'La misa ha terminado'

danilo alban 001La misa ha terminado
Gustavo Álvarez Gardeazabl
Novela
Editorial UNAULA
Páginas 2017
2013

 

Públicamente y a toda voz, Gustavo Álvarez Gardeazábal ha hablado de los males que le aquejan y pensaría uno que al encontrárselo de nuevo, después de doce años, habría de él una sombra. No. Tan saludable como siempre y tal vez, para que le guarden estima y conmiseración –porque así como es de odios es de amores- salió a la palestra con una obra contundente: La misa ha terminado. Podría entonces dejar el ejercicio de escritura allí, ponerle punto final a esto que pretende ser una reseña literaria porque al final de cuentas éste escritor colombiano no necesita que lo reseñen, que lo nombren, que lo indexen, no, nada de eso, éste escritor de marras tiene un camino tan recorrido, tan amplio que se ha inventado su propio paraíso. De tal forma que hablar de sus novelas, de sus opiniones, de sus escritos siempre críticos y polémicos es un acto de goce y admiración. Y es que Álvarez Gardeazábal es una cátedra monumental infaltable en cualquier lugar, pensum, selección o cuanta cosa se le quiera ocurrir a los arqueólogos, críticos, pensadores etc... de la literatura colombiana. Es un clásico quiérase o no de la novela de violencia, de la novela de denuncia, del que sin tapujos nombra las cosas por su nombre, sin eufemismos. Más bien, no hablar de Gardeazábal es estar ciego y mudo y sordo; es más, hoy día, si estás en el mundo de la literatura (como diletante, escritor, investigador etc...) y no has leído a este inmenso escritor, tienes entonces una tarea pendiente antes de morir, de lo contrario, tu vida no tuvo jugo: es como si fueras un limón sin zumo.

 

El lugar de tales ocurrencias, se debe a que un par de años atrás, concedió una entrevista para un medio local y cuyo texto luego fue replicado en otros de más amplia circulación, en el que afirmaba que la novela y los escritores de novelas son dinosaurios y él, por supuesto, el último dinosaurio. El advenimiento de las nuevas tecnologías de la información y de bolsillo (tablests, celulares...) son el resultado del ingenio para la inmediatez (que no siempre es ligera), para estar conectados al mundo y así, obtener información al día y cada hora por no decir, cada minuto: actualizada. ¿Quién leerá entonces novelas gigantes? Y bueno, la información y los libros mamotretos los podrás "bajar" desde la "nube" pues siempre habrá alguien que los digitalice, mas quién osará de atrevido para leerlos, la cuestión no es si existe o no un buen o eximio resumen y zanjado el inconveniente, es que las personas se habrán sugestionado de tal manera, le habrán ordenado a su cerebro que ponga las alertas cuando algún texto virtual llegue o pase, por ejemplo, de doscientas páginas para desecharlo de inmediato; sólo unos pocos o tal vez, los mismos que aman, se deleitan por las obras impresas tendrán entonces en sus manos libros de valor de incunables y seguirán pidiendo de manera masoquista las grandes novelas impresas para que tal vez, las editoriales "les hagan pistola" y sigan respondiendo como diría el reguetonero: "no hay pa nadie, pá", es decir, no gastarán su dinero imprimiendo libros y menos, para novelas que excedan cien hojas de tamaño media carta.

Danilo Albán, Colombia, Director desde hace siete años del Colectivo Literario Sábados Literarios. Además es reseñista y cuentista.

Sin embargo, y pese a la mar de especulaciones sobre el futuro de las novelas y los libros, Gustavo Álvarez Gardeazábal quien sigue creando polémica, entrega a la editorial UNAULA de la ciudad de Medellín, en Colombia, su novela: La misa ha terminado, impresa en un poco más de doscientas páginas.

La misa ha terminado es una novela intricada y sólidamente estructurada. Cuenta la historia de amor desenfrenada de un par de curas célibes y un alto prelado de la iglesia con su amante de cabecera, un joven médico.
Sólo Gardeazábal podría contar tal historia. Él tiene completa y libre licencia para hablar sin edulcorantes sobre la homosexualidad, mas no como condición de la encarnación de la maldad o del trastorno sicológico o de la parte lamentable de la condición humana o de todo aquello que suscite un comentario negativo sobre la preferencia sexual, pues homosexuales los hay de todas las raigambres y pelambres, es que el escritor aprovecha su saber y su actitud iconoclasta para presentarla desde un escenario que está llamado a reconvenirse: La Iglesia. Es en esa inmensa institución donde tiene lugar los encuentros amatorios de ese par y de muchos otros curas homosexuales. Claro, La misa ha terminado no es un inventario de polvos, y de quién estuvo con quién, porque ante todo es literatura, es ficción, es toma posiciones como escritor, es denuncia, es conversación respetuosa con el lector. Y es así como de la mano de ese sabio que es Gardeazábal nos va contando la vida impensable de Martín Ramírez que para colmo nació con tres sinos que sólo una atrevida y aguerrida vida puede soportar: marica, feo y cura; de igual manera, nos relata la vida de Rogelio Briceño a quien "le tocó la rifa de la vida sin comprar la boleta." Este par de personajes se toman el tiempo del escritor, bueno, junto con las vidas de Monseñor Casimiro Rangel y su amante y otros que van cobrando cabal importancia para que el inicio, desarrollo y final de la novela quede seria y estéticamente bien edificada.

Como en muchas de sus obras, Gardeazábal hace el mejor alarde para contar y para ello recurre a una de las mejores maneras con las que cuentan las buenas, magistrales y verosímiles historias; pasarle la tea a cada uno, hasta al Escritor mismo, para que cada uno ilumine el universo recóndito de la condición humana y claro, el de la novela.

Martín Ramírez, nació bajo aquél sino en el que no pararon las recriminaciones entre sus padres, pues la delgadez esquelética y la debilidad, se la indilgaban del uno al otro con las consecuencias fatídicas que habría para cada miembro de la familia, así por ejemplo, el papá de Martin Ramírez tuvo la misma importancia de un mueble viejo, de un trasto; la mamá, la escogencia de vida, para su hijo, entre dos posibilidades: o lo vestía de mujer o lo vestía de cura y, a Martín, el desprecio entonces para sus progenitores. Ya para ese entonces son verdades de apuño las que compadecen a Martín para enfrentar la vida. Mas como si supiera que su vida la fuera a tomar un excelso Escritor hace entonces de la Iglesia católica el lugar donde sus desenfrenos sexuales no los detiene ninguna rienda ni ninguna seña de la santa cruz; pero antes, ya ha hecho toda una preparación en el arte de oralidad...  sexual y es así como en el Gimnasio del Pacífico, lugar donde cursa la media vocacional, en algunos salones le hacen redondel para que explore con todos los tamaños y colores ése antiquísimo arte de la felación. No contento con nada, mejor, burlando todas las férreas costumbres conservadoras, amañadas, maniqueas de la sociedad y sus instituciones, va entonces a los extensos terrenos de caña de azúcar, lugar de terratenientes, a saciarse con esos hombres negros bien dotados de genitales; de esa manera, tal vez, busca reconocimiento, compañía y sosiego a su alma enferma. ¿Quiénes somos para juzgarle?

Paralelo a ese mundo, está la Iglesia, Rogelio Briceño y Monseñor Casimiro quien va fraguando, con delicados y bien pensados movimientos, la mezcla que lo lleven a estar en la cima del poder en el vaticano. Para ello se inventa una visita del Santo Padre a la Basílica de Buga: El señor de los milagros. Son una y muchas maneras para llegar al poder y si para ello se debe estar de acuerdo con quien desea ponerle coto a la pedofilia, a la homosexualidad desenfrenada que corre por los atrios y púlpitos de las iglesias, pues se está, así por dentro exista una pulsión epidérmica, rítmica y pasional por el amor con otro hombre.

Y mientras la vida se las va arreglando en su enmarañada cotidianidad y va conjugando las palabras deseo, corrupción, denuncia, amor, engaño, enfermedad y muerte van surgiendo o mejor, erigiéndose vidas de todas formas dignas que obedecen a la construcción feliz, truncada y falsa de la sociedad.

misa terminada 001Sin temor al equívoco, cada palabra pronunciada por el maestro Álvarez Gardeazábal es parte de un clímax que no termina sino al final, hasta el capítulo 140 cuando la obra culmina; pero es allí donde empieza la otra escritura, la otra obra, la que dialoga con el lector para dejarlo inquieto, ya no dueño de sus sentidos y cuyo reposo no encontrará nunca un lugar, ni un concepto si quiera; porque la obra del tulueño universal lo tiene todo para que obre el pensamiento crítico y se libere.

Sin embargo, no puede uno engañarse y pensar que La misa ha terminado es una novela de la vida de unos curas homosexuales que tienen por escenario la Iglesia, No, son la condiciones, los inicios y los desarrollos de la vida, son los deseos y esperanzas de las familias por su contribución, tal vez, a una mejor sociedad y poder sacar a sus hijos "adelante"; es la iglesia y su im-pene-trable sistema organizacional y su deleznable y mentiroso accionar; es, ¿por qué no? la historia final del amor verdadero y todos sus matices de vida, odio y muerte. " ...pero quisieron estar unos días más haciendo el amor como locos y revolcándose en sus propias heces, bañándose es sus orines, azotándose como Cristos atados a la columna, viviendo sus últimos días como sacerdotes de la iglesia católica, La muerte los purificaría."

Maestro Gustavo Álvarez Gardeazábal, no sé si va ya usted de retirada, pero bienvenido a éste su espacio natural: la literatura. Y a todos, feliz vida y feliz lectura.

Reseña enviada a Aurora Boreal® por Danilo Albán. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Danilo Albán. Foto Danilo Albán © Danilo Albán

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