagacidad, los efectos, en el mundo de hoy, del volumen de información y la velocidad de su difusión, como fenómenos que dictaminan el constante ritmo vertiginoso de la vida moderna. Los habitantes del siglo XXI, como parece subrayar Gamboa, están día a día atrapados en los espacios virtuales de sus teléfonos móviles, computadoras y televisores. A la gente le resulta cada vez más difícil alejarse de la superficialidad del mundo en el que vive, los espejos en los que se refleja, y evitar la imitación del comportamiento de amigos y seguidores en “Instagram” o en “Facebook”. (Como dato curioso, valga la pena registrar el número de veces que usted ha detenido esta lectura, para mirar el móvil, o echarle un vistazo al correo electrónico ...).

volver al oscuro valle 350Aunque Kierkegaard escribió su ensayo “La época actual” en 1846, su análisis resuena hoy como entonces. Gamboa afirma la incapacidad colectiva, para fijar la atención en cualquier asunto por más de 30 segundos. Leemos una noticia en la pantalla del móvil y en la fracción de un segundo, movemos el cursor de arriba abajo para pasar a otra. Gamboa hace hincapié en nuestro fracaso para cultivar la individualidad, cuestionando creencias, ideologías y la falta de participación en un discurso que tenga sentido y que incluya la experiencia individual, aunque solo fuera, para expresar alegría prosaica ante la tentación omnipresente de la tecnología. El joven escritor demuestra magistralmente en su novela, lo que Kierkegaard advirtió hace casi dos siglos. Gamboa capta la magnitud devastadora de la carga estímulo sensorial de la época moderna: todos esperan un mensaje de texto, un correo electrónico, una llamada, un ‘me gusta’, un seguimiento en las redes sociales, y así lo puntualiza: “la mitad de la humanidad escribiéndole a la otra mitad, y luego esperando respuesta”.

Esto no significa que Gamboa sea un abanderado de la ‘anti tecnología’ o enemigo de ella. Al contrario, su escritura refleja el mundo, cada vez más pequeño y accesible, para una generación que tiene a su servicio una enorme cantidad de herramientas que antes no existía, pero, el escritor advierte que esas mismas herramientas que ofrecen infinitas posibilidades pueden convertirse en el derrumbe de la identidad individual de la sociedad moderna. Su novela es la versión contemporánea del discurso de Kierkegaard —es decir, examina el proceso por el cual el individuo precipita su caída y, al carecer de fuerza y motivación para superarse—, opta por la salida más fácil.

El análisis de Gamboa sobre la época actual, solemne en ocasiones, plantea, oblicuamente, una pregunta al lector: ¿Hubiera sido mejor vivir en otra época, lejos del ritmo acelerado y el caos de la modernidad? Y, aunque esta sea una reacción natural a ciertos pasajes de la novela, el escritor atempera nuestra nostalgia con el testimonio de Tertuliano, el argentino radical, presunto hijo del Papa.

Tertuliano se tortura por el deseo visceral de cambiar y salvar el mundo de las manos destructivas de todos, menos las de sus propios seguidores. El personaje se ve a sí mismo como un mesías moderno que admite la amistad de Neo Nazis. Pero es necesario subrayar que Tertuliano no es el personaje acartonado en blanco y negro que el lector esperaría. Es culto, ávido lector, viajero del mundo y se expresa muy bien. Tertuliano es un hombre mundano y un ferviente ecologista de ideologías políticas radicales. De hecho, niega las ideologías de algunos de los hombres con los que se asocia, y al referirse a los Neo Nazis alemanes de los que se hizo amigo durante sus años en Berlín, exclama:

“Me di cuenta que esos tipos eran unos nostálgicos, y lo que odiaban era su propia situación. Su vida. En el fondo se odiaban a sí mismos. [...]. Les gusta agarrarse a trompadas porque eso les da un cierta importancia”.

Tertuliano es capaz de asociarse con gente despreciable, pero se da cuenta que los problemas que plagan el mundo no son evidentes para todo el mundo, y que quienes rabian como él, en última instancia, se engañan a sí mismos.

A través del equilibrio entre las repugnantes creencias políticas de Tertuliano y su lúcida capacidad de percepción, Gamboa insiste en la complejidad del individuo de nuestra época y rehúsa encasillar ideologías, narrativas y personajes en un marco rígido. Así las cosas, en su novela se percibe un mundo de infinitas tonalidades grises.

En su ensayo "Nostalgia y sus descontentos", Svetlana Boym, la escritora y académica fallecida, señaló la distinción entre los dos tipos de nostalgia de nuestra época: la nostalgia restauradora y la reflexiva: “La nostalgia restauradora enfatiza el ‘nostos’ (el h o g a r ), e intenta conseguir una reconstrucción transhistórica del hogar perdido. La nostalgia reflexiva, por su parte, desarrolla el ‘algia’ ( anhelo mismo), y retrasa el retorno al hogar dolorosa, irónica y desesperadamente”.

Boym advierte que, aunque la última forma de nostalgia es la más benigna para escritores, poetas y amantes; la primera, por el contrario, es una reiteración peligrosa que puede conducir a la violencia y al totalitarismo. El Tercer Reich — e incluso la campaña de Donald Trump “MAGA”: “Make America Great Again”: “Hacer de nuevo una gran América”, por ejemplo, explotaron la idea de la nostalgia restauradora—. Gamboa presenta en su novela, una visión equilibrada de la época actual en la que, aunque el individuo está atrapado en su entropía y decadencia, la solución a sus problemas, no radica en evadirse en el pasado histórico. Muy al contrario, el escritor insta al lector a asumir el pasado y el presente para actuar con convicción firme en el futuro. La visión de Gamboa de nuestra época moderna no es, de ninguna manera, pesimista. El escritor registra la realidad del mundo, enfatizando que el individuo tiene libertad para crear un destino próspero o no.

El vigor de la prosa de Gamboa es extraordinaria a la hora de interpretar al historiador, al politólogo, al escritor, al hombre, a la mujer, al extremista y al intelectual. La fortaleza de su novela radica en el impecable ritmo narrativo, y en el profundo control del mundo novelesco. La novela entreteje cinco corrientes narrativas, sin excesos ni carencias. El lector no se lamenta por el detalle minucioso, como tampoco se exaspera por falta de desarrollo de la trama. Gamboa, demuestra así ser un escritor de primera línea, a la altura de los mejores de la literatura latinoamericana contemporánea. Y, aún más: el novelista aporta algo nuevo a la escritura. Su ficción no es una crítica demoledora, pero una mirada empática y sincera de la época actual, escrita con el estilo revitalizante de su juventud creadora.

Gamboa divide su mundo narrativo en capítulos alternantes, en los cuales, los dedicados a Rimbaud, son los más optimistas. Empieza con el nacimiento de Rimbaud, hijo de una madre dominante y devota y un padre militar ausente. Gamboa nos presenta la figura de un joven genio, atrapado entre la frustrante vida provinciana y la turbulencia de una guerra que desangra a Francia. El escritor nos lleva a recorrer con Rimbaud sus aventuras y su escritura, a través de una prosa magistralmente elocuente y a la vez empírica. Gamboa enlaza, simultáneamente, la biografía de Rimbaud, con la habilidad metódica del experto historiador, y la maestría del talentoso novelista. En los capítulos dedicados a Rimbaud, el lector apenas recuerda que el poeta existió, y que no es un golpe más del genio creativo del autor.

Las historias de Gamboa sobre Rimbaud revelan, por otra parte, algo más sobre el escritor: su tendencia y gusto por la poesía. El texto —rico en giros, frases y ocurrencias perfectamente elaborado y sutilmente integrado, podría haber salido de un poema de Octavio Paz. Aunque Gamboa no es un poeta publicado —el vigor de la voz poética y la destreza para aludir a los versos de poetas universales, como Blake, Verlaine, Baudelaire, Breton y el mismo Rimbaud, son constantes en su narrativa—. Volver al oscuro valle no es, en ningún caso, una antología poética o una biografía; es una narrativa exuberante en la que el novelista hilvana vida y obra de uno de los poetas modernos más importantes.

La presencia de la poesía en la obra de Gamboa evidencia, aún más, su preocupación por el mundo de hoy. El joven escritor, echa mano de la vida bohemia y peripatética de Rimbaud, y su intensidad poética, para subrayar la vida que el ser humano puede labrar cuando abandona la comodidad de su entorno y, rehusando ser un mero reflejo de él, se entrega apasionadamente al proyecto de su propia vida. Es verdad que la poesía no es un proyecto viable para la mayoría de los lectores de Gamboa, y ciertamente no es ese su objetivo. El escritor colombiano presenta la figura de Rimbaud, como contrapunto a las masas humanas de la sociedad de hoy, conformistas y desapasionadas. Y, su afición por los versos del poeta francés, acentúa el objetivo alentador de su novela: “Y en la aurora, / armados de una ardiente paciencia/ entraremos a las ciudades espléndidas”. Gamboa y Rimbaud nos inspiran a revestirnos de paciencia y a embarcarnos en una aventura; o por lo menos, en la vida misma. La inclusión de Rimbaud en la novela de Gamboa cumple con el propósito de llamar a la acción en los tiempos que vivimos y despertar a una vida auténtica, plena de emociones. La vigorosa prosa de Volver al oscuro valle es un grito desbordante sobre la página: "Viajar, vivir, ser libre".

Irónicamente, el poema que se queda con el lector al finalizar la novela, es el primero de la dedicatoria que corresponde a los versos de “Vala” o “Las cuatro Zoas” de William Blake:

Ese hombre debería trabajar y entristecerse
Y aprender y olvidar y volver
Al oscuro valle del que una vez vino
Para iniciar de nuevo su tarea.
W. Blake.

La alusión reiterativa al poema de Blake en el hilo narrativo, inspira el nombre de la novela. La repetición enfatiza que— aunque vivir intensamente requiera esfuerzo y una labor vigilante continua—, el reto bien merece la pena; de hecho, es necesario. Por encima de las circunstancias adversas de nuestro mundo moderno, Gamboa nos anima a superarlas con ardor vital.

Cerca al desenlace de la novela, Gamboa lamenta que "el lector anónimo sea cruel e injusto, subrayando la esencia de la literatura. Sólo el lector preparado para enfrentarse a los golpes puede entrar en ella. En Volver al oscuro valle, el escritor demuestra no solo estar listo a recibir los golpes, pero a ser el consumado contendor en la pelea. El novelista regresa al oscuro valle de la literatura, con pasión y talento literario; su extraordinaria percepción de la época moderna, abre surcos al camino de sus lectores.

 

Amir 335Amir Soleimanpour
Escritor. Estudia actualmente Relaciones Internacionales y Economía con enfoque en literatura y economía política en 'Tufts University', Boston, Massachusetts".

 

Esta reseña, obra de Amir Soleimanpour, fue publicada en LARB: Los Angeles Review of Books, el 28 de septiembre de 2017. La traducción al castellano, obra de Guillermo Camacho y Stella Moreno, se publica con autorización de Amir Soleimanpour. Esta reseña se publica también en el especial Aurora Boreal® de autores colombianos de 2018. Carátula de Volver al oscuro valle © Literatura Random House. Fotografía de Amir Soleimanpour enviada a Aurora Boreal® por Amir Soleimanpour. Esta reseña se publica también en el especial Aurora Boreal® de autores colombianos de 2018.

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