Una experiencia de horror

juan carlos mendez guedez 250Entrevista a Juan Carlos Méndez Guédez

 

Luis Pulido Ritter entrevista en esta ocasión para Aurora Boreal® al escritor venezolano Juan Carlos Méndez Guédez (1967).  Méndez Guédez es doctor en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Salamanca y vive en Madrid. Como novelista es autor de Los maletines, Arena negra, Chulapos mambo, Tal vez la lluvia, Una tarde con campanas, Árbol de luna, El libro de Esther y Retrato de Abel con isla volcánica al fondo. También ha publicado volúmenes de cuentos: Ideogramas, Hasta luego, míster Salinger y Tan nítido en el recuerdo. Varios de sus relatos y novelas han sido traducidas en Suiza y en Francia.

 

1.  Vives en Europa desde hace muchos años. ¿Te ayuda a escribir tus novelas como Los Maletines esta distancia física?


Con sinceridad, no lo sé. Pero luego me pregunto desde dónde escribía Guillermo Cabrera Infante. Si miras su biografía podrías concluir que desde Londres, pero me pregunto si él no había creado dentro de sí una ciudad propia hecha de cotidianeidad, memoria, calles antagónicas, mapas, fotos, ensoñaciones. Pienso que Cabrera Infante escribió hasta el último de sus días desde La Habana, una Habana donde también estaba de un modo invisible Londres. Un lugar que era los dos lugares y ninguno. Escuché una vez a Miriam Gómez contar que antes de escribir La Habana para un Infante Difunto, Cabrera Infante pasaba mucho rato mirando un mapa de su ciudad porque sentía que la estaba olvidando y desde esa distancia y esa angustia le nació un precioso libro.
Bueno, yo vivo en Europa hace muchísimos años, pero te diría que en ocasiones escribo desde Madrid, y a veces desde Caracas, o desde Barquisimeto, o desde un Madrid que es Barquisimeto y es Caracas y es Salamanca y es Madrid. Así que lo que me ayuda a escribir es esa sensación de desdoblamiento continuo: estoy en un sitio que en mi imaginación y memoria son muchos lugares. No hay distancia física, porque al sentarme a escribir me ubico en un lugar que está próximo.


2. ¿Los Maletines puede considerarse como la novela de la corrupción de Siglo XXI, de la socialización de la corrupción?


Para decirlo claramente, podría ser la novela de la corrupción de los militares venezolanos cuando jugaron a ser socialistas. Los militares de ese país han pasado por todos los matices o partidos; han sido bolivarianos, paecistas, conservadores, liberales… lo han sido todo porque desde 1830 siempre su único fin ha sido conservar el poder y saquear al país. Si en algún momento les dicen que para seguir gobernando deben optar por el budismo, llenarán las plazas de figuras de Buda y decretarán obligatoria la búsqueda del Nirvana.
De todos modos, yo pienso que Los Maletines es también una novela sobre la amistad. Una amistad que en este caso sucede en un ambiente oscuro, feroz, lleno de corrupciones, asesinatos, robos, torturas, y que por eso mismo se convierte en un modo de la belleza y la resistencia. Frente a un mundo tomado por el horror, dos amigos comparten la alegría de estar juntos y de inventarse un plan para despojar a los poderosos de un jugoso botín. Es una historia muy antigua y es una historia muy actual. Piensa que el Cantar de Gilgamesh también en cierto modo es una historia sobre la amistad y sobre personajes que desean vencer a la enfermedad y la muerte.

 

maletines 3503. Donizetti en la primera parte de la novela parece un Ulrich tropical, un Hombre sin propiedades. Pero en la segunda parte de la novela parece que él toma su vida por las manos. ¿Parecen dos personajes diferentes, ¿cierto?

Yo creo que en una novela el personaje debe transformarse. No le veo sentido a escribir trescientas páginas si el personaje que cierra la historia no ha sufrido un cataclismo interior o una mutación considerable. En efecto, Donizetti vive una experiencia de horror y eso lo transforma en un padre coraje que para salvar a sus propios hijos es capaz de poner el mundo de cabeza. Algo que me interesaba de este personaje es que a pesar de vivir hundido en la abulia, cuando lo real hiere su paternidad, él responde como un león furioso. La parte noble de Donizetti, que a grandes rasgos es un sinvergüenza; es ese modo suyo de ser padre; un padre entregado, noble, de una ternura infinita. Me agradan mucho ese tipo de personajes; hay una novela preciosa de Jesús Díaz, La piel y la máscara; es una novela protagonizada por un personaje detestable, pero su pasión, su entrega al cine, a la creación es conmovedora. Creo que al leerla supe que muchos de mis personajes tendrían un punto luminoso en medio de su inmensa sombra que justificase su existencia.

 

4. Hay una especie de final feliz cuando Donizetti y Manuel encuentran el tesoro, ¿quizás una parodia de Venezuela que vive del petróleo?


Bueno, no me extenderé demasiado en esta pregunta para no arruinar la sorpresa a los lectores. Pero de modo sintético te diré que la gran fantasía de muchas infancias, en muchos lugares del mundo es conseguir un hermoso y refulgente tesoro. Yo quise conectarme con ese espacio de la niñez, vincularme con esa promesa que venía contenida en muchos relatos infantiles y que tiene infinitas resonancias simbólicas. Aquel que logre superar el miedo, los peligros terribles del bosque, quizás obtenga una recompensa. Algo así pretendía al escribir Los Maletines.
Cierto es que puede hacerse una lectura de lo venezolano a partir de la búsqueda de la riqueza fácil que viene debajo de la tierra. José Ignacio Cabrujas lo hizo en una maravillosa obra de teatro. Y yo también tuve presente al escribir mi novela esta imagen, pero lo cierto es que mis personajes deben superar muchas pruebas, deben vencer en innumerables combates para alcanzar su recompensa.
La relación que tiene el venezolano con la riqueza se encuentra en mi novela, pero yo siento que permanece allí de manera oblicua.
Mis dos personajes merecen el tesoro que están buscando, pero luchan por alcanzarlo.


5. ¿Puede hablarse de futuro en Venezuela?


Prefiero hablar de presente. Cada vez que en mi país de nacimiento alguien lee un maravilloso poema de Cadenas o de Montejo, o una novela de José Balza, el presente es una energía purificadora.
La idea de futuro nos hizo mucho daño. Pensadores como Carrera Damas dijeron que el venezolano no contactaba con el presente, porque depositaba sus glorias en un pasado heroico y sus felicidades en un futuro donde retornaría ese pasado.
La cruel realidad es que la actual Venezuela es una herida, un inmenso dolor. Así que ahora te diría que los venezolanos tienen futuro, cada uno de ellos, en su intimidad, en su esfuerzo individual, en su resistencia. Ojalá Venezuela como conjunto humano también lo tenga.

 

juan carlos mendez guedez 350Sobre Juan Carlos Méndez Guédez
Venezuela, 1967. Es doctor en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Salamanca y escritor afincado en Madrid. Como novelista es autor de Arena negra, Chulapos mambo, Tal vez la lluvia, Una tarde con campanas, Árbol de luna, El libro de Esther y Retrato de Abel con isla volcánica al fondo. También ha publicado volúmenes de cuentos: Ideogramas, Hasta luego, míster Salinger y Tan nítido en el recuerdo. Varios de sus relatos y novelas han sido traducidas en Suiza y en Francia.

 

 

 

luis_pulido_037Luis Pulido Ritter
Es doctor en Sociología y Filosofía por la Universidad Libre de Berlín. Ha escrito Matamoscas (poesía 1997), Recuerdo Panamá (novela 1998; 2005), Sueño Americano (novela 1999), ¿De qué mundo vienes? (novela 2010). Actualmente vive en Berlín. Escribe para el periódico La Estrella de Panamá y colabora con Aurora Boreal®

 

 

 

Entrevista enviada a Aurora Boreal® por cortesía del escritor Luis Pulido Ritter. Publicado en Aurora Boreal® con autorización de Luis Pulido Ritter. Foto de Luis Pulido Ritter © Christian Olguín. Foto Juan Carlos Méndez Guédez © Lisbeth Salas. Carátula de la novela Los maletines cortesía de Editoial Siruela S.A.

 

Entrevista para Aurora Boreal®

 

 

 

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