Hoy, mientras conducía en dirección al pueblo de Juncais en Portugal,  escuché en la radio que Ernesto Sabato había muerto a los 99 años de edad a raíz de los variados problemas de salud que le aquejaban producto de su avanzada edad. Hubo un silencio en la radio y me quedé pensando que ya no habrá más informes sobre ciegos ni más

Marías en túneles ni más significado para Pedro Henríquez Ureña. No habrá más entre la letra y la sangre. Ya no habrá uno y el universo y tampoco más sobre héroes y tumbas. Ya no habrá más España en los diarios de mi vejez. Ya no habrá algo así como antes del fin. Ya no habrá más recuerdos. ¡Ya no habrá más Ernesto Sabato!
 

Para leer más sobre Ernesto Sabato haga click aquí